8 jueves
Blanco
FERIA DE PASCUA
MR p. 360 [364] / Lecc. I p 892
ANTIFONA DE ENTRADA Cfr. Éx 15, 1-2
Cantemos al Señor, pues su victoria es grande. Mi fortaleza y
mi alabanza es el Señor, él es mi salvación. Aleluya.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, concédenos aprovechar bien los
dones de tu bondad en estos días en que, por gracia tuya, la hemos
experimentado más plenamente, para que, libres de las tinieblas
del error, nos hagas estar adheridos firmemente a tu verdad. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[Aquí hay agua. ¿Hay alguna dificultad para que me bautices?]
Del libro de los Hechos de los Apóstoles 8, 26-40
En aquellos días, un ángel del Señor le dijo a Felipe: “Levántate
y toma el camino del sur, que va de Jerusalén a Gaza y que es poco
transitado”. Felipe se puso en camino. Y sucedió que un etíope,
alto funcionario de Candaces, reina de Etiopía, y administrador
de sus tesoros, que había venido a Jerusalén para adorar a Dios,
regresaba en su carro, leyendo al profeta Isaías.
Entonces el Espíritu le dijo a Felipe: “Acércate y camina
junto a ese carro”. Corrió Felipe, y oyendo que el hombre leía al
profeta Isaías, le preguntó: “¿Entiendes lo que estás leyendo?” Él
le contestó: “¿Cómo voy a entenderlo, si nadie me lo explica?”
Entonces invitó a Felipe a subir y a sentarse junto a él.
El pasaje de la Escritura que estaba leyendo, era éste: Como
oveja fue llevado a la muerte; como cordero que no se queja frente
al que lo trasquila, así él no abrió la boca. En su humillación
no se le hizo justicia. ¿Quién podrá hablar de su descendencia,
puesto que su vida ha sido arrancada de la tierra’?
El etíope le preguntó a Felipe: “Dime, por favor: ¿De quién
dice esto el profeta, de sí mismo o de otro?” Felipe comenzó a
hablarle y partiendo de aquel pasaje, le anunció el Evangelio de
Jesús. Siguieron adelante, llegaron a un sitio donde había agua y
dijo el etíope: “Aquí hay agua. ¿Hay alguna dificultad para que me
bautices?” Felipe le contestó: “Ninguna, si crees de todo corazón”.
Respondió el etíope: “Creo que Jesús es el Hijo de Dios”. Mandó
parar el carro, bajaron los dos al agua y Felipe lo bautizó.
Cuando salieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a
Felipe. El etíope ya no lo vio más y prosiguió su viaje, lleno de
alegría. En cuanto a Felipe, se encontró en la ciudad de Azoto y
evangelizaba los poblados que encontraba a su paso, hasta que
llegó a Cesárea. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 65
R. Tu salvación, Señor, es para todos. Aleluya.
Naciones, bendigan a nuestro Dios, hagan resonar sus
alabanzas, porque él nos ha devuelto la vida y no dejó que
tropezaran nuestros pies. R.
Cuantos temen a Dios, vengan y escuchen, y les diré lo que
ha hecho por mí; a él dirigí mis oraciones y mi lengua le cantó
alabanzas. R.
Bendito sea Dios, que no rechazó mi súplica, ni me retiró su
gracia. R.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 6, 51
R. Aleluya, aleluya.
Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo, dice el Señor; el
que coma de este pan vivirá para siempre. R. Aleluya.
EVANGELIO
[Yo soy el pan vivo, que ha bajado del cielo.]
Del santo Evangelio según san Juan 6, 44-51
En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: “Nadie puede venir
a mí, si no lo atrae el Padre, que me ha enviado; y a ése yo lo
resucitaré el último día. Está escrito en los profetas: Todos serán
discípulos de Dios. Todo aquel que escucha al Padre y aprende
de él, se acerca a mí. No es que alguien haya visto al Padre, fuera
de aquel que procede de Dios. Ese sí ha visto al Padre.
Yo les aseguro: el que cree en mí, tiene vida eterna. Yo soy el
pan de la vida. Sus padres comieron el maná en el desierto y sin
embargo, murieron. Este es el pan que ha bajado del cielo para
que, quien lo coma, no muera. Yo soy el pan vivo que ha bajado
del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre, y el pan
que yo les voy a dar es mi carne para que el mundo tenga vida”.
Palabra del Señor.
REFLEXIÓN: En este trozo del discurso eucarístico
Jesús afirma, una vez más, que es Él el «pan de la
vida», el «pan vivo bajado del cielo», el «pan que da la
vida eterna» a quien lo recibe con la debida disposición.
Todas estas densas frases son auténticas “autorevelaciones” de su incuestionable condición divina.
Recibir con dignidad y provecho la santa Eucaristía
requiere como condición previa e imprescindible la
fe. Una fe firme que permita entrar en intimidad con
Jesús, el Hijo de Dios, muerto por nuestra salvación y
resucitado para nuestra justificación (Cfr. Rom 4, 25).
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Dios nuestro, que por el santo valor de este sacrificio nos hiciste
participar de tu misma y gloriosa vida divina, concédenos que,
así como hemos conocido tu verdad, de igual manera vivamos
de acuerdo con ella. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN 2 Cor 5, 15
Cristo murió por todos, para que los que viven ya no vivan para
sí mismos, sino para él, que murió y resucitó por ellos. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, muéstrate benigno con tu pueblo, y ya que te dignaste
alimentarlo con los misterios celestiales, hazlo pasar de su antigua
condición de pecado a una vida nueva. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
ACTIVIDAD DIOCESANA
Jubileo Circular: Jueves 8, Viernes 9 y Sábado 10: La
Divina Providencia (Sta. Ana Tepetitlán), Ntra. Sra. del
Divino Amor, San Pablo Apóstol, Cristo Rey (Rancho la
Cruz), Virgen de Guadalupe (San José del Castillo), San
Antonio de los Vázquez, Santa Teresita del Niño Jesús (La
Barca). Sagrado Corazón de Jesús (Huaxtla).