22 sábado
Rojo
Memoria,
SANTA CECILIA, Virgen y Mártir
MR p. 837 y 891 [872 y 931] / Lecc. II p. 1030 [o SAN PEDRO ESQUEDA RAMÍREZ,
Mártir Mexicano*]
Esta joven romana es célebre en la vida de la Iglesia, desde el siglo V.
Una basílica en el Transtévere la recuerda. Su papel como “patrona
de los músicos” se debe a un pasaje del relato de la pasión de los
mártires Cecilia, Valeriano y Tiburcio.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Ya sigue al Cordero crucificado por nosotros, la virgen llena de
valor, ofrenda de pudor y víctima de castidad.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que nos alegras cada año con la celebración de santa
Cecilia, te suplicamos que, lo que devotamente se nos ha transmitido
sobre ella, nos sirva de ejemplo para imitarla, y proclamemos las maravillas de Cristo, tu Hijo, reflejadas en la vida de tus santos. Él,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios
por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[Por el daño que hice en Jerusalén muero ahora lleno de tristeza.]
Del primer libro de los Macabeos 6, 1-13
Cuando recorría las regiones altas de Persia, el rey Antíoco se
enteró de que había una ciudad llamada Elimaida, famosa por sus
riquezas de oro y plata. En su riquísimo templo se guardaban los
yelmos de oro, las corazas y las armas dejadas ahí por Alejandro,
hijo de Filipo y rey de Macedonia, que fue el primero que reinó
sobre los griegos.
Antíoco se dirigó a Elimaida, con intención de apoderarse de
la ciudad y de saquearla. Pero no lo consiguió, porque al conocer
sus propósitos, los habitantes le opusieron resistencia y tuvo que
salir huyendo y marcharse de ahí con gran tristeza, para volverse
a Babilonia.
Todavía se hallaba en Persia, cuando llegó un mensajero que
le anunció la derrota de las tropas enviadas a la tierra de Judá.
Lisias, que había ido al frente de un poderoso ejército, había
sido derrotado por los judíos. Estos se habían fortalecido con
las armas, las tropas y el botín capturado al enemigo. Además,
habían destruido el altar pagano levantado por él sobre el altar
de Jerusalén. Habían vuelto a construir una muralla alta en torno
al santuario y a la ciudad de Bet-Sur.
Ante tales noticias, el rey se impresionó y se quedó consternado,
a tal grado, que cayó en cama, enfermo de tristeza, por no haberle
salido las cosas como él había querido. Permaneció ahí muchos
días, cada vez más triste y pensando que se iba a morir. Entonces
mandó llamar a todos sus amigos y les dijo: “El sueño ha huido de
mis ojos y me siento abrumado de preocupación. Y me pregunto:
‘¿Por qué estoy tan afligido ahora y tan agobiado por la tristeza,
si me sentía tan feliz y amado, cuando era poderoso? Pero ahora
me doy cuenta del daño que hice en Jerusalén, cuando me llevé los
objetos de oro y plata que en ella había, y mandé exterminar sin
motivo a los habitantes de Judea. Reconozco que por esta causa
me han sobrevenido estas desgracias y que muero en tierra extraña,
lleno de tristeza’ “. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 9
R. Cantemos al Señor, nuestro salvador.
Te doy gracias, Señor, de todo corazón y proclamaré todas tus
maravillas; me alegro y me regocijo contigo y toco en tu honor,
Altísimo. R.
Porque mis enemigos retrocedieron, cayeron y perecieron ante
ti. Reprendiste a los pueblos, destruiste al malvado y borraste para
siempre su recuerdo. R.
Los pueblos se han hundido en la tumba que hicieron, su pie
quedó atrapado en la red que escondieron. Tú, Señor, jamás olvidas
al pobre y la esperanza del humilde jamás perecerá. R.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. 2 Tim 1, 10
R. Aleluya, aleluya.
Jesucristo, nuestro salvador, ha vencido a la muerte y ha hecho
resplandecer la vida por medio del Evangelio. R. Aleluya.
EVANGELIO
[Dios no es Dios de muertos, sino de vivos.]
