26 viernes
Blanco
Memoria,
SANTOS JOAQUÍN y ANA,
Padres de la Virgen María
MR p. 754 [779] / Lecc. II p. 603
Joaquín y Ana, los padres de la santísima Virgen María, han
llegado hasta nosotros por tradiciones que se remontan hasta
la primera mitad del siglo II. El culto a santa Ana ha ido
resplandeciendo cada vez más al lado de la veneración a María
santísima. El culto a san Joaquín es más reciente (siglo XVII).
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sir 44, 1. 25
Alabemos a san Joaquín y a santa Ana, porque en su
descendencia el Señor Dios ha bendecido a todos los pueblos.
ORACIÓN COLECTA
Señor, Dios de nuestros padres, que concediste a los santos
Joaquín y Ana la singular gracia de que naciera de ellos la Madre
de tu Hijo encarnado, concédenos, por las súplicas de ambos,
que alcancemos la salvación prometida a tu pueblo. Por nuestro
Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[Les daré pastores según mi corazón. - Acudirán a Jerusalén
todos los pueblos.]
Del libro del profeta Jeremías 3, 14-17
“Vuélvanse a mí, hijos rebeldes, porque yo soy su dueño,
dice el Señor: Iré tomando conmigo a uno de cada ciudad, a dos
de cada familia y los traeré a Sión; les daré pastores según mi
corazón, que los apacienten con sabiduría y prudencia.
Después, cuando ustedes se hayan multiplicado y hayan
prosperado en el país, palabra del Señor, ya no habrá necesidad
de invocar el arca de la alianza del Señor, pues ya no pensarán
en ella, ni se acordarán de ella, ni la echarán de menos, ni se les
ocurrirá hacer otra.
En aquel tiempo, llamarán a Jerusalén 'el trono del Señor',
acudirán a ella todos los pueblos en el nombre del Señor y ya no
seguirán la maldad de su corazón obstinado". Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL Jer 31, 10. ll-12ab. 13
R El Señor es nuestro pastor.
Escuchen, pueblos, la palabra del Señor y anúncienla aun en
las islas más remotas: "El que dispersó a Israel lo reunirá y lo
cuidará como el pastor a su rebaño". R.
Porque el Señor redimió a Jacob y lo rescató de las manos
del poderoso. Ellos vendrán para aclamarlo al monte Sión y
correrán hacia los bienes del Señor. R.
Entonces se alegrarán las jóvenes, danzando; se sentirán
felices jóvenes y viejos, porque yo convertiré su tristeza en
alegría, y los llenaré de gozo y aliviaré sus penas. R.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Lc 8, 15
R. Aleluya, aleluya.
Dichosos los que cumplen la palabra del Señor con un corazón
bueno y sincero, y perseveran hasta dar fruto. R. Aleluya.
EVANGELIO
[Los que oyen la palabra de Dios y la entienden, ésos son los
que dan fruto.]
Del santo Evangelio según san Mateo 13, 18-23
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Escuchen
ustedes lo que significa la parábola del sembrador. A todo
hombre que oye la palabra del Reino y no la entiende, le llega el
diablo y le arrebata lo sembrado en su corazón. Esto es lo que
significan los granos que cayeron a lo largo del camino.
Lo sembrado sobre terreno pedregoso significa al que oye
la palabra y la acepta inmediatamente con alegría; pero, como
es inconstante, no la deja echar raíces, y apenas le viene una
tribulación o una persecución por causa de la palabra, sucumbe.
Lo sembrado entre los espinos representa a aquel que oye la
palabra, pero las preocupaciones de la vida y la seducción de las
riquezas, la sofocan y queda sin fruto.
En cambio, lo sembrado en tierra buena, representa a quienes
oyen la palabra, la entienden y dan fruto; unos, el ciento por
uno; otros, el sesenta; y otros, el treinta". Palabra del Señor.
REFLEXIÓN: Al explicar la parábola del
sembrador, Jesús enumera cuatro categorías, de
acuerdo a otras tantas maneras de corresponder al
buen o mal resultado de la Palabra de Dios en sus
vidas. En este contexto paradójico y no comprensible
de inmediato, puede parecer decepcionante que
sólo uno entre cuatro responda satisfactoriamente.
Por fortuna y providencialmente el Señor tiene sus
tiempos y sus modos de involucrarnos en su obra,
estimulándonos a responder –con una libertad
madura y responsable– a su misterioso plan de
salvación.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, los dones que te presentamos y concede que
merezcamos participar de la misma bendición que prometiste
a Abraham y a su descendencia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTIFONA DE LA COMUNION Cfr. Sal 23, 5
Obtendrán la bendición de Dios, y Dios, su salvador, les hará
justicia.
ORACION DESPUES DE LA COMUNION
Dios nuestro, que quisiste que tu Unigénito naciera del linaje
de los hombres, para que los hombres, por un admirable misterio,
renacieran de ti, te rogamos que, por tu bondad, santifiques con
el espíritu de adopción a quienes alimentaste con el pan de los
hijos. Por Jesucristo, nuestro Señor.