8 miércoles
Verde
Feria o
Misa por la Iglesia particular “E”
MR p. 1043 [1087] / Lecc. II p. 875
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Apoc 1, 5-6
Jesucristo nos amó y nos purificó de nuestros pecados con
su sangre, y ha hecho de nosotros un reino de sacerdotes para
su Dios y Padre: A él la gloria y el poder por los siglos de los
siglos. Amén.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que en cada Iglesia que peregrina por el mundo
manifiestas a la Iglesia una, santa, católica y apostólica, concede,
benigno, a esta grey tuya de tal modo estar unida a su pastor,
congregada en el Espíritu Santo por medio del Evangelio y la
Eucaristía, que pueda representar dignamente la universalidad de
tu pueblo y sea así signo e instrumento de la presencia de Cristo
en el mundo. Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[Tú estás triste por una hiedra, ¿y yo no voy a tener lástima de
Nínive, la gran ciudad?]
Del libro del profeta Jonás 4, 1-11
Jonás se disgustó mucho de que Dios no hubiera castigado a
los habitantes de Nínive, e irritado, oró al Señor en estos términos:
“Señor, esto es lo que yo me temía cuando estaba en mi tierra, y
por eso me di prisa en huir a Tarsis. Bien sabía yo que tú eres un
Dios clemente y compasivo, lleno de paciencia y de misericordia,
siempre dispuesto a perdonar. Ahora, Señor, quítame la vida, pues
prefiero morir a vivir”. Pero el Señor le respondió: “¿Crees que hay
motivo para que te enojes?”
Jonás salió de Nínive y acampó al oriente de la ciudad.
Allí construyó una enramada y se sentó a su sombra, para ver
qué pasaba con Nínive. Entonces, el Señor Dios hizo nacer
una hiedra, que creció tan tupida, que le daba sombra y lo
resguardaba del ardor del sol. Jonás se puso muy contento por
la hiedra.
Pero al día siguiente, al amanecer, el Señor envió un gusano, el
cual dañó la hiedra, que se secó. Y cuando el sol ya quemaba, el
Señor envió un viento caliente y abrasador; el sol le daba a Jonás
en la cabeza y lo hacía desfallecer. Entonces Jonás deseó morir y
dijo: “Prefiero morir a vivir”.
Entonces el Señor le dijo a Jonás: “¿Crees que hay motivo
para que te enojes así por la hiedra?” Contestó él: “Sí, y tanto,
que quisiera morirme”. Le respondió el Señor: “Tú estás triste
por una hiedra que no cultivaste con tu trabajo, que nace una
noche y perece la otra. Y yo, ¿no voy a tener lástima de Nínive,
la gran ciudad, en donde viven más de ciento veinte mil seres
humanos que no son responsables y gran cantidad de ganado?”
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 85
R. Tú, Señor, eres bueno y clemente.
Ten compasión de mí, pues clamo a ti, Dios mío, todo el día, y ya
que a ti, Señor, levanto el alma, llena a este siervo tuyo de alegría. R.
Puesto que eres, Señor, bueno y clemente y todo amor con quien
tu nombre invoca, escucha mi oración y a mi súplica da respuesta
pronta. R.
Dios entrañablemente compasivo, todo amor y lealtad, lento a la
cólera, ten compasión de mí, pues clamo a ti, Señor, a toda hora. R.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Rom 8, 15
R. Aleluya, aleluya.
Hemos recibido un espíritu de hijos, que nos hace exclamar:
¡Padre! R. Aleluya.
EVANGELIO
[Señor, enséñanos a orar.]
Del santo Evangelio según san Lucas 11, 1-4
Un día, Jesús estaba orando y cuando terminó, uno de sus
discípulos le dijo: “Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó
a sus discípulos”.
Entonces Jesús les dijo: “Cuando oren, digan: Padre, santificado
sea tu nombre, venga tu Reino, danos hoy nuestro pan de cada día y
perdona nuestras ofensas, puesto que también nosotros perdonamos
a todo aquel que nos ofende, y no nos dejes caer en tentación”.
Palabra del Señor.
REFLEXIÓN: El discípulo es aquel que ora con
Jesús y como Jesús, cuyo ejemplo precede siempre a
sus habituales y muy valiosas enseñanzas. El «Padre
Nuestro» en el evangelio de san Lucas se diferencia de
la versión de san Mateo (Mt 6, 9-13). Y se diferencia
no sólo por su tamaño sino, y sobre todo, porque este
breve texto queda naturalmente insertado en el contexto
del modo de orar del mismo Jesús. El Maestro debe de
haber impactado de tal forma a los discípulos, al grado
de llegar a sentirse impulsados a pedirle, con espontánea
insistencia: «¡Señor, enséñanos a orar!».
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Al celebrar el memorial de la inmensa caridad de tu Hijo, te
rogamos, Señor, que el fruto de su obra salvadora, por el ministerio
de tu Iglesia, sirva para la salvación del mundo entero. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Apoc 3, 20
Mira que estoy aquí, tocando a la puerta; si alguno escucha mi
voz y me abre, entraré en su casa y cenaremos juntos.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que en esta Iglesia tuya, Señor, florezca y perdure hasta el fin la
integridad de la fe, la santidad de vida, el amor fraterno y la piedad
sincera; y, ya que la alimentas con tu Palabra y con el Cuerpo de
tu Hijo, no ceses de conducirla bajo tu protección. Por Jesucristo,
nuestro Señor.