21 jueves
Morado
FERIA MAYOR DE ADVIENTO,
“O Oriens” * “Oh Sol”,
o Conmemoración de SAN PEDRO CANISIO,
Presbítero y Doctor de la Iglesia
MR pp. 154 y 853 [170 y 890] / Lecc I p. 411
¡Oh, sol que naces de lo alto, resplandor de la luz eterna,
sol de justicia, ven a iluminar a los que viven en tinieblas
y en sombras de muerte!
Nace en Holanda. En Alemania entra en la Compañía de Jesús
y ahí mismo transcurre la mayor parte de su vida. Profesor,
predicador, catequista, escritor, misionero, lucha en todos los
campos para impedir que el luteranismo se apodere de Alemania.
Vive sus últimos años en Friburgo, Suiza (1521-1597).
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Is 7, 14; 8, 10
Pronto llegará el Señor que domina los pueblos, y será
llamado Emmanuel, es decir, Dios-con-nosotros.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que para defender la fe católica colmaste de
fortaleza y sabiduría a san Pedro Canisio, presbítero, por su
intercesión concede, a quienes buscan la verdad, la alegría de
encontrarte, y a tu pueblo fiel la perseverancia en la confesión
de tu nombre. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y
reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los
siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[El Señor, el rey de Israel, estará junto a ti.]
Del libro del profeta Sofonías 3, 14-18
Canta, hija de Sión, da gritos de júbilo, Israel, gózate y
regocíjate de todo corazón, Jerusalén.
El Señor ha levantado su sentencia contra ti, ha expulsado a
todos tus enemigos. El Señor será el rey de Israel en medio de ti
y ya no temerás ningún mal.
Aquel día dirán a Jerusalén: "No temas, Sión; que no
desfallezcan tus manos. El Señor, tu Dios, tu poderoso salvador,
está en medio de ti. Él se goza y se complace en ti; él te ama
y se llenará de júbilo por tu causa, como en los días de fiesta".
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 32, 2-3. 11-12. 20-21
R. Demos gracias a Dios, al son del arpa.
Demos gracias a Dios, al son del arpa, que la lira acompañe
nuestros cantos; cantemos en su honor nuevos cantares, al
compás de instrumentos alabémoslo. R.
Los proyectos de Dios duran por siempre; los planes de su
amor, todos los siglos. Feliz la nación cuyo Dios es el Señor;
dichoso el pueblo que escogió por suyo. R.
En el Señor está nuestra esperanza, pues él es nuestra ayuda y
nuestro amparo; en el Señor se alegra el corazón y en él hemos
confiado. R.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
R. Aleluya, aleluya.
Emmanuel, rey y legislador nuestro, ven, Señor, a salvarnos.
R. Aleluya.
EVANGELIO
[¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a verme?]
Del santo Evangelio según san Lucas 1, 39-45
En aquellos días, María se encaminó presurosa a un pueblo
de las montañas de Judea, y entrando en la casa de Zacarías,
saludó a Isabel. En cuanto ésta oyó el saludo de María, la
creatura saltó en su seno.
Entonces Isabel quedó llena del Espíritu Santo, y levantando la
voz, exclamó: "¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de
tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a
verme? Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de gozo
en mi seno. Dichosa tú, que has creído, porque se cumplirá cuanto
te fue anunciado de parte del Señor". Palabra del Señor.
REFLEXIÓN: La presencia misteriosa y eficaz
del Verbo en el seno de la Virgen María, reaviva
de inmediato su caridad hacia el prójimo. Es
precisamente este amor solidario el que la empuja
a emprender un largo y fatigoso viaje. De esta forma
podrá ponerse, durante tres meses, al servicio de su
prima Isabel. En este denso relato aparecen lo mismo
la alegría de Isabel al encontrarse con María –la
nueva y verdadera Arca de la Alianza (Cfr. 2 Sam 6,
1-5)– que la acción santificadora del Espíritu Santo
que actúa sobre Juan, cuando él se encontraba
todavía en el seno materno.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe benignamente, Señor, los dones de tu Iglesia, y, al
concederle en tu misericordia que te los pueda ofrecer, haces
al mismo tiempo que se conviertan en sacramento de nuestra
salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN L c 1, 45
Dichosa tú, que has creído, porque se cumplirá cuanto te fue
anunciado de parte del Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que la participación en estos divinos misterios, Señor, se
convierta en permanente protección para tu pueblo, a fin de que,
fervorosamente entregado a tu servicio, reciba en abundancia la
salvación de alma y cuerpo. Por Jesucristo, nuestro Señor.