25 sábado
Blanco
Solemnidad,
LA ANUNCIACIÓN DEL SEÑOR,
MR p. 693 [711] / Lecc. I p. 1006
Nueve meses antes de Navidad celebramos la encarnación del
Hijo de Dios, que san Lucas describe en el anuncio del angel a
la santisima Virgen. Toda la liturgia del dia de hoy estd coloreada
por las palabras del salmista, que la Carta a los hebreos pone en
labios de Cristo al llegar al mundo: "Aqui estoy, Dios mio; vengo
para cumplir tu voluntad".
ANTÍFONA DE ENTRADA Heb 10, 5. 7
Cristo dijo, al entrar en el mundo: Aqui estoy, Dios mio; vengo
para cumplir tu voluntad.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que quisiste que tu Palabra asumiera la realidad
de nuestra carne en el seno de la Virgen Maria, concede, a quienes
proclamamos a nuestro Redentor como verdadero Dios y verdadero
hombre, que merezcamos participar de su naturaleza divina. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo.]
Del libro del profeta Isaías 7, 10-14
En aquellos tiempos, el Señor le habló a Ajaz diciendo: “Pide al
Señor, tu Dios, una señal de abajo, en lo profundo o de arriba, en lo
alto”. Contestó Ajaz: “No la pediré. No tentaré al Señor”.
Entonces dijo Isaías: “Oye, pues, casa de David: ¿No satisfechos
con cansar a los hombres, quieren cansar también a mi Dios? Pues
bien, el Señor mismo les dará por eso una señal: He aquí que la
virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrán el nombre de
Emmanuel, que quiere decir Dios-con-nosotros”. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 39, 7-8a.8b-9.10.11
R. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
Sacrificios, Señor, tú no quisiste, abriste, en cambio, mis oídos
a tu voz. No exigiste .holocaustos por la culpa, así que dije: “Aquí
estoy”. R.
En tus libros se me ordena hacer tu voluntad; esto es, Señor, lo
que deseo: tu ley en medio de mi corazón. R.
He anunciado tu justicia en la gran asamblea; no he cerrado mis
labios, tú lo sabes, Señor. R.
No callé tu justicia, antes bien, proclamé tu lealtad y tu auxilio.
Tu amor y tu lealtad no los he ocultado a la gran asamblea. R.
SEGUNDA LECTURA
[En tu libro se me ordena cumplir tu voluntad.]
De la carta a los hebreos 10, 4-10
Hermanos: Es imposible que la sangre de toros y machos
cabríos pueda borrar los pecados. Por eso, al entrar al mundo,
Cristo dijo conforme al salmo: No quisiste víctimas ni ofrendas; en
cambio, me has dado un cuerpo. No te agradaron los holocaustos
ni los sacrificios por el pecado; entonces dije –porque a mí se
refiere la Escritura–: “Aquí estoy, Dios mío; vengo para cumplir
tu voluntad”.
Comienza por decir: No quisiste víctimas ni ofrendas, no te
agradaron los holocaustos ni los sacrificios por el pecado –siendo
así que es lo que pedía la ley–; y luego añade: Aquí estoy, Dios
mío; vengo para cumplir tu voluntad.
Con esto, Cristo suprime los antiguos sacrificios, para establecer
el nuevo. Y en virtud de esta voluntad, todos quedamos santificados
por la ofrenda del cuerpo de Jesucristo, hecha de una vez por todas.
Palabra de Dios.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 1, 14
R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Aquel que es la Palabra se hizo hombre y habitó entre nosotros
y hemos visto su gloria. R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
EVANGELIO
[Concebirás y darás a luz un hijo.]
Del santo Evangelio según san Lucas 1, 26-38
En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una
ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada
con un varón de la estirpe de David, llamado José. La virgen se
llamaba María.
Entró el ángel a donde ella estaba y le dijo: “Alégrate, llena de
gracia, el Señor está contigo”. Al oír estas palabras, ella se preocupó
mucho y se preguntaba qué querría decir semejante saludo.
El ángel le dijo: “No temas, María, porque has hallado gracia
ante Dios. Vas a concebir y a dar a luz un hijo y le pondrás por
nombre Jesús. Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo; el
Señor Dios le dará el trono de David, su padre, y él reinará sobre la
casa de Jacob por los siglos y su reinado no tendrá fin”.
María le dijo entonces al ángel: “¿Cómo podrá ser esto, puesto
que yo permanezco virgen?” El ángel le contestó: “El Espíritu
Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su
sombra. Por eso, el Santo, que va a nacer de ti, será llamado Hijo
de Dios. Ahí tienes a tu parienta Isabel, que a pesar de su vejez, ha
concebido un hijo y ya va en el sexto mes la que llamaban estéril,
porque no hay nada imposible para Dios”. María contestó: “Yo soy
la esclava del Señor; cúmplase en mí lo que me has dicho”. Y el
ángel se retiró de su presencia. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN: • La Anunciación es un acontecimiento
humilde, oculto –nadie lo vio, nadie lo conoció, salvo
María– pero al mismo tiempo es un acontecimiento
decisivo para la historia de la humanidad. En realidad
el «sí» de María es el reflejo perfecto del de Cristo mismo
cuando entró en el mundo, como escribe la Carta a
los Hebreos, interpretando el Salmo 39 (Heb 10, 7).
La obediencia del Hijo se refleja en la obediencia de
la Madre y, así, gracias al encuentro de estos dos
«síes», Dios pudo asumir un rostro de hombre… • La
respuesta de María al ángel se prolonga en la Iglesia,
llamada a manifestar a Cristo en la historia, ofreciendo
su disponibilidad para que Dios pueda seguir visitando
a la humanidad con su misericordia. De este modo, el
«sí» de Jesús y de María se renuevan en el «sí» de los
santos, especialmente de los mártires. La Virgen en
el Calvario selló el «sí» pronunciado en Nazaret. Unida
a Jesús –el Testigo del amor del Padre– María vivió
el martirio del alma… Invoquemos con confianza su
intercesión, para que la Iglesia, fiel a su misión, dé
al mundo entero el testimonio valiente del amor del
Padre. [Sintetizado de B XVI, Ángelus, 25-III-2007].
Se dice Credo. Todos se arrodillan a las palabras y por obra...
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Dios todopoderoso, dignate aceptar los dones de tu Iglesia, que
reconoce su origen en la encarnación de tu Unigénito, y concédele
celebrar con gozo sus misterios en esta solemnidad. Por Jesucristo,
nuestro Senor.
PREFACIO: El misterio de la Encarnación.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios
todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.
A quien la Virgen santisima acogió primero por la fe, al
anunciarle el ángel que, por obra del Espíritu Santo, habría de nacer
entre los hombres para que los hombres se salvaran. Y a quien
luego llevó, llena de amor, en sus purisimas entrañas, cumpliendo
así la verdad de las promesas que Dios hizo a Israel y colmando de
manera admirable la esperanza de todos los pueblos.
Por él, los coros de los angeles adoran tu grandeza y se alegran
eternamente en tu presencia. Permitenos asociarnos a sus voces
cantando humildemente tu alabanza: Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Is 7, 14
Miren: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo, a quien le
pondrá el nombre de Emmanuel.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, por esta comunión fortalece en nosotros la verdadera fe,
para que, cuantos proclamamos que el Hijo de la Virgen Maria es
verdadero Dios y verdadero hombre, lleguemos a la alegria eterna
por el poder salvador de su resurrección. Por Jesucristo, nuestro
Señor.