1° miércoles
Blanco
Memoria, SANTA TERESA DEL NIÑO JESÚS,
Virgen y Doctora de la Iglesia
MR p. 805 [836] / Lecc II p. 848
Teresa Martin realizó durante su breve vida todo el programa
que encerraba su nombre de religiosa: “Teresa del Niño Jesús
y de la Santa Faz”. Se adentró en el espíritu de la niñez de
Jesús de Nazaret, siguiendo “su caminito” y en esta forma
encontró al Cristo de la pasión, que la conduciría hasta la
Pascua (1873-1897).
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Deut 32, 10-12
El Señor fijó su mirada en ella, la instruyó y la cuidó como a la
niña de sus ojos. La condujo como el águila que despliega sus alas
para llevar a sus polluelos. El Señor fue su único maestro.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que has preparado tu Reino para los humildes y
pequeños, concédenos la gracia de seguir confiadamente el camino
de santa Teresa del Niño Jesús, para que, por su intercesión, podamos
contemplar tu gloria eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios
por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[Si le parece bien a mi señor, el rey, déjeme ir para reconstruir la
ciudad de mis padres.]
Del libro de Nehemías 2, 1-8
En el primer mes del año veinte del reinado de Artajerjes, siendo
yo, Nehemías, el copero mayor, serví una copa de vino y se la ofrecí
al rey. Nunca me había presentado ante él con cara triste. Entonces
el rey me preguntó: “¿Por qué estás tan triste, si no estás enfermo?
¿Qué es lo que te preocupa?”
Sentí entonces un gran temor y le respondí: “Que viva el rey
para siempre. ¿Cómo no he de estar triste, cuando la ciudad
donde se hallan enterrados mis padres está en ruinas y sus puertas
consumidas por el fuego?” El rey me dijo: “¿Qué es, pues, lo
que quieres?”
Me encomendé al Dios del cielo y le contesté al rey: “Si le parece
bien a mi señor, el rey, y si está satisfecho de mí, déjeme ir a Judá
para reconstruir la ciudad donde están enterrados mis padres”. El rey
y la reina, que estaba sentada a su lado, me preguntaron: “¿Cuánto
durará tu viaje y cuándo volverás?” Al rey le pareció bien el plazo
que le indiqué y me permitió ir.
Entonces yo añadí: “Ruego a mi señor, el rey, que me dé cartas
para los gobernadores de la región del otro lado del río, para que me
faciliten el viaje hasta Judá; y una carta dirigida a Asaf, encargado de
los bosques reales, para que me suministren madera para las puertas
de la ciudadela del templo, para el muro de la ciudad y para la casa
donde me voy a instalar”.
Gracias a Dios, el rey me concedió todo lo que le pedí. Palabra
de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 136
R. Tu recuerdo, Señor, es mi alegría.
Junto a los ríos de Babilonia nos sentábamos a llorar de nostalgia;
de los sauces que estaban en la orilla colgamos nuestras arpas. R.
Aquellos que cautivos nos tenían pidieron que cantáramos. Decían
los opresores: “Algún cantar de Sión, alegres, cántennos”. R.
Pero, ¿cómo podríamos cantar un himno al Señor en tierra
extraña? ¡Que la mano derecha se me seque si de ti, Jerusalén, yo
me olvidara! R.
¡Que se me pegue al paladar la lengua, Jerusalén, si no te
recordara, o si, fuera de ti, alguna otra alegría yo buscara! R.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Flp 3, 8-9
R. Aleluya, aleluya.
Todo lo considero una pérdida y lo tengo por basura, para ganar
a Cristo y vivir unido a él. R. Aleluya.
EVANGELIO
[Te seguiré a donde quiera que vayas.]
Del santo Evangelio según san Lucas 9. 57-62
En aquel tiempo, mientras iban de camino Jesús y sus
discípulos, alguien le dijo: “Te seguiré a donde quiera que
vayas”. Jesús le respondió: “Las zorras tienen madrigueras y los
pájaros, nidos; pero el Hijo del hombre no tiene en dónde reclinar
la cabeza”.
A otro, Jesús le dijo: “Sígueme”. Pero él le respondió: “Señor, déjame
ir primero a enterrar a mi padre”. Jesús le replicó: “Deja que los muertos
entierren a sus muertos. Tú ve y anuncia el Reino de Dios”.
Otro le dijo: “Te seguiré, Señor; pero déjame primero despedirme
de mi familia”. Jesús le contestó: “El que empuña el arado y mira
hacia atrás, no sirve para el Reino de Dios”. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN: El trozo evangélico nos habla de
tres tipos de «vocación». Decidirse a seguir a Jesús –
además de una gran capacidad de sacrificio y de mucha
paciencia– implica adoptar un original y valiente estilo
de vida. Él no acepta los “condicionamientos” de los
explícitamente llamados (segundo y tercer caso). Es Él
mismo, en cambio, quien pone decididas “objeciones”
a quien se manifiesta demasiado seguro (el primer
caso). Sus discípulos han de estar dispuestos incluso
a padecer penurias y a tomar opciones no exentas de
inevitables renuncias.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Al proclamar, Señor, tu obra admirable en santa Teresa,
suplicamos humildemente a tu majestad que, así como te agradaron
sus méritos, así también te sea aceptable el desempeño de nuestro
servicio. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 18,3
Dice el Señor: Si no cambian y no se hacen como los niños, no
entrarán en el Reino de los cielos.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que el sacramento que acabamos de recibir, Señor, encienda en
nosotros la fuerza de aquel amor con el que santa Teresa se entregó a
ti e imploró tu misericordia para todos. Por Jesucristo, nuestro Señor.