Circular 18/2014
Colecta: Óbolo de San Pedro
29 junio de 2014
A toda la Comunidad Diocesana:
Reciban mi afectuoso saludo y el deseo de que vivan alegremente su fe unidos con Jesucristo, Buen Pastor, en comunión con el Sucesor de San Pedro, nuestro Papa Francisco.
En la solemnidad de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, el 29 de junio, los cristianos de Oriente y de Occidente celebran el DÍA DEL PAPA.
El Vicario de Cristo ha manifestado su solicitud amorosa hacia todos los hombres de nuestro tiempo, mediante el “Ministerio de la Caridad”, que ejerce ampliamente, sobre todo, al disponer de los recursos necesarios para los que más sufren, respondiendo al mandato de Cristo: “Cuanto hicisteis a uno de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis” (Mt 25, 40). Por eso el Papa Francisco nos recuerda las palabras de Juan Pablo II, quien dijo: “debemos rechazar la tentación de una espiritualidad oculta e individualista, que poco tiene que ver con las exigencias de la caridad y con la lógica de la Encarnación” (EG 262).
Es un gesto que no sólo tiene valor práctico, sino también una gran fuerza simbólica. La palabra óbolo, del griego obolós, en la antigüedad era una moneda rústica y poco práctica (respecto a otras en su tiempo), que quisieron seguir utilizando en Esparta para desalentar la búsqueda de la abundancia. Aquí es donde encontramos su primer símbolo: la perspectiva de la caridad no es solo la búsqueda del bien del otro, sino la garantía de la libertad del corazón sobre las cosas terrenales que en ocasiones llegan a opacar la aspiración de los bienes eternos. De suyo, en la historia de la antigüedad el óbolo era puesto debajo de la lengua o sobre los ojos de los difuntos, a fin de asegurar el paso hacia la eternidad, de esta manera, el óbolo de la caridad será también parte de los tesoros acumulados en la cuenta de la vida eterna: “Vengan benditos de mi Padre y tomen posesión de la herencia preparada para ustedes desde la creación del mundo, porque tuve hambre y me dieron de comer…” (Mt 25,34). Es por ello que el Óbolo de san Pedro es un signo de comunión con el Papa, de solicitud por las necesidades de los hermanos y signo de la libertad necesaria para entrar en el Reino prometido.
Que Jesucristo, el Buen Pastor, ilumine al Papa Francisco, para que apaciente la grey confiada, y reciba de nuestra Iglesia Diocesana, la fiel adhesión a su persona y a su magisterio.
Roma, Italia, 22 de Mayo de 2014.
+ José Francisco Card. Robles Ortega | |
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