7 viernes
Verde
Feria o
Misa para pedir la gracia de una buena muerte
MR p. 1104 [1151] / Lecc. II p. 975
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 22, 4
Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú estás
conmigo, Señor y Dios mío, tu vara y tu cayado me dan seguridad.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que nos creaste a tu imagen y quisiste que tu Hijo padeciera
la muerte por nosotros, concédenos permanecer siempre vigilantes en
la oración, para que merezcamos salir de este mundo sin mancha de
pecado y descansar llenos de gozo en el seno de tu misericordia. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[Yo predico el Evangelio de Dios a fin de que los paganos lleguen
a ser una ofrenda agradable al Señor.]
De la carta del apóstol san Pablo a los romanos 15, 14-21
Hermanos: En lo personal estoy convencido de que ustedes están
llenos de bondad y conocimientos para poder aconsejarse los unos a
los otros. Sin embargo, les he escrito con cierto atrevimiento algunos
pasajes para recordarles ciertas cosas que ya sabían. Lo he hecho
autorizado por el don que he recibido de Dios de ser ministro sagrado
de Cristo Jesús entre los paganos. Mi actividad sacerdotal consiste
en predicar el Evangelio de Dios, a fin de que los paganos lleguen a
ser una ofrenda agradable al Señor, santificada por el Espíritu Santo.
Por lo tanto, en lo que se refiere al servicio de Dios, tengo de qué
gloriarme en Cristo Jesús, pues no me atrevería a hablar de nada
sino de lo que Cristo ha hecho por mi medio para la conversión de
los paganos, valiéndose de mis palabras y acciones, con la fuerza
de señales y prodigios y con el poder del Espíritu Santo. De esta
manera he dado a conocer plenamente el Evangelio de Cristo por
todas partes, desde Jerusalén hasta la región de Iliria. Pero he tenido
mucho cuidado de no predicar en los lugares donde ya se conocía
a Cristo, para no construir sobre cimientos ya puestos por otros,
de acuerdo con lo que dice la Escritura: Los que no habían tenido
noticias de él, lo verán; y los que no habían oído de él, lo conocerán.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 97
R. Que todos los pueblos aclamen al Señor.
Cantemos al Señor un canto nuevo, pues ha hecho maravillas.
Su diestra y su santo brazo le han dado la victoria. R.
El Señor ha dado a conocer su victoria y ha revelado a las naciones
su justicia. Una vez más ha demostrado Dios su amor y su lealtad
hacia Israel. R.
La tierra entera ha contemplado la victoria de nuestro Dios. Que
todos los pueblos y naciones aclamen con júbilo al Señor. R.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO 1 Jn 2, 5
R. Aleluya, aleluya.
En aquel que cumple la palabra de Cristo, el amor de Dios ha
llegado a su plenitud. R. Aleluya.
EVANGELIO
[Los que pertenecen a este mundo son más hábiles en sus negocios
que los que pertenecen a la luz.]
Del santo Evangelio según san Lucas 16, 1-8
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Había una vez
un hombre rico que tenía un administrador, el cual fue acusado
ante él de haberle malgastado sus bienes. Lo llamó y le dijo: ‘¿Es
cierto lo que me han dicho de ti? Dame cuenta de tu trabajo, porque
en adelante ya no serás administrador’. Entonces el administrador
se puso a pensar: ‘¿Qué voy a hacer ahora que me quitan el trabajo?
No tengo fuerzas para trabajar la tierra y me da vergüenza pedir
limosna. Ya sé lo que voy a hacer, para tener a alguien que me reciba
en su casa, cuando me despidan’.
Entonces fue llamando uno por uno a los deudores de su amo.
Al primero le preguntó: ‘¿Cuánto le debes a mi amo?’ El hombre
respondió: ‘Cien barriles de aceite’. El administrador le dijo: ‘Toma
tu recibo, date prisa y haz otro por cincuenta’. Luego preguntó al
siguiente: Y tú, ¿cuánto debes?’ Este respondió: ‘Cien sacos de trigo’.
El administrador le dijo: ‘Toma tu recibo y haz otro por ochenta’.
E1 amo tuvo que reconocer que su mal administrador había
procedido con habilidad. Pues los que pertenecen a este mundo
son más hábiles en sus negocios que los que pertenecen a la luz”.
Palabra del Señor.
REFLEXIÓN: La original y desconcertante parábola
del «administrador infiel», por supuesto que no tiene
como objetivo el enseñarnos la deshonestidad. Ella
pretende inculcarnos más bien una astucia acorde con
el ser precisamente “hijos de la luz”. Lo que al Señor
más interesa es que seamos capaces de supeditar
nuestros anhelos y aspiraciones a los grandes ideales
del Reino. Dios exige de nosotros –como responsables
administradores– una previsión equilibrada entre el hoy
y el mañana, entre el presente y el futuro. Tratando de
ser siempre: «Precavidos como las serpientes y sencillos
como las palomas» (Mt 10, 16).
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Así como venciste nuestra muerte, Señor, con la muerte de tu
Unigénito, así también concédenos, por la eficacia de este sacramento,
que, obedeciendo a tu voluntad hasta la muerte, salgamos de este
mundo llenos de paz y de confianza, hechos partícipes de su gloriosa
resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Rom 14, 7-8
Ninguno de nosotros vive para sí mismo, ni muere para sí mismo.
Si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor
morimos. Por lo tanto, ya sea que estemos vivos o que hayamos
muerto, somos del Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Habiendo recibido por estos misterios la prenda de la
inmortalidad, te pedimos, Señor, que el auxilio de tu amor nos
ayude en el momento de nuestra muerte, y que, venciendo las
tentaciones del enemigo, seamos acogidos en el seno de tu eterna
gloria. Por Jesucristo, nuestro Señor.




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