7 martes
Blanco
FERIA
o SAN RAIMUNDO DE PEÑAFORT, Presbítero
MR pp. 663 y 900 [677 y 939] / Lecc. I p. 468
Raimundo de Peñafort (1175-1275), dominico catalán, fue uno de
los grandes maestros temporáneos de teología moral y de derecho,
pero también se le reconoce por su ocupación de formar a los
sacerdotes para administrar el sacramento de la reconciliación.
Como Superior General de su Orden, le dio un gran impulso.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 131, 9
Que tus sacerdotes, Señor, se revistan de justicia, y tus
fieles se llenen de júbilo.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que hiciste insigne a san Raimundo de
Peñafort, presbítero, por su misericordia hacia los pecadores
y prisioneros, concédenos, por su intercesión, que, libres de la
esclavitud del pecado, realicemos, con libertad de espíritu, lo
que te agrada. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive
y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por
los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[Dios es amor.]
De la primera carta del apóstol san Juan 4, 7-10
Queridos hijos: Amémonos los unos a los otros, porque
el amor viene de Dios, y todo el que ama ha nacido de Dios y
conoce a Dios. El que no ama, no conoce a Dios, porque Dios es
amor. El amor que Dios nos tiene se ha manifestado en que envió
al mundo a su Hijo unigénito, para que vivamos por él.
El amor consiste en esto: no en que nosotros hayamos
amado a Dios, sino en que él nos amó primero y nos envió a su
Hijo, como víctima de expiación por nuestros pecados. Palabra
de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 71
R. Que te adoren, Señor, todos los pueblos.
Comunica, Señor, al rey tu juicio y tu justicia, al que es
hijo de reyes; así tu siervo saldrá en defensa de tus pobres y regirá
a tu pueblo justamente. R.
Justicia y paz ofrecerán al pueblo las colinas y los montes.
El rey hará justicia al oprimido y salvará a los hijos de los pobres.
R.
Florecerá en sus días la justicia y reinará la paz, era tras
era. De mar a mar se extenderá su reino y de un extremo al otro
de la tierra. R.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Lc 4, 18
R. Aleluya, aleluya.
El Señor me ha enviado para anunciar a los pobres la
buena nueva y proclamar la liberación a los cautivos. R. Aleluya.
EVANGELIO
[Al multiplicar los panes, Jesús se manifiesta como profeta.]
Del santo Evangelio según san Marcos 6, 34-44
En aquel tiempo, al desembarcar Jesús, vio una numerosa
multitud que lo estaba esperando, y se compadeció de ellos,
porque andaban como ovejas sin pastor, y se puso a enseñarles
muchas cosas.
Cuando ya atardecía, se acercaron sus discípulos y le
dijeron: “Estamos en despoblado y ya es muy tarde. Despide a
la gente para que vayan por los caseríos y poblados del contorno
y compren algo de comer”. Él les replicó: “Denles ustedes de
comer”. Ellos le dijeron: “¿Acaso vamos a ir a comprar doscientos
denarios de pan para darles de comer?” Él les preguntó: “¿Cuántos
panes tienen? Vayan a ver”. Cuando lo averiguaron, le dijeron:
“Cinco panes y dos pescados”.
Entonces ordenó Jesús que la gente se sentara en grupos
sobre la hierba verde y se acomodaron en grupos de cien y de
cincuenta. Tomando los cinco panes y los dos pescados, Jesús
alzó los ojos al cielo, bendijo a Dios, partió los panes y se los
dio a los discípulos para que los distribuyeran; lo mismo hizo
con los dos pescados.
Comieron todos hasta saciarse, y con las sobras de pan
y de pescado que recogieron llenaron doce canastos. Los que
comieron fueron cinco mil hombres. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN: Con un milagro que quedará
especialmente grabado en la experiencia de sus
seguidores, Jesús corresponde al “hambre” de verdad
de sus ávidos oyentes que lo había seguido hasta
un lugar solitario. Él siente compasión por quienes
«andaban como ovejas sin pastor», y les proporciona un
pan milagroso. Las multitudes seguían a Jesús para
escuchar su palabra y recibieron también el pan que
ellos no habían pedido. Quien busca sinceramente los
bienes espirituales, ha de estar seguro de que recibirá
de Dios –también e igualmente– los bienes materiales.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Contempla, Señor, los dones que presentamos en tu altar
en la conmemoración de san Raimundo, y del mismo modo que,
por estos santos misterios, le diste a él la gloria, concédenos
también a nosotros tu perdón. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Mt 24, 46-47
Dichoso el servidor a quien su amo, al volver, lo encuentre
cumpliendo con su deber; yo les aseguro que le confiará todos
sus bienes.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que esta mesa celestial, Dios todopoderoso, robustezca
y aumente el vigor espiritual de todos los que celebramos la
festividad de san Raimundo, para que conservemos íntegro el
don de la fe y caminemos por el sendero de la salvación que él
nos señaló. Por Jesucristo, nuestro Señor.