20 lunes
Blanco
Solemnidad,
SAN JOSÉ,
Esposo de la Virgen María
MR p. 690 [707] / Lecc. I p. 1002
Su misión en esta vida consistió en velar por Jesús "haciendo las
veces de padre" (prefacio). Pero el Señor ha querido que la cabeza
de la Sagrada Familia siga cumpliendo la misma función con la
Iglesia, que es el cuerpo de Cristo. Maria es madre de la Iglesia;
san José, el protector.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Lc 12, 42
Éste es el siervo fiel y prudente, a quien el Senor puso al frente
de su familia.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso, que pusiste bajo la fiel custodia de san José
los comienzos de la salvación humana, te pedimos que, por su
intercesión, pueda tu Iglesia llevarla siempre a su plenitud. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[El Señor Dios le dará el trono de David, su padre.]
Del segundo libro de Samuel 7, 4-5a. 12-14a. 16
En aquellos días, el Señor le habló al profeta Natán y le dijo:
“Ve y dile a mi siervo David que el Señor le manda decir esto:
‘Cuando tus días se hayan cumplido y descanses para siempre
con tus padres, engrandeceré a tu hijo, sangre de tu sangre, y
consolidaré su reino.
Él me construirá una casa y yo consolidaré su trono para
siempre. Yo seré para él un padre y él será para mí un hijo. Tu
casa y tu reino permanecerán para siempre ante mí, y tu trono será
estable eternamente’ ”. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 88, 2-3. 4-5. 27 y 29
R. Su descendencia perdurará eternamente.
Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor y daré a conocer
que su fidelidad es eterna, pues el Señor ha dicho: “Mi amor es
para siempre y mi lealtad, más firme que los cielos. R.
Un juramento hice a David, mi servidor, una alianza pacté con
mi elegido: ‘Consolidaré tu dinastía para siempre y afianzaré tu
trono eternamente’. R.
Él me podrá decir: ‘Tú eres mi padre, el Dios que me protege y
que me salva’. Yo jamás le retiraré mi amor ni violaré el juramento
que le hice”. R.
SEGUNDA LECTURA
[Esperando contra toda esperanza, Abraham creyó.]
De la carta del apóstol san Pablo a los romanos 4, 13. 1618. 22
Hermanos: La promesa que Dios hizo a Abraham y a sus
descendientes, de que ellos heredarían el mundo, no dependía de
la observancia de la ley, sino de la justificación obtenida mediante
la fe.
En esta forma, por medio de la fe, que es gratuita, queda
asegurada la promesa para todos sus descendientes, no sólo para
aquellos que cumplen la ley, sino también para todos los que tienen
la fe de Abraham. Entonces, él es padre de todos nosotros, como
dice la Escritura: Te he constituido padre de todos los pueblos.
Así pues, Abraham es nuestro padre delante de aquel Dios en
quien creyó y que da la vida a los muertos y llama a la existencia
a las cosas que todavía no existen. Él, esperando contra toda
esperanza, creyó que habría de ser padre de muchos pueblos,
conforme a lo que Dios le había prometido: Así de numerosa será
tu descendencia. Por eso, Dios le acreditó esta fe como justicia.
Palabra de Dios.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Sal 83, 59
R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Dichosos los que viven en tu casa; siempre, Señor, te alabarán.
R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
EVANGELIO
[José hizo lo que le había mandado el ángel del Señor.]
Del santo Evangelio según san Mateo 1, 16. 18-21. 24a
Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació
Jesús, llamado Cristo.
Cristo vino al mundo de la siguiente manera: Estando María, su
madre, desposada con José y antes de que vivieran juntos, sucedió
que ella, por obra del Espíritu Santo, estaba esperando un hijo.
José, su esposo, que era hombre justo, no queriendo ponerla en
evidencia, pensó dejarla en secreto.
Mientras pensaba en estas cosas, un ángel del Señor le dijo en
sueños: “José, hijo de David, no dudes en recibir en tu casa a María,
tu esposa, porque ella ha concebido por obra del Espíritu Santo.
Dará a luz un hijo y tú le pondrás el nombre de Jesús, porque él
salvará a su pueblo de sus pecados”.
Cuando José despertó de aquel sueño, hizo lo que le había
mandado el ángel del Señor. Palabra del Señor.
Se dice Credo.
REFLEXIÓN: • Celebramos la solemnidad de San
José, esposo de la santísima Virgen María y patrono
de la Iglesia universal. La figura de este gran santo,
aun permaneciendo más bien oculta, reviste una
importancia fundamental en la historia de la salvación,
ya que él se mostró –al igual que su esposa María–
como un auténtico heredero de la fe de Abraham. • Su
grandeza resalta aún más porque cumplió su misión
de forma humilde y oculta en la casa de Nazaret. Por lo
demás, Dios mismo, en la persona de su Hijo encarnado,
eligió este camino y este estilo –la humildad y el
ocultamiento– en su existencia terrena. • El ejemplo de
San José es una fuerte invitación para todos nosotros
a realizar con fidelidad, sencillez y modestia la tarea
que la Providencia nos ha asignado a cada uno. Que
San José nos ayude a todos los cristianos a hacer con
confianza y amor la voluntad de Dios, colaborando así
al cumplimiento de la obra de salvación. [Sintetizado
de: Benedicto XVI, Ángelus, 19-III-2006].
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te rogamos, Señor, que así como san José sirvió con amorosa
entrega a tu Unigénito, nacido de la Virgen Maria, así también
nosotros, con un corazón limpio, merezcamos servirte en tu altar.
Por Jesucristo, nuestro Senor.
PREFACIO: Misión de san José.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar, Senor, Padre santo, Dios
todopoderoso y eterno.
Y alabar, bendecir y proclamar tu gloria en la solemnidad de san
José, porque él es el hombre justo que diste por esposo a la Virgen
Madre de Dios, el fiel y prudente servidor a quien constituiste
jefe de tu familia para que, haciendo las veces de padre, cuidara
a tu Unigénito, concebido por obra del Espíritu Santo, Jesucristo,
Señor nuestro.
Por él, los angeles y los arcangeles, y todos los coros celestiales,
celebran tu gloria, unidos en común alegria. Permitenos asociarnos
a sus voces cantando humildemente tu alabanza: Santo, Santo,
Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 25, 21
Alégrate, siervo bueno y fiel. Entra a compartir el gozo de tu
Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, protégé siempre a esta familia tuya que alimentada con
el sacramento del altar, se alegra hoy al celebrar la solemnidad
de san José, y conserva en ella los dones que con tanta bondad le
concedes. Por Jesucristo, nuestro Senor.
ACTIVIDAD DIOCESANA
Jubileo circular: Lunes 20, Martes 21 y Miércoles
22: Ntra. Sra. de Guadalupe (Las Juntas), La Divina
providencia (Arenales Tapatíos), Santa Cecilia, El
Calvario (Col. Seattle), Ntra. Sra. del Perpetuo Socorro
(Huentitán), Santiago Apóstol (Ixtlahuacán de los
Membrillos), Santa María de Jesús Sacramentado
(Zapotlanejo), San Rodrigo Aguilar (Toluquilla).