21 viernes
Blanco / Azul
Memoria, PRESENTACIÓN DE LA SANTÍSIMA VIRGEN
MR pp. 837 y 866 [871 y 905]; / Lecturas propias.
Lecc. III: 1ª. Lect p. 442 [N° 182]; Sal p. 961 [N° 927]; Aclam
977 [N°969]; Ev 473 [N° 222]
Más importante que los relatos antiguos de la Presentación de la
Virgen María en el Templo, la memoria viva de las Iglesias del
Oriente y del Occidente celebran hoy la entrega que de sí misma
hizo la santísima Virgen al Señor, en el umbral de su vida consciente.
Todos los cristianos podemos encontrar en María santísima, “la
llena de gracia”, el modelo de una vida consagrada a hacer la
voluntad de Dios.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Te aclamamos, santa Madre de Dios, porque has dado a luz al
Rey, que gobierna cielo y tierra por los siglos de los siglos.
ORACIÓN COLECTA
Al celebrar la gloriosa memoria de la santísima Virgen María, te
pedimos, Señor, por su intercesión, que también nosotros logremos
recibir la plenitud de tu gracia. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios
por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[Regocíjate, Jerusalén, pues vengo a vivir en medio de ti.]
Del libro del profeta Zacarías 2, 14-17
“Canta de gozo y regocíjate, Jerusalén, pues vengo a vivir en
medio de ti, dice el Señor. Muchas naciones se unirán al Señor en
aquel día; ellas también serán mi pueblo y yo habitaré en medio de
ti y sabrás que el Señor de los ejércitos me ha enviado a ti. El Señor
tomará nuevamente a Judá como su propiedad personal en la tierra
santa y Jerusalén volverá a ser la ciudad elegida”.
¡Que todos guarden silencio ante el Señor, pues él se levanta ya
de su santa morada! Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL Lc 1
R. ¡Dichosa tú, Virgen María, porque llevaste en tu seno al Hijo
del eterno Padre!
Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se llena de júbilo en Dios,
mi salvador, porque puso sus ojos en la humildad de su esclava. R.
Desde ahora me llamarán dichosa todas las generaciones, porque
ha hecho en mí grandes cosas el que todo lo puede. Santo es su
nombre. Y su misericordia llega de generación en generación a los
que lo temen. R.
Ha hecho sentir el poder de su brazo dispersó a los de corazón
altanero. Destronó a los potentados y exaltó a los humildes. A los
hambrientos los colmó de bienes y a los ricos los despidió sin nada. R.
Acordándose de su misericordia, vino en ayuda de Israel, su
siervo, como lo había prometido a nuestros padres, a Abraham y a
su descendencia para siempre. R.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Lc 11, 28
R. Aleluya, aleluya.
Dichosos los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en
práctica, dice el Señor. R. Aleluya.
EVANGELIO
[Señalando con la mano a sus discípulos, dijo: Estos son mi madre
y mis hermanos.]
Del santo Evangelio según san Mateo 12, 46-50
En aquel tiempo, Jesús estaba hablando a la muchedumbre,
cuando su madre y sus parientes se acercaron y trataban de
hablar con él. Alguien le dijo entonces a Jesús: “Oye, ahí fuera están
tu madre y tus hermanos, y quieren hablar contigo”.
Pero él respondió al que se lo decía: “¿Quién es mi madre y
quiénes son mis hermanos?” Y señalando con la mano a sus
discípulos, dijo: “Estos son mi madre y mis hermanos. Pues todo
el que cumple la voluntad de mi Padre, que está en los cielos, ése
es mi hermano, mi hermana y mi madre”. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN: • La predicación del profeta Zacarías
se centra en la inminente restauración del templo de
Jerusalén con su inigualable esplendor. Su visión
anticipa la realidad de la Iglesia, de la que María es
“figura, modelo y madre” (LG 53). Una ciudad sin
murallas –abierta a todos los pueblos de todas las
razas– anticipo, a su vez, del inabarcable Reino de Dios
de los últimos tiempos (Cfr. Ap 7. 9). La libre iniciativa
de Dios es siempre la forma invariable con que su gracia
se manifiesta entre los hombres... • La respuesta de
Cristo a su propia pregunta (Cfr. Mt 12, 48), relativiza
los vínculos familiares desde la perspectiva del Reino de Dios. Éste tiene la primacía absoluta y su eje
central es la voluntad divina. La comprometedora y
“desconcertante” afirmación de Jesús no minusvalora
ni excluye a María, su madre, pues ella cumplió
siempre –y en forma sobresaliente– esa divina voluntad.
Ante la opción por el Reino, el cristiano tendrá que
experimentar, más de una vez, el dolor de la renuncia
a su familia e incluso la incomprensión de algunos de
sus miembros.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que nos socorra, Señor, el inmenso amor de tu Unigénito, para
que, quien al nacer de la Virgen María no menoscabó la integridad
de la Madre, sino que la consagró, nos libre de nuestras culpas y
haga acepta a ti nuestra oblación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Lc 11, 27
Dichoso el vientre de la Virgen María, que llevó al Hijo del
eterno Padre
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Al recibir el sacramento celestial en la conmemoración de la
santísima Virgen María, te pedimos, Padre misericordioso, que, a
imitación suya, nos concedas ponernos dignamente al servicio del
misterio de nuestra redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.




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