4 sábado
Blanco
Memoria,
SAN FRANCISCO DE ASÍS, Religioso
MR p. 807 [839] / Lecc. II p. 862
Desde el día en que encontró al Señor en San Damián, hasta el día
en que murió en la Porciúncula, a lo largo de su vida de peregrino
con sus hermanos, los Frailes Menores, aquel “poverello” de Asís
redujo literalmente su vida a seguir a Jesús con alegría, sencillez,
fidelidad a la Iglesia y ternura para todos (1182-1226).
ANTÍFONA DE ENTRADA
Francisco, el hombre de Dios, dejó su casa, abandonó su
herencia y se hizo pobre y desvalido; pero el Señor se hizo cargo
de él.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que otorgaste a san Francisco de Asís la gracia de
asemejarse a Cristo por la humildad y la pobreza, concédenos caminar
tras sus huellas para que podamos seguir a tu Hijo y entregarnos
a ti con alegre caridad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que
vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por
los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[El que les envió las desgracias les enviará también la eterna
alegría.]
Del libro del profeta Baruc 4, 5-12. 27-29
“¡Ánimo!, pueblo mío, tú que llevas el nombre de Israel. Ustedes
fueron vendidos a los paganos, pero no para ser destruidos; por
haber provocado la ira de Dios fueron entregados a sus enemigos.
Provocaron la indignación de su Creador, ofreciendo sacrificios a los
ídolos y no a Dios; han olvidado al Dios eterno, que los alimentó,
y han entristecido a Jerusalén, que los crió.
Cuando Jerusalén vio venir sobre ustedes la ira de Dios, dijo:
‘Escuchen, ciudades vecinas de Sión: Dios ha mandado sobre mí
una gran desgracia: he visto que desterraban a mi pueblo, a mis hijos
e hijas, por orden del Eterno. Yo los había criado con júbilo y los
he dejado partir con llanto. Que nadie vuelva a alegrarse conmigo,
porque soy viuda y estoy abandonada. Por los pecados de mis hijos
me encuentro sola, pues se apartaron de la ley de Dios’. Pero tengan
ánimo, hijos míos, e invoquen al Señor, porque el que les envió estas
desgracias se acordará de ustedes.
Así como un día se empeñaron en alejarse de Dios, así vuélvanse
ahora a él y búsquenlo con mucho mayor empeño, pues el que les
mandó todas estas desgracias les dará también con su salvación la
eterna alegría”. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 68
R. El Señor jamás desoye al pobre.
Se alegrarán al ver al Señor los que sufren; quienes buscan a
Dios tendrán más ánimo, porque el Señor jamás desoye al pobre ni
olvida al que se encuentra encadenado. R.
Ciertamente el Señor salvará a Sión, reconstruirá a Judá;
la heredarán los hijos de sus siervos, quienes aman a Dios la
habitarán. R.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Mt 11, 25
R. Aleluya, aleluya.
Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has
revelado los misterios del Reino a la gente sencilla. R. Aleluya.
EVANGELIO
[Alégrense de que sus nombres estén escritos en el cielo.]
Del santo Evangelio según san Lucas 10, 17-24
En aquel tiempo, los setenta y dos discípulos regresaron llenos
de alegría y le dijeron a Jesús: “Señor, hasta los demonios se
nos someten en tu nombre”.
Él les contestó: “Vi a Satanás caer del cielo como el rayo. A
ustedes les he dado poder para aplastar serpientes y escorpiones y
para vencer toda la fuerza del enemigo, y nada les podrá hacer daño.
Pero no se alegren de que los demonios se les sometan. Alégrense
más bien de que sus nombres están escritos en el cielo”.
En aquella misma hora, Jesús se llenó de júbilo en el Espíritu
Santo y exclamó: “¡Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de
la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y a los
entendidos, y las has revelado a la gente sencilla! ¡Gracias, Padre,
porque así te ha parecido bien! Todo me lo ha entregado mi Padre
y nadie conoce quién es el Hijo, sino el Padre; ni quién es el
Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar”.
Volviéndose a sus discípulos, les dijo aparte: “Dichosos los ojos
que ven lo que ustedes ven. Porque yo les digo que muchos profetas
y reyes quisieron ver lo que ustedes ven y no lo vieron, y oír lo que
ustedes oyen y no lo oyeron”. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN: Jesús nos es presentado como la
consumación de toda la historia de la salvación.
La misión de los setenta y dos discípulos culmina
exitosamente y ellos –haciendo uso del poder mesiánico
que Jesús les había participado– regresan satisfechos
y llenos de gozo. Han liberado a muchos no sólo del
mal moral sino también de los males físicos. Signos
de estos tiempos definitivos son la derrota de Satanás
y la abierta recepción del mensaje por parte de los
«sencillos». Para ellos, como para todo cristiano, no
hay mayor motivo de alegría que tener sus nombres
«escritos en el cielo».
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te rogamos, Señor, que, al presentarte nuestros dones, nos
preparemos dignamente a celebrar el misterio de la cruz al que
san Francisco tan ardientemente se unió. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 5, 3
Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de
los cielos.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Por estos santos sacramentos que hemos recibido, concédenos,
Señor, que, imitando la caridad y el celo apostólico de san Francisco,
experimentemos la eficacia de tu amor y procuremos sin descanso
la salvación de todos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ACTIVIDAD DIOCESANA
● Onomástico del Emmo. Sr. Cardenal D.
José Francisco Robles Ortega.