11 martes
Blanco
Memoria, SAN MARTÍN DE TOURS, Obispo
MR p. 831 [866] / Lecc. II p. 988
Recién convertido al cristianismo, este soldado húngaro fue discípulo
de san Hilario de Poitiers y fundó en Francia el primer monasterio
de Occidente. Ya ordenado obispo de Tours (372), formó un equipo
de monjes misioneros. Con ellos evangelizó las regiones galo-romanas
situadas alrededor de París. Murió en 397.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. 1 Sam 2, 35
Me suscitaré un sacerdote fiel, que obrará conforme a mi corazón,
dice el Señor.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que has sido glorificado tanto por la vida como
por la muerte del obispo san Martín de Tours, renueva en nuestros
corazones las maravillas de tu gracia, para que ni la vida ni la muerte
puedan separarnos de tu amor. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios
por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[Los insensatos pensaban que los justos habían muerto, pero ellos
están en paz.]
Del libro de la Sabiduría 2, 23–3, 9
Dios creó al hombre para que fuera inmortal, lo hizo a imagen y
semejanza de sí mismo; mas, por envidia del diablo, entró la muerte
en el mundo, y la experimentan quienes le pertenecen.
En cambio, las almas de los justos están en las manos de Dios y no
los alcanzará ningún tormento. Los insensatos pensaban que los justos
habían muerto, que su salida de este mundo era una desgracia y su salida
de entre nosotros, una completa destrucción. Pero los justos están en paz.
La gente pensaba que sus sufrimientos eran un castigo, pero
ellos esperaban confiadamente la inmortalidad. Después de breves
sufrimientos recibirán una abundante recompensa, pues Dios los
puso a prueba y los halló dignos de sí. Los probó como oro en el
crisol y los aceptó como un holocausto agradable.
En el día del juicio brillarán los justos como chispas que se
propagan en un cañaveral. Juzgarán a las naciones y dominarán a
los pueblos, y el Señor reinará eternamente sobre ellos. Los que
confían en el Señor comprenderán la verdad y los que son fieles a
su amor permanecerán a su lado, porque Dios ama a sus elegidos y
cuida de ellos. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 33
R. Bendigamos al Señor a todas horas.
Bendeciré al Señor a todas horas, no cesará mi boca de alabarlo. Yo
me siento orgulloso del Señor, que se alegre su pueblo al escucharlo. R.
Los ojos del Señor cuidan al justo y a su clamor están atentos
sus oídos. Contra el malvado, en cambio, está el Señor, para borrar
de la tierra su recuerdo. R.
Escucha el Señor al hombre justo y lo libra de todas sus
congojas. El Señor no está lejos de sus fieles y levanta a las
almas abatidas. R.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 14, 23
R. Aleluya, aleluya.
El que me ama cumplirá mi palabra, dice el Señor; y mi Padre
lo amará y vendremos a él. R. Aleluya.
EVANGELIO
[No somos más que siervos; sólo hemos hecho lo que teníamos que
hacer.]
Del santo Evangelio según san Lucas 17, 7-10
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus apóstoles: “¿Quién de ustedes,
si tiene un siervo que labra la tierra o pastorea los rebaños, le
dice cuando éste regresa del campo: ‘Entra enseguida y ponte a
comer’? ¿No le dirá más bien: ‘Prepárame de comer y disponte a
servirme, para que yo coma y beba; después comerás y beberás tú’?
¿Tendrá acaso que mostrarse agradecido con el siervo, porque éste
cumplió con su obligación?
Así también ustedes, cuando hayan cumplido todo lo que se les
mandó, digan: ‘No somos más que siervos; sólo hemos hecho lo
que teníamos que hacer’ “. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN: El privilegio de servir a Dios o a
nuestros prójimos es algo que no conoce treguas. Es
éste un compromiso de por vida a no contentarnos
con el “mínimo”, sino a tratar de dar ese siempre
inalcanzable «de más», que nos es requerido por Jesús
(Cfr. Mt 5, 47-48). Es a partir de esta conciencia sincera
y realista como –sin complejos o falsas modestias–
debemos considerarnos simples «siervos inútiles». En
nuestro servicio al Reino, jamás ha de haber motivos
de presunción o de vana complacencia, pues cuando
Dios premia nuestros servicios no hace sino coronar
sus mismos dones.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Santifica, Señor Dios, estos dones, que alegres te presentamos en
honor de san Martín, para que nuestra vida, en medio de las penas
y alegrías, por este santo sacrificio, esté siempre orientada hacia ti.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 25, 40
Yo les aseguro que cuando lo hicieron con el más pequeño de
mis hermanos, conmigo lo hicieron, dice el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Alimentados con el sacramento de la unidad, ayúdanos, Señor,
a hacer siempre tu voluntad, para que así como san Martín te
obedeció de todo corazón, también nosotros vivamos el gozo de
ser verdaderamente tuyos. Por Jesucristo, nuestro Señor.




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