Documentos Diocesanos
Plan de Pastoral
VI Plan de Pastoral (En línea)
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VI Plan Diocesano de Pastoral
PRESENTACIÓN PROMULGACIÓN
1. La celebración por los 150 años de que fue elevada
la Iglesia de Guadalajara a sede metropolitana es
una ocasión muy oportuna para reflexionar sobre
el ser y quehacer de la Iglesia. La Iglesia es sacramento
universal de salvación que actualiza aquí y
ahora el designio salvífico que el Padre proyectó
desde la creación, lo ha realizado por Cristo y lo
lleva a su plenitud bajo la acción del Espíritu Santo.
La Iglesia existe para evangelizar como presencia
de Jesucristo en el mundo, pues es su Cuerpo y es
su Pueblo; esa es su identidad y misión. Dicha misión
en nuestra Arquidiócesis, al igual que en toda
América Latina y el Caribe, es permanente y pide a
cada uno de sus miembros ser discípulo misionero.
2. El presente documento quiere dar un gran impulso
a nuestro proceso pastoral, que busca ser fiel
a la identidad y misión de la Iglesia. Este peque-
ño libro no es precisamente el Plan, pues éste no
puede ser un fascículo archivable, sino un proceso
vivo, existencial, participativo de toda la comunidad
diocesana. No sólo se ha escrito lo que debié-
ramos idealmente vivir en el futuro próximo, sino
lo que ya estamos viviendo: está escrita la realidad
con todas las riquezas de la gracia, pero también
con todas sus contrariedades y retos, a la que con
sensibilidad pastoral queremos responder (ver);
está escrita la reflexión creyente de lo que nos pide
Dios a través de su Palabra, del magisterio pontificio,
especialmente de la exhortación apostólica
“Evangelii Gaudium”, y del magisterio latinoamericano
con el Documento de Aparecida (juzgar);
también condensa por escrito el futuro prometido
por Dios, expresado en el objetivo, que queremos
forjar con su gracia y ayudados de las técnicas actuales
(actuar). De esta manera, estamos en sintonía
con los obispos latinoamericanos que nos invitan
a retomar el método teológico pastoral de ver
con los ojos del Padre, juzgar con los criterios del
Hijo y actuar eclesialmente bajo el impulso del Espíritu
Santo (Cf DA 19).
3. Este Plan es fruto del trabajo de todos los que
hemos participado en las Asambleas de Pastoral de
todas las instancias, especialmente los que han sido
representantes en las Asambleas Diocesanas: presbíteros,
religiosos y laicos. Para llegar a este momento
hemos recorrido, en comunión y participación,
un camino arduo y largo con la conciencia de
que todavía debemos seguir caminando hacia nuestra
meta definitiva. Hemos recorrido, en comunión
y participación un camino de oración confiada al
Señor de la Historia, que nos ha prometido la asistencia
de su Espíritu; camino de escucha atenta a
las voces del mundo actual al que nos toca evangelizar;
camino de sensibilidad frente a los muchos
rostros desfigurados por la pobreza, la enfermedad,
la violencia, la muerte que sufre nuestro pueblo
mexicano; camino de iluminación y reflexión de la
Palabra viva de Dios que nos interpela y consuela;
camino de escucha, de diálogo fecundo, de consensos,
de compromisos concretos; camino de paciencia,
“sin prisas, pero sin pausas”.
4. Para este Plan se ha elegido la metodología participativa
que tiene su fundamento en la eclesiología
de comunión y participación. No se trata de un
plan que elabora un equipo de expertos, sino que es
el trabajo de todos los que hemos sido invitados a
hacer presente el Reino de Dios en este lugar, cada
quien desde su ministerio y carisma, pero todos viviendo
la espiritualidad de comunión a través de un
método participativo común, un lenguaje común,
prioridades comunes, con un objetivo común y con
líneas comunes de acción. Tocará a las instancias
intermedias, es decir, a las Vicarías Episcopales y
sus Decanatos, Comisiones y sus Secciones, Vida
Consagrada, así como a la comunidad básica que
es la Parroquia, elaborar su propia programación
comenzando con las metas y llevando a cabo proyectos
que concreticen y hagan operativo nuestro
objetivo común y teniendo en cuenta las líneas comunes,
como mística de toda acción pastoral.
5. Debemos estar conscientes de que se trata, sin
embargo, de un Plan penúltimo, es decir, que no
es definitivo, puesto que mientras se peregrina en
este mundo, la Iglesia asume la caducidad de todo;
es un esfuerzo de responder a los retos y exigencias
aquí y ahora y con los medios que tenemos a nuestro
alcance. No es un plan perfecto, pero puede ser
perfectible en la medida en que nos comprometamos
todos, lo asumamos todos y todos lo enriquezcamos
con nuestra propia experiencia pastoral. Es
un Plan también criticable, pero las críticas tendrán
que ayudar a mejorarlo; nunca sería legítima
una descalificación a priori, para así tener un pretexto
de no comprometernos en el trabajo pastoral
en espíritu de comunión y participación.
6. Con gran alegría y esperanza, pongo en las manos
de todos los agentes de pastoral este documento que
refleja nuestro Plan Pastoral, para que anime y vincule
todo esfuerzo y trabajo evangelizador. Quiere
ser nuestra respuesta de fe, nuestro compromiso de
conversión personal y pastoral, testimonio de nuestra
esperanza y de credibilidad frente a nuestra sociedad.
Para gloria de Dios y como ofrenda grata a
Él, PROMULGO ESTE VI PLAN DIOCESANO
DE PASTORAL PARA LA DIÓCESIS DE GUADALAJARA
con una vigencia, a revisarse, para los
próximos cinco años.
7. Que la Virgen Santísima de Zapopan, nuestra
dulce y tierna Madre, Estrella de la Evangelización,
y nuestros Santos y Beatos Mártires nos asistan con
su intercesión para ser fieles y creíbles mensajeros
de la Buena Nueva, con la valentía y el amor con el
que ellos entregaron su vida a Cristo Rey.