26 martes
Rojo
FIESTA,
SAN ESTEBAN, PROTOMÁRTIR
MR p. 854 [891] / Lecc. I p. 980
Es el primer mártir cristiano. Su testimonio ha sido siempre muy
valioso para la Iglesia. Fue designado como uno de aquellos
primeros "siete diáconos", que descargaron de los trabajos
materiales a los Apóstoles, y se encargó también de cumplir
su papel en la predicación del Evangelio. Por dar testimonio
de Jesús resucitado e imitando la pasión del Señor, murió
apedreado en Jerusalén.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Las puertas del cielo se abrieron para san Esteban, el primero
de los mártires, y por esto ha recibido el premio de la gloria.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Señor, imitar lo que estamos celebrando,
para que aprendamos a amar aun a nuestros enemigos, ya que
estamos conmemorando el martirio de aquel que supo orar por
sus perseguidores. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que
vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios
por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[Estoy viendo los cielos abiertos.]
Del libro de los Hechos de los Apóstoles 6, 8-10; 7, 54-60
En aquellos días Esteban, lleno de gracia y de poder, realizaba
grandes prodigios y señales entre la gente. Algunos judíos de
la sinagoga llamada “de los Libertos”, procedentes de Cirene,
Alejandría, Cilicia y Asia, se pusieron a discutir con Esteban;
pero no podían refutar la sabiduría con que hablaba. Al oír estas
cosas, los miembros del sanedrín se enfurecieron y rechinaban
los dientes de rabia contra él.
Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, miró al cielo, vio la
gloria de Dios y a Jesús, que estaba de pie a la derecha de Dios,
y dijo: “Estoy viendo los cielos abiertos y al Hijo del hombre de
pie a la derecha de Dios”.
Entonces los miembros del sanedrín gritaron con fuerza, se
taparon los oídos y todos a una se precipitaron sobre él. Lo sacaron
fuera de la ciudad y empezaron a apedrearlo. Los falsos testigos
depositaron sus mantos a los pies de un joven, llamado Saulo.
Mientras lo apedreaban, Esteban repetía esta oración: “Señor
Jesús, recibe mi espíritu”. Después se puso de rodillas y dijo
con fuerte voz: “Señor, no les tomes en cuenta este pecado”.
Diciendo esto, se durmió en el Señor. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 30, 3bc-4b, 6. 8a. 9b, 17. 20cd
R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
Sé tú, Señor, mi fortaleza y mi refugio, la muralla que me
salve. Tú, que eres mi fortaleza y mi defensa, por tu nombre,
dirígeme y guíame. R.
En tus manos encomiendo mi espíritu y tú, mi Dios leal, me
librarás. Tu misericordia me llenará de alegría, porque has visto
las angustias de mi alma. R.
Líbrame de la mano de mis enemigos y de aquellos que me
persiguen. Vuelve, Señor, tus ojos a tu siervo y sálvame por tu
misericordia. R.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Sal 117, 26. 27
R. Aleluya, Aleluya.
¡Bendito el que viene en nombre del Señor! Que el Señor,
nuestro Dios, nos ilumine. R. Aleluya.
EVANGELIO
[No serán ustedes los que hablarán, sino el Espíritu de su Padre.]
Del santo Evangelio según san Mateo 10, 17-22
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus apóstoles: “Cuídense de
la gente, porque los llevarán a los tribunales, los azotarán
en las sinagogas, los llevarán ante gobernadores y reyes por mi
causa; así darán testimonio de mí ante ellos y ante los paganos.
Pero, cuando los enjuicien, no se preocupen por lo que van a
decir o por la forma de decirlo, porque, en ese momento se les
inspirará lo que han de decir. Pues no serán ustedes los que
hablen, sino el Espíritu de su Padre el que hablará por ustedes.
El hermano entregará a su hermano a la muerte, y el padre, a
su hijo; los hijos se levantarán contra sus padres y los matarán;
todos los odiarán a ustedes por mi causa, pero el que persevere
hasta el fin se salvará”. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN: La liturgia prolonga la solemnidad
de la Navidad durante un tiempo de particular alegría
para todo el pueblo de Dios. Durante esta octava
privilegiada se nos irán mostrando varios insignes
«testigos» de Cristo. El primero de ellos es Esteban,
uno de los siete diáconos elegidos por los Apóstoles
como sus ayudantes cualificados en la conducción
de la Iglesia de Jerusalén. El elemento predominante
en el relato de su martirio es el múltiple paralelismo
que se establece entre la muerte de Cristo y la de su
fiel discípulo. Mientras él moría, un joven llamado
Saulo, comenzaba a aproximarse a Jesús, quien
muy pronto llegará a ser su «Luz» y su «Vida».
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te rogamos, Señor, que te sean aceptables los dones que te
presentamos hoy con alegría en la gloriosa conmemoración del
mártir san Esteban. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-III de Navidad, pp. 488-490 [489-491].
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Hech 7, 58
Mientras lo apedreaban, Esteban repetía esta oración: Señor
Jesús, recibe mi espíritu.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te damos gracias, Señor, por tu inmensa misericordia para
con nosotros, ya que nos ofreces la salvación con el nacimiento
de tu Hijo, y nos alegras con la celebración del mártir san
Esteban. Por Jesucristo, nuestro Señor.