8 viernes
Blanco / Azul
Solemnidad,
INMACULADA CONCEPCIÓN
DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA
MR p. 846 [881] / Lecc. I p. 974
Desde el primer instante de su vida, la santísima Virgen María,
por una gracia derivada anticipadamente de la muerte de su
Hijo, es preservada de todo pecado. Así pues, la concepción
inmaculada de la Virgen María se funda en su maternidad
divina. La asunción y la concepción inmaculada de María
santísima son la imagen anticipada de la Iglesia, la cual "no
tiene mancha, ni arruga, sino que es santa e inmaculada", por
voluntad de Dios.
ANTÍFONA DE ENTRADA Is 61, 10
Me alegro en el Señor con toda el alma y me lleno de júbilo
en mi Dios, porque me revistió con vestiduras de salvación y me
cubrió con un manto de justicia, como la novia que se adorna
con sus joyas.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que por la Inmaculada Concepción de la
Virgen María preparaste una digna morada para tu Hijo y, en
previsión de la muerte redentora de Cristo, la preservaste de toda
mancha de pecado, concédenos que, por su intercesión, nosotros
también, purificados de todas nuestras culpas, lleguemos hasta
ti. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los
siglos.
PRIMERA LECTURA
[Pondré enemistad entre ti y la mujer, entre tu descendencia y la suya.]
Del libro del Génesis 3, 9-15. 20
Después de que el hombre y la mujer comieron del fruto del
árbol prohibido, el Señor Dios llamó al hombre y le preguntó:
“¿Dónde estás?” Este respondió: “Oí tus pasos en el jardín; y tuve
miedo, porque estoy desnudo, y me escondí”. Entonces le dijo
Dios: “¿Y quién te ha dicho que estabas desnudo? ¿Has comido
acaso del árbol del que te prohibí comer?” Respondió Adán: “La
mujer que me diste por compañera me ofreció del fruto del árbol
y comí”. El Señor Dios dijo a la mujer: “¿Por qué has hecho esto?
Repuso la mujer: “La serpiente me engañó y comí”.
Entonces dijo el Señor Dios a la serpiente: “Porque has hecho
esto, serás maldita entre todos los animales y entre todas las
bestias salvajes. Te arrastrarás sobre tu vientre y comerás polvo
todos los días de tu vida. Pondré enemistad entre ti y la mujer,
entre tu descendencia y la suya; y su descendencia te aplastará
la cabeza, mientras tú tratarás de morder su talón”.
El hombre le puso a su mujer el nombre de “Eva”, porque
ella fue la madre de todos los vivientes. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 97, 1. 2-3ab. 3bc-4
R. Cantemos al Señor un canto nuevo, pues ha hecho maravillas.
Cantemos al Señor un canto nuevo, pues ha hecho maravillas.
Su diestra y su santo brazo le han dado la victoria. R.
El Señor ha dado a conocer su victoria y ha revelado a las
naciones su justicia. Una vez más ha demostrado Dios su amor
y su lealtad hacia Israel. R.
La tierra entera ha contemplado la victoria de nuestro Dios.
Que todos los pueblos y naciones aclamen con júbilo al Señor. R.
SEGUNDA LECTURA
[Dios nos eligió en Cristo, antes de crear el mundo.]
De la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 1, 3-6. 11-12
Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que
nos ha bendecido en él con toda clase de bienes espirituales y
celestiales. Él nos eligió en Cristo, antes de crear el mundo, para
que fuéramos santos e irreprochables a sus ojos, por el amor, y
determinó, porque así lo quiso, que, por medio de Jesucristo,
fuéramos sus hijos, para que alabemos y glorifiquemos la gracia
con que nos ha favorecido por medio de su Hijo amado.
Con Cristo somos herederos también nosotros. Para esto
estábamos destinados, por decisión del que lo hace todo según su
voluntad: para que fuéramos una alabanza continua de su gloria,
nosotros, los que ya antes esperábamos en Cristo. Palabra de Dios.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Lc 1, 28
R. Aleluya, aleluya.
Dios te salve, María, llena de gracia, el Señor está contigo,
bendita tú entre las mujeres. R. Aleluya.
EVANGELIO
[Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.]
Del santo Evangelio según san Lucas 1, 26-38
En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a
una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen
desposada con un varón de la estirpe de David, llamado José. La
virgen se llamaba María.
Entró el ángel a donde ella estaba y le dijo: "Alégrate, llena de
gracia, el Señor está contigo". Al oír estas palabras, ella se preocupó
mucho y se preguntaba qué querría decir semejante saludo.
