25 sábado
Blanco
Fiesta,
LA CONVERSIÓN DE SAN PABLO
MR p. 668 [683] / Lecc. I p. 987
En su camino hacia Damasco, Saulo de Tarso descubrió que
Jesús de Nazaret era el Mesías, que había resucitado el domingo
de Pascua y que él formaba una sola cosa con sus hermanos,
los cristianos. Este maravilloso descubrimiento marcaría toda
la vida de Pablo.
ANTÍFONA DE ENTRADA 2 Tim 1, 12; 4, 8
Yo sé bien en quién tengo puesta toda mi confianza y estoy
convencido de que él es poderoso; el Señor, justo juez, me dará
la recompensa el día de su venida.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que adoctrinaste al mundo entero con la
predicación del apóstol san Pablo, concédenos que, caminando
hacia ti siguiendo el ejemplo de aquel cuya conversión hoy
celebramos, seamos testigos de tu verdad en el mundo. Por nuestro
Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[Levántate, recibe el bautismo, reconoce que Jesús es el Señor y
queda limpio de tus pecados.]
Del libro de los Hechos de los Apóstoles 22, 3-16
En aquellos días, Pablo dijo al pueblo: “Yo soy judío, nací
en Tarso de Cilicia, pero me crié aquí, en Jerusalén; fui alumno
de Gamaliel y aprendí a observar en todo su rigor la ley de
nuestros padres y estaba tan lleno de fervor religioso, como lo
están ustedes ahora.
Perseguí a muerte a la religión cristiana, encadenando
y metiendo en la cárcel a hombres y mujeres, como pueden
atestiguarlo el sumo sacerdote y todo el consejo de los ancianos.
Ellos me dieron cartas para los hermanos de Damasco y me dirigí
hacia allá en busca de creyentes para traerlos presos a Jerusalén
y castigarlos.
Pero en el camino, cerca ya de Damasco, a eso del
mediodía, de repente me envolvió una gran luz venida del cielo;
caí por tierra y oí una voz que me decía: ‘Saulo, Saulo, ¿por qué
me persigues?’ Yo le respondí: ‘Señor, ¿quién eres tú? ’ Él me
contestó: ‘Yo soy Jesús de Nazaret, a quien tú persigues’. Los que
me acompañaban vieron la luz, pero no oyeron la voz del que
me hablaba. Entonces yo le dije: ‘¿Qué debo hacer, Señor? ’ El
Señor me respondió: ‘Levántate y vete a Damasco; allá te dirán
todo lo que tienes que hacer’. Como yo no podía ver, cegado por
el resplandor de aquella luz, mis compañeros me llevaron de la
mano hasta Damasco.
Allí, un hombre llamado Ananías, varón piadoso y
observante de la ley, muy respetado por todos los judíos que
vivían en Damasco, fue a verme, se me acercó y me dijo: ‘Saulo,
hermano, recobra la vista’. Inmediatamente recobré la vista y
pude verlo. Él me dijo: ‘El Dios de nuestros padres te ha elegido
para que conocieras su voluntad, vieras al Justo y escucharas sus
palabras, porque deberás atestiguar ante todos los hombres lo
que has visto y oído. Y ahora, ¿qué esperas? Levántate, recibe
el bautismo, reconoce que Jesús es el Señor y queda limpio de
tus pecados’ ”. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo Sal 116, 1. 2
R. Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio.
Que alaben al Señor todas las naciones, que lo aclamen
todos los pueblos. R.
Porque grande es su amor hacia nosotros y su fidelidad
dura por siempre. R.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 15, 16
R. Aleluya, aleluya.
Yo los he elegido del mundo, dice el Señor, para que vayan
y den fruto y su fruto permanezca. R. Aleluya.
EVANGELIO
[Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio.]
Del santo Evangelio según san Marcos 16, 15-18
En aquel tiempo, se apareció Jesús a los Once y les dijo:
“Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio a toda
creatura. El que crea y se bautice, se salvará; el que se resista a
creer, será condenado. Estos son los milagros que acompañarán a
los que hayan creído: arrojarán demonios en mi nombre, hablarán
lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos, y si beben
un veneno mortal, no les hará daño; impondrán las manos a los
enfermos y éstos quedarán sanos”. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN: • Esta fiesta –instituida en las
Galias en el siglo VI, con ocasión del traslado de
algunas supuestas reliquias del Apóstol– entró en el
calendario romano sólo hacia el siglo IX… Ella nos
recuerda la aparición de Cristo a san Pablo en el
camino de Damasco, narrada en tres pasajes de los
Hechos de los Apóstoles (9, 1-30; 22, 3-21; 26, 9-20). A
esta sorpresiva y extraordinaria visión está vinculado
el tránsito de una mentalidad de intransigente fanático
de la Ley de Moisés y acérrimo perseguidor de los
cristianos, a infatigable Apóstol de Jesucristo… • Él
–al recibir y desarrollar la intuición universalista del
diácono Esteban, de cuya muerte fue testigo y casi
cómplice– se transforma por eso en intrépido heraldo
del Evangelio y en difusor incansable de esta Buena
Nueva. Tal «conversión» ha de situarse en la base de
muchos e importantes elementos de su doctrina, en
particular del tema del poder de la gracia que opera
de parte de Dios por medio de Cristo y con la fuerza
del Espíritu Santo. Esta conversión es, por cierto, uno
de los más importantes acontecimientos de la historia
de la Iglesia, que a él le debe su arrojo misionero entre
los paganos y la primera reflexión teológica global
acerca del mensaje cristiano.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Al celebrar estos divinos misterios, te suplicamos, Señor,
que el Espíritu Santo derrame sobre nosotros la luz de la fe que
iluminó al apóstol san Pablo para propagar tu gloria sin descanso.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I de los Apóstoles, p. 531 [149].
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Gal 2, 20
Vivo de la fe en el Hijo de Dios, que me amó y se entregó
a la muerte por mí.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, Dios nuestro, los sacramentos que hemos recibido
fortalezcan en nosotros el fuego de la caridad que encendió con
ímpetu al apóstol san Pablo, para tomar sobre sí el cuidado de
todas las Iglesias. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Puede utilizarse la fórmula de bendición solemne, p. 602 [611].