16 viernes
Blanco / Rojo
FERIA DE PASCUA
o SAN JUAN NEPOMUCENO, Mártir
MR pp. 714 y 371 [734 y 746] / Lecc. I p. 910
Nació en Bohemia (República Checa) en 1350. Su padre era juez. Ya
a los 20 años era “notario de tribunal eclesiástico”. Fue ocupando
diferentes cargos hasta llegar a vicario general del arzobispado
de Praga. Se dedicaba a ayudar especialmente a los pobres y
humildes. Como el rey cometía innumerables abusos de autoridad,
el arzobispo lo excomulgó. El rey, enfurecido, se ensañó contra los
cristianos: una de las primeras víctimas fue Juan Nepomuceno,
torturado por órdenes reales (16 de mayo de 1393).
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. 4 Esd 2, 35
Una luz eterna, Señor, brillará para tus santos y vivirán para
siempre. Aleluya.
ORACIÓN COLECTA
Señor, tú que otorgaste a san Juan Nepomuceno valor para
morir y no ceder ante los perseguidores, concédenos su fortaleza
para callar por tu amor cuanto pueda lesionar al prójimo. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[Resucitando a Jesús, Dios ha cumplido la promesa que nos hizo.]
Del libro de los Hechos de los Apóstoles 13, 26-33
En aquellos días, Pablo continuó su predicación en la sinagoga
de Antioquía de Pisidia con estas palabras:
“Hermanos míos, descendientes de Abraham, y cuantos temen
a Dios: Este mensaje de salvación les ha sido enviado a ustedes.
Los habitantes de Jerusalén y sus autoridades no reconocieron a
Jesús, y al condenarlo, cumplieron las palabras de los profetas
que se leen cada sábado: no hallaron en Jesús nada que mereciera
la muerte, y sin embargo, le pidieron a Pilato que lo mandara
ejecutar. Y después de cumplir todo lo que de él estaba escrito,
lo bajaron de la cruz y lo pusieron en el sepulcro.
Pero Dios lo resucitó de entre los muertos, y él, ya resucitado,
se apareció durante muchos días a los que lo habían seguido de
Galilea a Jerusalén. Ellos son ahora sus testigos ante el pueblo.
Nosotros les damos la buena nueva de que la promesa hecha
a nuestros padres nos la ha cumplido Dios a nosotros, los hijos,
resucitando a Jesús, como está escrito en el salmo segundo: Tú
eres mi hijo, yo te he engendrado hoy”. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 2
R. Jesucristo es el rey de las naciones. Aleluya.
El Señor me ha consagrado como rey de Sión, su ciudad santa.
Anunciaré el decreto del Señor. He aquí lo que me dijo: R.
“Hijo mío eres tú, yo te he engendrado hoy. Te daré en herencia
las naciones y como propiedad, toda la tierra. Podrás gobernarlas
con cetro de hierro, y despedazarlas como jarros”. R.
Escuchen y comprendan estas cosas, reyes y gobernantes de
la tierra. Adoren al Señor con reverencia, sírvanlo con temor. R.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 14, 6
R. Aleluya, aleluya.
Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie va al Padre, si no
es por mí, dice el Señor. R. Aleluya.
EVANGELIO
[Yo soy el camino, la verdad y la vida.]
Del santo Evangelio según san Juan 14, 1-6
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “No pierdan la
paz. Si creen en Dios, crean también en mí. En la casa de mi
Padre hay muchas habitaciones. Si no fuera así, yo se lo habría
dicho a ustedes, porque voy a prepararles un lugar. Cuando me
vaya y les prepare un sitio, volveré y los llevaré conmigo, para
que donde yo esté, estén también ustedes. Y ya saben el camino
para llegar al lugar a donde voy”.
Entonces Tomás le dijo: “Señor, no sabemos a dónde vas,
¿cómo podemos saber el camino?” Jesús le respondió: “Yo soy
el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre si no es por mí”.
Palabra del Señor.
REFLEXIÓN: Se inicia hoy el «discurso de
despedida», dirigido por Jesús a quienes está a
punto de dejar por algún tiempo en este mundo.
Los discípulos no deben turbarse ni entristecerse
por esta inminente y necesaria separación. Él –
respondiendo a la pregunta del desconcertado Tomás–
va a prepararles un lugar en la casa del Padre. A su
tiempo, volverá para llevarlos definitivamente con
Él a su Reino. En estas memorables circunstancias
Jesús nos ofrece nada menos que una de las más
ricas autorevelaciones de todo el cuarto evangelio:
«Yo soy el camino, la verdad y la vida».
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, el sacrificio de reconciliación y alabanza que
ofrecemos a tu majestad en la conmemoración del santo mártir
Juan Nepomuceno, para que nos lleve a obtener el perdón y nos
haga permanecer en continua acción de gracias. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 12, 24
Si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda infecundo;
pero, si muere, da fruto abundante. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Al celebrar con alegría esta festividad y habiendo recibido
tus dones celestiales, te pedimos, Señor, que concedas, a quienes
en este divino banquete proclamamos la muerte de tu Hijo, que
podamos participar, con los santos mártires, de su resurrección
y de su gloria. Por Jesucristo, nuestro Señor.