El ángel le dijo: "No temas, María, porque has hallado gracia
ante Dios. Vas a concebir y a dar a luz un hijo y le pondrás por
nombre Jesús. El será grande y será llamado Hijo del Altísimo;
el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, y él reinará
sobre la casa de Jacob por los siglos y su reinado no tendrá fin".
María le dijo entonces al ángel: "¿Cómo podrá ser esto,
puesto que yo permanezco virgen?" El ángel le contestó: "El
Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te
cubrirá con su sombra. Por eso, el Santo, que va a nacer de ti,
será llamado Hijo de Dios. Ahí tienes a tu parienta Isabel, que
a pesar de su vejez, ha concebido un hijo y ya va en el sexto
mes la que llamaban estéril, porque no hay nada imposible para
Dios". María contestó: "Yo soy la esclava del Señor, cúmplase
en mí lo que me has dicho". Y el ángel se retiró de su presencia.
Palabra del Señor.
Se dice Credo.
REFLEXIÓN: • El mensaje de la fiesta de la
Inmaculada Concepción de la Virgen María se puede
resumir con estas palabras: todo es don gratuito de Dios,
todo es gracia, todo es don de su amor por nosotros…
El ángel Gabriel llamó a María «llena de gracia» (Lc 1,
28): en ella no había espacio para el pecado, porque
Dios la predestinó desde siempre como madre de Jesús
y la preservó de la culpa original. Y María correspondió
a la gracia con un «sí» libre, informado y generoso y el
Verbo se hizo carne en su seno. También a nosotros se
nos pide escuchar a Dios que nos habla y acoger con
gozo su designio de salvación… La actitud de María
de Nazaret nos muestra que es necesario dejar hacer
a Dios para ser verdaderamente como Él nos quiere.
Es Él quien quiere hacer en nosotros –como antes lo
hizo en ella– «grandes maravillas»… María acogió la
gracia y correspondió a la misma con la fe. Por ello
San Agustín afirma que la Virgen «concibió primero
en su corazón que en su seno» (Discursos, 215, 4).
Concibió primero la fe y luego al Señor… • Como Isabel
saludó a María llamándola «bendita entre las mujeres»
(Lc 1, 42), así también nosotros hemos sido desde
siempre –como nos lo recuerda hoy San Pablo en su
Carta a los Efesios– «bendecidos», es decir amados, y
por ello «elegidos antes de la creación del mundo para
que fuéramos santos e irreprochables a sus ojos, por
el amor» (Ef 1, 4). María fue preservada, mientras
que nosotros fuimos salvados gracias al Bautismo
y a la fe… Todos estamos llamados a proclamar «la
gracia con que (el Padre) nos ha favorecido por medio
de su Hijo amado» (Ef 1, 6), esa gracia de la cual la
Inmaculada fue colmada en plenitud… Aprendamos
de María, que tuvo constantemente la mirada fija en
su Hijo y su rostro se convirtió en «el rostro que más se
asemeja a Cristo» (Dante, Paraíso, XXXII, 87). ¡Que el
Espíritu Santo nos conceda ser «don para los demás».
Así nos convertiremos en instrumentos de acogida, de
reconciliación y de perdón para nuestros semejantes.
[Sintetizado de: Papa Francisco, Ángelus, 8-XII-2014].
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe favorablemente, Señor, la ofrenda que te presentamos
en la solemnidad de la Inmaculada Concepción de la santísima
Virgen María, y concédenos que, así como profesamos que
tu gracia la preservó de toda mancha de pecado, así también
nosotros, por su intercesión, quedemos libres de toda culpa. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO: El misterio de María y la Iglesia.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios
todopoderoso y eterno.
Porque preservaste a la santísima Virgen María de toda
mancha de pecado original, para preparar en ella, enriquecida
con la plenitud de tu gracia, una digna Madre para tu Hijo y
significar el nacimiento de su Esposa, la Iglesia, toda hermosa y
sin mancha ni arruga.
Pues purísima debía ser la Virgen que diera a luz a tu Hijo,
el Cordero inocente que quita el pecado del mundo, y así a ella
misma, para bien de todos, la preparabas como abogada para tu
pueblo, modelo de gracia y de santidad.
Por eso, unidos a los coros angélicos, te alabamos,
proclamando con alegría: Santo, Santo, Santo…
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN
Grandes cosas se cantan de ti, María, porque de ti ha nacido
el sol de justicia, Cristo nuestro Dios.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que el sacramento que acabamos de recibir, Señor Dios
nuestro, repare en nosotros las consecuencias de aquella culpa
de la cual preservaste singularmente a la Virgen María en su
Inmaculada Concepción. Por Jesucristo, nuestro Señor.