20 martes
Blanco
FERIA DE PASCUA
o SAN BERNARDINO DE SIENA, Presbítero
MR pp. 715 y 904 [376 y 747] / Lecc. I p. 917
Se puede decir que este franciscano prosiguió la obra del dominico
Vicente Ferrer, como predicador popular que exhortaba a los
cristianos a levantar la vista por encima de los conflictos de este
mundo. Desde Milán hasta Roma recorría aldeas y ciudades
predicando el amor infinito de Dios y ofreciendo el nombre de
Jesús como la protección para toda clase de males.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Éstos son los hombres santos que se hicieron amigos de Dios,
insignes predicadores del Evangelio. Aleluya.
ORACION COLECTA
Dios nuestro, tú que diste a san Bernardino de Siena, presbítero,
un extraordinario amor al santo nombre de Jesús, concédenos
también a nosotros, por su intercesión y sus méritos, vivir siempre
inflamados por el espíritu de tu amor. Por nuestro Señor Jesucristo,
tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo
y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[Contaban a la comunidad cristiana lo que había hecho Dios
por medio de ellos.]
Del libro de los Hechos de los Apóstoles 14, 19-28
En aquellos días, llegaron a Listra, procedentes de Antioquía y
de Iconio, unos judíos, que se ganaron a la multitud y apedrearon
a Pablo; lo dieron por muerto y lo arrastraron fuera de la ciudad.
Cuando lo rodearon los discípulos, Pablo se levantó y regresó a
la ciudad. Pero al día siguiente, salió con Bernabé hacia Derbe.
Después de predicar el Evangelio y de hacer muchos discípulos
en aquella ciudad, volvieron a Listra, Iconio y Antioquía, y ahí
animaban a los discípulos y los exhortaban a perseverar en la fe,
diciéndoles que hay que pasar por muchas tribulaciones para entrar
en el Reino de Dios. En cada comunidad designaban presbíteros,
y con oraciones y ayunos los encomendaban al Señor, en quien
habían creído.
Atravesaron luego Pisidia y llegaron a Panfilia; predicaron en
Perge y llegaron a Atalía. De allí se embarcaron para Antioquía,
de donde habían salido, con la gracia de Dios, para la misión que
acababan de cumplir.
Al llegar, reunieron a la comunidad y les contaron lo que
había hecho Dios por medio de ellos y cómo les había abierto a
los paganos las puertas de la fe. Ahí se quedaron bastante tiempo
con los discípulos. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 144
R. Bendigamos al Señor eternamente. Aleluya.
Que te alaben, Señor, todas tus obras y que todos tus fieles te
bendigan. Que proclamen la gloria de tu reino y den a conocer
tus maravillas. R.
Que muestren a los hombres tus proezas, el esplendor y la
gloria de tu reino. Tu reino, Señor, es para siempre y tu imperio,
para todas las generaciones. R.
Que mis labios alaben al Señor, que todos los seres lo bendigan
ahora y para siempre. R.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Lc 24, 46. 26
R. Aleluya, aleluya.
Cristo tenía que morir y resucitar de entre los muertos, para
entrar así en su gloria. R. Aleluya.
EVANGELIO
[Les doy mi paz.]
Del santo Evangelio según san Juan 14, 27-31a
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “La paz les
dejo, mi paz les doy. No se la doy como la da el mundo. No
pierdan la paz ni se acobarden. Me han oído decir: ‘Me voy, pero
volveré a su lado’. Si me amaran, se alegrarían de que me vaya
al Padre, porque el Padre es más que yo. Se lo he dicho ahora,
antes de que suceda, para que cuando suceda, crean.
Ya no hablaré muchas cosas con ustedes, porque se acerca el
príncipe de este mundo; no es que él tenga poder sobre mí, pero
es necesario que el mundo sepa que amo al Padre y que cumplo
exactamente lo que el Padre me ha mandado”. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN: Jesús –que está a punto de despedirse
de los suyos– les da «su paz». Una paz, por cierto, muy
diferente a la que el mundo les puede dar. De ahí
pasa luego a hablarles de la profunda alegría que
ellos habrán de experimentar por su próximo regreso
al Padre, desde donde les enviará nada menos que
al Espíritu «consolador». Con toda claridad predice,
finalmente, su inminente muerte redentora. Con
ello tratará de infundir ánimo en los suyos, a fin de
que su fe no venga nunca a menos. Ellos habrán
de permanecer firmes incluso frente al insidioso e
impredecible «príncipe de este mundo».
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Mira, Dios todopoderoso, las ofrendas que presentamos en la
festividad de san Bernardino de Siena, y concédenos expresar en
la vida los misterios de la pasión del Señor, que ahora celebramos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Ez 34, 15
Yo mismo apacentaré a mis ovejas; yo mismo las haré reposar,
dice el Señor. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Por la eficacia de este sacramento, confirma, Señor, a tus
siervos en la verdad de la fe, por la que san Bernardino de Siena
nunca cesó de trabajar, dedicándole toda su vida, para que en
todas partes la profesemos, de palabra y de obra. Por Jesucristo,
nuestro Señor.