2 martes
Morado
FERIA,
MR p. 131 [147] / Lecc. I p. 360
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr Zac 14, 5. 7
Vendrá el Señor, mi Dios, y con él todos sus santos; y brillará en
aquel día una gran luz.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, muéstrate propicio a nuestras súplicas y concede, a
quienes están en aflicción, el auxilio de tu amor, para que, consolados
por la presencia de tu Hijo que ya viene, no nos manche algún
contagio del antiguo pecado. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios
por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[El espíritu del Señor se posará sobre él.]
Del libro del profeta Isaías 11, 1-10
En aquel día brotará un renuevo del tronco de Jesé, un vástago
florecerá de su raíz. Sobre él se posará el espíritu del Señor, espíritu
de sabiduría e inteligencia, espíritu de consejo y fortaleza, espíritu
de piedad y temor de Dios.
No juzgará por apariencias, ni sentenciará de oídas; defenderá
con justicia al desamparado y con equidad dará sentencia al pobre;
herirá al violento con el látigo de su boca, con el soplo de sus
labios matará al impío. Será la justicia su ceñidor, la fidelidad
apretará su cintura.
Habitará el lobo con el cordero, la pantera se echará con el cabrito,
el novillo y el león pacerán juntos y un muchachito los apacentará.
La vaca pastará con la osa y sus crías vivirán juntas. El león comerá
paja con el buey.
El niño jugará sobre el agujero de la víbora; la creatura meterá
la mano en el escondrijo de la serpiente. No harán daño ni estrago
por todo mi monte santo, porque así como las aguas colman el mar,
así está lleno el país de la ciencia del Señor.
Aquel día la raíz de Jesé se alzará como bandera de los
pueblos, la buscarán todas las naciones y será gloriosa su
morada. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 71
R. Ven, Señor, rey de paz y de justicia.
Comunica, Señor, al rey tu juicio y tu justicia, al que es hijo de
reyes; así tu siervo saldrá en defensa de tus pobres y regirá a tu
pueblo justamente. R.
Florecerá en sus días la justicia y reinará la paz, era tras era.
De mar a mar se extenderá su reino y de un extremo al otro de la
tierra. R.
Al débil librará del poderoso y ayudará al que se encuentra
sin amparo; se apiadará del desvalido y pobre y salvará la vida al
desdichado. R.
Que bendigan al Señor eternamente y tanto como el sol, viva
su nombre. Que sea la bendición del mundo entero y lo aclamen
dichoso las naciones. R.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Sal 79, 4
R. Aleluya, aleluya.
Ya viene el Señor, nuestro Dios, con todo su poder para iluminar
los ojos de sus hijos. R. Aleluya.
EVANGELIO
[Jesús se llenó de júbilo en el Espíritu Santo.]
Del santo Evangelio según san Lucas 10, 21-24
En aquella misma hora Jesús se llenó de júbilo en el Espíritu
Santo y exclamó: “¡Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y
de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y a los
entendidos, y las has revelado a la gente sencilla! ¡Gracias, Padre,
porque así te ha parecido bien! Todo me lo ha entregado mi Padre
y nadie conoce quién es el Hijo, sino el Padre; ni quién es el Padre,
sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar”.
Volviéndose a sus discípulos, les dijo aparte: “Dichosos los ojos
que ven lo que ustedes ven. Porque yo les digo que muchos profetas
y reyes quisieron ver lo que ustedes ven y no lo vieron, y oír lo que
ustedes oyen y no lo oyeron”. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN: Tanto la visión profética de Isaías como
el pasaje evangélico de san Lucas representan dos
momentos de gran intensidad. Dos “momentos cumbre”,
diríamos, de la revelación bíblica. Ambos expresan con
gran fuerza y lirismo la «utopía» primero y la «realización»
después, de los tiempos mesiánicos. Por la apertura
de los sencillos a la acción del Espíritu se realiza esa
especie de vuelta ideal a la armonía y a la felicidad del
paraíso. Todo esto será posible porque un «vástago» del
tronco de David, el Mesías, instaurará –también para
los que se hagan como ellos– la paz, la justicia, el amor
y la fraternidad.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que te sean agradables, Señor, nuestras humildes súplicas y
ofrendas, y puesto que no tenemos merecimientos en qué apoyarnos,
socórranos el poderoso auxilio de tu benevolencia. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN 2 Tim 4, 8
El Señor, justo juez, dará la corona merecida, a todos los que
esperan con amor su venida gloriosa.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Saciados por el alimento que nutre nuestro espíritu, te rogamos,
Señor, que, por nuestra participación en estos misterios, nos enseñes
a valorar sabiamente las cosas de la tierra y a poner nuestro corazón
en las del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.




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