23 martes
Blanco / Rojo
FERIA DE PASCUA
o SAN ADALBERTO, Obispo y Mártir
o SAN JORGE, Mártir,
MR pp. 699 y 888 [718 y 927] / Lecc. I p. 903
Nació en Bohemia (Libice) hacia el año 956. Hizo sus estudios
en Magdeburgo. Al regresar a su patria, se preparó para el
sacerdocio, y el año 983 fue elegido segundo obispo de Praga,
donde trabajó valientemente para extirpar las costumbres
paganas. Como notaba que obtenía poco fruto, se dirigió a
Roma y allí se convirtió en monje. Finalmente, acudió a Prusia
a conquistar almas para Cristo. Mas habiendo tenido mala
acogida, fue coronado con el martirio el día 23 de abril de 997.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Este es el varón que no fue abandonado por Dios en el día
del combate; recibirá su corona, porque cumplió fielmente los
mandatos del Señor. Aleluya.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que coronaste con el martirio al santo obispo
Adalberto, inflamado en celo por las almas, concédenos, por su
intercesión, que no falte a los pastores la obediencia de su grey
ni a las ovejas el cuidado de sus pastores. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del
Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[Comenzaron a predicar a los griegos el Evangelio del Señor Jesús.]
Del libro de los Hechos de los Apóstoles 11, 19-26
En aquellos días, algunos de los que se habían dispersado,
huyendo de la persecución desatada después de la muerte de
Esteban, llegaron hasta Fenicia, Chipre y Antioquía; pero
predicaban el Evangelio solamente a los judíos. Sin embargo,
hubo entre ellos algunos chipriotas y cirenenses, que al llegar
a Antioquía, comenzaron a dirigirse también a los griegos y a
predicarles el Evangelio del Señor Jesús. Y como la mano del
Señor estaba con ellos, muchos se convirtieron y abrazaron la fe.
Cuando llegaron estas noticias a la comunidad cristiana de
Jerusalén, Bernabé fue enviado a Antioquía. Llegó Bernabé, y
viendo la acción de la gracia de Dios, se alegró mucho; y como
era hombre bueno, lleno del Espíritu Santo y de fe, exhortó a
todos a que, firmes en su propósito, permanecieran fieles al
Señor. Así se ganó para el Señor una gran muchedumbre.
Entonces Bernabé partió hacia Tarso, en busca de Saulo;
y cuando lo encontró, lo llevó consigo a Antioquía. Ambos
vivieron durante todo un año en esa comunidad y enseñaron a
mucha gente. Allí, en Antioquía, fue donde por primera vez los
discípulos recibieron el nombre de “cristianos”. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 86, 1-3. 4-5. 6-7
R. Alaben al Señor todos los pueblos. Aleluya.
Jerusalén gloriosa, el Señor ha puesto en ti su templo. Tú eres
más querida para Dios que todos los santuarios de Israel. R.
De ti, Jerusalén, ciudad del Señor, se dirán maravillas. Egipto
y Babilonia adorarán al Señor; los filisteos, con Tiro y Etiopía,
serán como tus hijos. R.
Y de ti, Jerusalén, afirmarán: “Todos los pueblos han nacido
en ti y el Altísimo es tu fortaleza”. R.
El Señor registrará en el libro de la vida a cada pueblo,
convertido en ciudadano tuyo; y todos los pueblos te cantarán,
bailando: “Tú eres la fuente de nuestra salvación”. R.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 10, 27
R Aleluya, aleluya.
Mis ovejas escuchan mi voz, dice el Señor; yo las conozco y
ellas me siguen. R. Aleluya.
EVANGELIO
[El Padre y yo somos uno.]
Del santo Evangelio según san Juan 10, 22-30
Por aquellos días, se celebraba en Jerusalén la fiesta de la
dedicación del templo. Era invierno. Jesús se paseaba por
el templo, bajo el pórtico de Salomón. Entonces lo rodearon los
judíos y le preguntaron: “¿Hasta cuándo nos vas a tener en
suspenso? Si tú eres el Mesías, dínoslo claramente”.
Jesús les respondió: “Ya se lo he dicho y no me creen. Las
obras que hago en nombre de mi Padre dan testimonio de mí,
pero ustedes no creen, porque no son de mis ovejas. Mis ovejas
escuchan mi voz; yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy
la vida eterna y no perecerán jamás; nadie las arrebatará de mi
mano. Me las ha dado mi Padre, y él es superior a todos, y nadie
puede arrebatarlas de la mano del Padre. El Padre y yo somos
uno”. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN: Jesús resalta, en primer lugar, la comunión de vida que Él quiere crear con los que le
son fieles y lo reconocen, espontánea y lealmente,
como su «Pastor». Las disposiciones fundamentales
para esta comunión de vida son: el conocimiento del
pastor y la confiada escucha de su voz. Por algo Él
se identifica con Dios, hasta el punto de afirmar: «el
Padre y yo somos uno». Puesto que Él conoce a sus
ovejas y es conocido por ellas, no duda en entregar
de buen grado su vida por su bienestar. Es este el
mejor aval de su legítimo y desinteresado pastoreo.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, el sacrificio de reconciliación y alabanza
que ofrecemos a tu majestad en la conmemoración del santo
mártir Adalberto, para que nos lleve a obtener el perdón y nos
haga permanecer en continua acción de gracias. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 115, 15
A los ojos del Señor es muy penoso que mueran sus amigos.
Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Al celebrar con alegría esta festividad y habiendo recibido
tus dones celestiales, te pedimos, Señor, que concedas, a quienes
en este divino banquete proclamamos la muerte de tu Hijo, que
podamos participar, con los santos mártires, de su resurrección
y de su gloria. Por Jesucristo, nuestro Señor.