8 miércoles
Morado
FERIA DE CUARESMA
o SAN JUAN DE DIOS, Religioso
MR p. 212 y 688 [224 y 705] / Lecc I p. 726
Después de una juventud llena de aventuras, Juan de Dios,
portugués de origen, se estableció en Granada. Profundamente
impresionado por el abandono de los hospitales, instalaba a los
enfermos en su propia casa y los cuidaba, ademas de conseguir,
pidiendo limosna por las calles, la comida para ellos. Asi nació la
Orden de los Hermanos de San Juan de Dios, que hasta nuestros
dias continúa la acción del santo.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 37, 22-23
No me abandones, Señor, Dios mío, no te alejes de mí. Ven de
prisa a socorrerme, Señor mío, mi salvador.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que colmaste a san Juan de Dios del espiritu de
misericordia, concédenos que, practicando las obras de caridad,
merezcamos ser contados entre los elegidos en tu reino. Por nuestro
Sefior Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del
Espiritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[Vengan, ataquemos al justo.]
Del libro del profeta Jeremías 18, 18-20
En aquellos días, los enemigos del profeta se dijeron entre sí:
“Vengan, tendamos un lazo a Jeremías, porque no le va a faltar
doctrina al sacerdote, consejo al sabio, ni inspiración al profeta.
Vengan, ataquémoslo de palabra y no hagamos caso de sus oráculos”.
Jeremías le dijo entonces a Dios: “Señor, atiéndeme. Oye lo que
dicen mis adversarios. ¿Acaso se paga bien con mal? Porque ellos
han cavado una fosa para mí. Recuerda cómo he insistido ante ti,
intercediendo en su favor, para apartar de ellos tu cólera”. Palabra
de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 30, 5-6. 14. 15-16
R. Sálvame, Señor, por tu misericordia.
Sácame, Señor, de la trampa que me han tendido, porque tú eres
mi amparo. En tus manos encomiendo mi espíritu y tú, mi Dios
leal, me librarás. R. Sálvame, Señor, por tu misericordia.
Oigo las burlas de la gente y todo me da miedo; se conjuran
contra mí y tratan de quitarme la vida. R.
Pero yo, Señor, en ti confío. Tú eres mi Dios y en tus manos está
mi destino. Líbrame de los enemigos que me persiguen. R.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 8, 12
R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Yo soy la luz del mundo, dice el Señor; el que me sigue tendrá
la luz de la vida. R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
EVANGELIO
[Lo condenarán a muerte.]
Del santo Evangelio según san Mateo 20, 17-28
En aquel tiempo, mientras iba de camino a Jerusalén, Jesús
llamó aparte a los Doce y les dijo: “Ya vamos camino de
Jerusalén y el Hijo del hombre va a ser entregado a los sumos
sacerdotes y a los escribas, que lo condenarán a muerte y lo
entregarán a los paganos para que se burlen de él, lo azoten y lo
crucifiquen; pero al tercer día, resucitará”.
Entonces se acercó a Jesús la madre de los hijos de Zebedeo,
junto con ellos, y se postró para hacerle una petición. Él le
preguntó: “¿Qué deseas?” Ella respondió: “Concédeme que estos
dos hijos míos se sienten, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda,
en tu Reino”. Pero Jesús replicó: “No saben ustedes lo que piden.
¿Podrán beber el cáliz que yo he de beber?” Ellos contestaron: “Sí
podemos”. Y él les dijo: “Beberán mi cáliz; pero eso de sentarse a
mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo; es para
quien mi Padre lo tiene reservado”.
Al oír aquello, los otros diez discípulos se indignaron contra los
dos hermanos. Pero Jesús los llamó y les dijo: “Ya saben que los
jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. Que
no sea así entre ustedes. El que quiera ser grande entre ustedes, que
sea el que los sirva, y el que quiera ser primero, que sea su esclavo;
así como el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir
y a dar la vida por la redención de todos”. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN: Jesús anuncia por tercera vez –y
con detalles todavía más explícitos que las dos veces
anteriores (Cfr. Mt 16, 21 y 17, 22)– su pasión ya
inminente. Mientras tanto los discípulos muestran
haber comprendido muy poco de la lógica del Reino.
De ahí que Santiago y Juan, azuzados por su madre,
pidan ocupar un día en él los dos primeros lugares.
El Señor les mostrará, precisamente entonces, que la
verdadera grandeza está en hacerse «pequeños» y en
ofrecer la propia vida por los demás, con un espíritu de
servicio sincero y desinteresado.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Mira, benigno, Señor, las ofrendas que te presentamos y, por
este santo intercambio de dones, rompe las cadenas de nuestros
pecados. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 20, 28
El Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a
dar la vida por la redención de la multitud.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que este sacramento que nos has dado, Señor, como prenda de
inmortalidad, sea para nosotros una firme ayuda para alcanzar la
salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
Concede, Señor, a tus siervos la abundancia de tu protección y
de tu gracia, la salud de alma y cuerpo, la plenitud de la caridad
fraterna y haz que vivamos siempre entregados a ti. Por Jesucristo,
nuestro Señor.