28 domingo
Blanco
Fiesta,
LA SAGRADA FAMILIA
MR p. 165 [180] / Lecc. I p. 16
ANTÍFONA DE ENTRADA Lc 2, 16
Llegaron los pastores a toda prisa y encontraron a María y a José,
y al niño recostado en un pesebre.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que te dignaste dejarnos el más perfecto ejemplo
en la Sagrada Familia de tu Hijo, concédenos benignamente que,
imitando sus virtudes domésticas y los lazos de caridad que la unió,
podamos gozar de la eterna recompensa en la alegría de tu casa.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en
la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[El que teme al Señor, honra a sus padres.]
Del libro del Eclesiástico (Sirácide) 3, 3-7. 14-17a
El Señor honra al padre en los hijos y respalda la autoridad de
la madre sobre la prole. El que honra a su padre queda limpio de
pecado; y acumula tesoros, el que respeta a su madre.
Quien honra a su padre, encontrará alegría en sus hijos y su
oración será escuchada; el que enaltece a su padre, tendrá larga vida
y el que obedece al Señor, es consuelo de su madre.
Hijo, cuida de tu padre en la vejez y en su vida no le causes tristeza;
aunque se debilite su razón, ten paciencia con él y no lo menosprecies
por estar tú en pleno vigor. El bien hecho al padre no quedará en el
olvido y se tomará a cuenta de tus pecados. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 127
R. Dichoso el que teme al Señor.
Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos: comerá del
fruto de su trabajo, será dichoso, le irá bien. R.
Su mujer, como vid fecunda, en medio de su casa; sus hijos,
como renuevos de olivo, alrededor de su mesa. R.
Esta es la bendición del hombre que teme al Señor: “Que el Señor
te bendiga desde Sión, que veas la prosperidad de Jerusalén todos
los días de tu vida”. R.
SEGUNDA LECTURA
[La vida en familia, de acuerdo con el Señor.]
De la carta del apóstol san Pablo a los colosenses 3, 12-21
Hermanos: Puesto que Dios los ha elegido a ustedes, los ha
consagrado a él y les ha dado su amor, sean compasivos, magnánimos,
humildes, afables y pacientes. Sopórtense mutuamente y perdónense
cuando tengan quejas contra otro, como el Señor los ha perdonado a
ustedes. Y sobre todas estas virtudes, tengan amor, que es el vínculo
de la perfecta unión.
Que en sus corazones reine la paz de Cristo, esa paz a la que
han sido llamados, como miembros de un solo cuerpo. Finalmente,
sean agradecidos.
Que la palabra de Cristo habite en ustedes con toda su riqueza.
Enséñense y aconséjense unos a otros lo mejor que sepan. Con
el corazón lleno de gratitud, alaben a Dios con salmos, himnos
y cánticos espirituales; y todo lo que digan y todo lo que hagan,
háganlo en el nombre del Señor Jesús, dándole gracias a Dios Padre,
por medio de Cristo.
Mujeres, respeten la autoridad de sus maridos, como lo quiere el
Señor. Maridos, amen a sus esposas y no sean rudos con ellas. Hijos,
obedezcan en todo a sus padres, porque eso es agradable al Señor.
Padres, no exijan demasiado a sus hijos, para que no se depriman.
Palabra de Dios.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Col 3, 15. 16
R. Aleluya, aleluya.
Que en sus corazones reine la paz de Cristo; que la palabra de
Cristo habite en ustedes con toda su riqueza. R. Aleluya.
EVANGELIO
[Toma al niño y a su madre y huye a Egipto.]
Del santo Evangelio según san Mateo 2, 13-15. 19-23
Después de que los magos partieron de Belén, el ángel del Señor
se le apareció en sueños a José y le dijo: “Levántate, toma al
niño y a su madre, y huye a Egipto. Quédate allá hasta que yo te
avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo”.
José se levantó y esa misma noche tomó al niño y a su madre y
partió para Egipto, donde permaneció hasta la muerte de Herodes.
Así se cumplió lo que dijo el Señor por medio del profeta: De Egipto
llamé a mi hijo.
Después de muerto Herodes, el ángel del Señor se le apareció
en sueños a José y le dijo: “Levántate, toma al niño y a su madre y
regresa a la tierra de Israel, porque ya murieron los que intentaban
quitarle la vida al niño”.
Se levantó José, tomó al niño y a su madre y regresó a tierra de
Israel. Pero, habiendo oído decir que Arquelao reinaba en Judea en
lugar de su padre, Herodes, tuvo miedo de ir allá, y advertido en
sueños, se retiró a Galilea y se fue a vivir en una población llamada
Nazaret. Así se cumplió lo que habían dicho los profetas: Se le
llamará nazareno. Palabra del Señor.
ORACIÓN DE LOS FIELES:
Oremos a Jesucristo, el Señor que, para santificar la
familia, quiso compartir la vida de un hogar humano:
1. Para que el Señor –que quiso participar de la
vida de familia en el hogar de María y José– mantenga
en paz y armonía a todas las familias cristianas,
roguemos al Señor.
2. Para que los novios sientan la presencia de Dios en
la vivencia de su amor mutuo y se preparen santamente
para su matrimonio, roguemos al Señor.
3. Para que Dios ilumine a las familias desunidas, a
los esposos que han de vivir separados por causa del
trabajo, a los hijos de los divorciados, a los hogares sin
hijos, roguemos al Señor.
4. Para que nos esforcemos por vivir en paz y armonía
con los miembros de nuestra comunidad, superando
con caridad fraterna nuestras mutuas desavenencias,
roguemos al Señor.
Señor Dios nuestro, que has querido que tu Hijo –
engendrado antes de todos los siglos– fuera miembro de
una familia humana, haz que los padres y madres de
familia participen de la fecundidad de tu amor, y que
sus hijos crezcan en sabiduría y gracia ante ti y ante
los hombres. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Se dice Credo.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te ofrecemos, Señor, este sacrificio de reconciliación, y te
pedimos humildemente que, por la intercesión de la Virgen Madre
de Dios y de san José, fortalezcas nuestras familias en tu gracia y
en tu paz. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-III de Navidad, pp. 488-490 [489-491].
Si se utiliza el Canon romano, se dice Reunidos en comunión...
propio, p. 557 [559].. En las otras Plegarias eucarísticas también se
dicen las partes propias para esta Misa.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Bar 3, 38
Nuestro Dios apareció en el mundo y convivió con los hombres.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Padre misericordioso, haz que, reanimados con este sacramento
celestial, imitemos constantemente los ejemplos de la Sagrada
Familia, para que, superadas las aflicciones de esta vida, consigamos
gozar eternamente de su compañía. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Puede utilizarse la fórmula de bendición solemne, p. 592 [599]




Informes Parroquiales
Informes Especiales


