23 martes
Verde / Blanco
Feria
o SANTA BRÍGIDA, Religiosa
MR pp. 752 y 932 [777 y 972] / Lecc. II p. 590
Pertenecía a la aristocracia sueca. Con su esposo, profundamente
cristiano, tuvo ocho hijos. Cuando él murió, Brígida comenzó a
recibir revelaciones sobre la pasión de Cristo, con la cual ella
estaba íntimamente unida. Los últimos 23 años de su vida los
pasó en Roma en medio de oración y de pobreza (1303-1373).
Fundó la Orden del Santísimo Salvador, llamadas popularmente
brígidas, que continúan su carisma.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Prov 14, 1-2
Esta es la mujer sabia, que edificó su casa, y caminó en santo
temor de Dios por el sendero recto.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que condujiste a santa Brígida a través de los
diversos caminos de la vida y le enseñaste admirablemente la
sabiduría de la cruz por la contemplación de la pasión de tu
Hijo, concédenos que, avanzando dignamente en el llamado
que nos haces, podamos buscarte en todas las cosas. Por nuestro
Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[Arrojará a lo hondo del mar nuestros delitos.]
Del libro del profeta Miqueas 7, 14-15. 18-20
Señor, Dios nuestro, pastorea a tu pueblo con tu cayado, a las
ovejas de tu heredad que permanecen aisladas en la maleza, en
medio de campos feraces. Pastarán en Basan y en Galaad, como
en los días de antaño, como cuando salimos de Egipto y nos
mostrabas tus prodigios.
¿Qué Dios hay como tú, que quitas la iniquidad y pasas por
alto la rebeldía de los sobrevivientes de Israel? No mantendrás
por siempre tu cólera, pues te complaces en ser misericordioso.
Volverás a compadecerte de nosotros, aplastarás con tus
pies nuestras iniquidades, arrojarás a lo hondo del mar nuestros
delitos. Serás fiel con Jacob y compasivo con Abraham, como
juraste a nuestros padres en tiempos remotos, Señor, Dios
nuestro. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 84, 2-4. 5-6. 7-8
R. Muéstranos, Señor, tu misericordia.
Señor, has sido bueno con tu tierra, pues cambiaste la suerte de
Jacob, perdonaste las culpas de tu pueblo y sepultaste todos sus
pecados; reprimiste tu cólera y frenaste el incendio de tu ira. R.
También ahora cambia nuestra suerte, Dios, salvador nuestro,
y deja ya tu rencor contra nosotros. ¿O es que vas a estar siempre
enojado y a prolongar tu ira de generación en generación? R.
¿No vas a devolvernos la vida para que tu pueblo se alegre
contigo? Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu
salvación. R.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 14, 23
R. Aleluya, aleluya.
El que me ama cumplirá mi palabra y mi Padre lo amará y
haremos en él nuestra morada, dice el Señor. R. Aleluya.
EVANGELIO
[Señalando a sus discípulos, dijo: Estos son mi madre y mis
hermanos.]
Del santo Evangelio según san Mateo 12, 46-50
En aquel tiempo, Jesús estaba hablando a la muchedumbre,
cuando su madre y sus parientes se acercaron y trataban de
hablar con él. Alguien le dijo entonces a Jesús: "Oye, ahí fuera
están tu madre y tus hermanos, y quieren hablar contigo".
Pero él respondió al que se lo decía: "¿Quién es mi madre
y quiénes son mis hermanos?" Y señalando con la mano a sus
discípulos, dijo: "Estos son mi madre y mis hermanos. Pues
todo el que cumple la voluntad de mi Padre, que está en los
cielos, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre". Palabra
del Señor.
REFLEXIÓN: La respuesta de Cristo a su pregunta:
«¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?»,
relativiza los vínculos familiares desde la perspectiva
del Reino, que tiene la primacía absoluta y cuyo
eje central es la «voluntad divina». Jesús mismo es
un acabado ejemplo de esa opción prioritaria. Si el
discípulo no es más que su Maestro, él tendrá que
experimentar en consecuencia la incomprensión
e incluso la renuncia a la propia familia. Tal
comprometedora afirmación no minusvalora ni
excluye a María su madre, pues ella cumplió siempre
y en forma excelente esta divina voluntad.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Mira las ofrendas de tu pueblo, Señor, y concédenos que, al
ofrecerlas con fervor en honor de santa Brígida, recibamos la
ayuda necesaria para la salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 12, 50
Todo el que cumple la voluntad de mi Padre, que está en
los cielos, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre, dice el
Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dios nuestro, saciados con los dones que acabamos de
recibir en esta festividad de santa Brígida, concédenos quedar
purificados por su eficacia y fortalecidos por su auxilio. Por
Jesucristo, nuestro Señor.