20 miércoles
Verde / Rojo
Feria o
SAN FABIÁN, Papa y Mártir
o SAN SEBASTIÁN, Mártir
MR pp. 665 y 885 [680 y 924] / Lecc. I p. 514
De 236-250 fue Papa. Fueron unos años de paz, organización y de despliegue misional. Durante la persecución del emperador Decio, fue una de las
primeras víctimas.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Este es un verdadero mártir, ya que derramó su sangre por Cristo; no temió
las amenazas de quienes lo juzgaron y mereció así el Reino de los cielos.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, gloria de tus sacerdotes, concédenos que, mediante la intercesión de tu mártir san Fabián, nos esforcemos en compartir su misma fe y en
servirte dignamente. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[Tú eres sacerdote eterno, como Melquisedec.]
De la carta a los hebreos 7, 1-3. 15-17
Hermanos: Melquisedec, rey de Salem y sacerdote del Dios altísimo,
salió al encuentro de Abraham, cuando éste volvía de derrotar a los
reyes, y lo bendijo. Abraham le dio entonces la décima parte de todo
el botín.
El nombre de Melquisedec, significa rey de justicia y el título rey de Salem,
significa rey de paz. No se mencionan ni su padre ni su madre, y aparece sin
antepasados. Tampoco se encuentra el principio ni el fin de su vida. Es la
figura del Hijo de Dios, y como él, permanece sacerdote para siempre.
En efecto, como Melquisedec, Jesucristo ha sido constituido sacerdote, en
virtud de su propia vida indestructible y no por la ley, que señalaba que los
sacerdotes fueran de la tribu de Leví. La palabra misma de Dios lo atestigua,
cuando dice: Tú eres sacerdote para siempre, como Melquisedec.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 109, 1. 2. 3. 4
R. Tú eres sacerdote para siempre.
Esto ha dicho el Señor a mi Señor: "Siéntate a mi derecha; yo haré de tus
contrarios el estrado donde pongas los pies". R.
Extenderá el Señor desde Sión tu cetro poderoso y tú dominarás al enemigo.
R.
Es tuyo el señorío; el día en que naciste, en los montes sagrados, te consagró
el Señor antes del alba. R.
Juró el Señor y no ha de retractarse: "Tú eres sacerdote para siempre, como
Melquisedec". R.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Mt 4, 23
R. Aleluya, aleluya.
Jesús predicaba el Evangelio del Reino y curaba las enfermedades y dolencias del pueblo. R. Aleluya.
EVANGELIO
[¿Se le puede salvar la vida a un hombre en sábado o hay que dejarlo morir?]
Del santo Evangelio según san Marcos 3, 1-6
En aquel tiempo, Jesús entró en la sinagoga, donde había un hombre
que tenía tullida una mano. Los fariseos estaban espiando a Jesús
para ver si curaba en sábado y poderlo acusar. Jesús le dijo al tullido:
“Levántate y ponte allí en medio”.
Después les preguntó: “¿Qué es lo que está permitido hacer en sábado, el
bien o el mal? ¿Se le puede salvar la vida a un hombre en sábado o hay que
dejarlo morir?” Ellos se quedaron callados. Entonces, mirándolos con ira
y con tristeza, porque no querían entender, le dijo al hombre: “Extiende tu
mano”. La extendió, y su mano quedó sana.
Entonces se fueron los fariseos y comenzaron a hacer planes con los del partido de Herodes para matar a Jesús. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN: • El rey y sacerdote Melquisedec (Cfr. Gen 14,
17-20) es presentado como figura de Cristo, no sólo por el significado de su nombre (“rey de justicia y de paz”) sino, sobre
todo, porque aparece sin genealogía, es decir, sin principio ni
fin. Un motivo adicional a este es que Melquisedec está fuera
de la línea del sacerdocio levítico. Se nos viene a decir, en cambio, que Jesús inaugura una nueva forma de sacerdocio que se
“actualizará” en la vida de su Iglesia, hasta el fin de los tiempos
(Cfr. Sal 109, 4)… • El pasaje evangélico concluye una serie de
controversias con sus habituales adversarios que, obstinados
en su cerrazón ante la verdad, deciden finalmente darle muerte. Se nos ofrece aquí, además, una elocuente aplicación de
lo enunciado un poco antes por Jesús en relación al reposo
sabático. A enfrentarse están ahora la actitud rigorista de los
insensibles letrados –y, en general, de la “opinión pública” de
su tiempo– con la actitud compasiva de Jesús, que se declara
abiertamente a favor del enfermo y de que vuelva a llevar una
vida en plenitud.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Dios clementísimo, derrama tu bendición sobre estos dones y afiánzanos en
la fe que san Fabián atestiguó con la efusión de su sangre. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Jn 15, 1. 5
Yo soy la vid verdadera y ustedes, los sarmientos, dice el Señor; el que permanece en mí y yo en él, ése dará fruto abundante.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Renovados por estos sagrados misterios, te rogamos, Señor, que, imitando la
admirable constancia de san Fabián, merezcamos, por nuestra perseverancia,
conseguir el premio eterno. Por Jesucristo, nuestro Señor.