Del santo Evangelio según san Lucas 20, 27-40
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús algunos saduceos. Como los
saduceos niegan la resurrección de los muertos, le preguntaron:
“Maestro, Moisés nos dejó escrito que si alguno tiene un hermano
casado que muere sin haber tenido hijos, se case con la viuda para dar
descendencia a su hermano. Hubo una vez siete hermanos, el mayor
de los cuales se casó y murió sin dejar hijos. El segundo, el tercero
y los demás, hasta el séptimo, tomaron por esposa a la viuda y todos
murieron sin dejar sucesión. Por fin murió también la viuda. Ahora
bien, cuando llegue la resurrección, ¿de cuál de ellos será esposa la
mujer, pues los siete estuvieron casados con ella?”
Jesús les dijo: “En esta vida, hombres y mujeres se casan, pero
en la vida futura, los que sean juzgados dignos de ella y de la
resurrección de los muertos, no se casarán ni podrán ya morir, porque
serán como los ángeles e hijos de Dios, pues él los habrá resucitado.
Y que los muertos resucitan, el mismo Moisés lo indica en el
episodio de la zarza, cuando llama al Señor, Dios de Abraham, Dios
de Isaac, Dios de Jacob. Porque Dios no es Dios de muertos, sino
de vivos, pues para él todos viven”.
Entonces, unos escribas le dijeron: “Maestro, has hablado bien”.
Y a partir de ese momento ya no se atrevieron a preguntarle nada.
Palabra del Señor.
REFLEXIÓN: Basado en un caso bastante inverosímil,
Jesús sostiene la resurrección de los muertos,
enfrentándose con ello a los acomodaticios saduceos que
la niegan tajantemente (Cfr. Mc 12, 18-27). Él afirma,
además, que la «vida futura» no ha de entenderse como
una simple continuación de la presente. El Dios de los
cristianos es el Dios de la historia y –al transformarla
en algo incomparablemente mejor– Él la quiere llevar a
su verdadera plenitud. Para quien se ha esforzado por
vivir recta y generosamente, el futuro más que un “muro”
infranqueable es, en realidad, una “puerta”.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te pedimos, Señor, que los dones que te presentamos en la
celebración de santa Cecilia, por tu gracia, te sean agradables, así como
te fue grato el combate de su martirio. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Apoc 7, 17
El Cordero, que está en el trono, los conducirá a las fuentes del
agua de la vida.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor Dios, que coronaste entre los santos a la bienaventurada
Cecilia, por la doble victoria de su virginidad y de su martirio,
concédenos, por la eficacia de este sacramento, que, venciendo
valerosamente todo mal, consigamos la gloria del cielo. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
SAN PEDRO ESQUEDA RAMÍREZ, Mártir Mexicano *
MR p. 885 [924] / Lecc. II p. 1030
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Flp 3, 8. 10
Todo lo consideró basura, con tal de conocer a Cristo, y
conformarse a su muerte en comunión con su pasión.
ORACIÓN COLECTA
Dios omnipotente y misericordioso, que concediste a san Pedro
Esqueda Ramírez luchar por la justicia hasta la muerte, haz que,
por su intercesión, soportemos por tu amor todas las adversidades
y corramos esforzadamente hacia ti, pues sólo tú eres la vida. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te presentamos, Señor, estas ofrendas al conmemorar a tu santo
mártir Pedro Esqueda Ramírez, a quien ninguna tentación pudo
separar de la unidad del cuerpo de Cristo. Él, que vive y reina por
los siglos de los siglos.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 8, 12
El que me sigue no caminará en la oscuridad y tendrá la luz de
la vida, dice el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Renovados por estos sagrados misterios, te rogamos, Señor, que,
imitando la admirable constancia de san Pedro Esqueda Ramírez,
merezcamos, por nuestra perseverancia, conseguir el premio eterno.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Nació en San Juan de los Lagos, Jal. (Diócesis de San
Juan de los Lagos), el 29 de abril de 1887. Vicario de
San Juan de los Lagos. El ministerio al que se dedicó
con verdadera pasión fue la catequesis de los niños.
Fundó varios centros de estudio y una escuela para
la formación de catequistas. Siempre fue muy devoto
del Santísimo. En plena persecución organizaba a las
familias para que no faltaran a la guardia perpetua a
Jesús Sacramentado en casas particulares.
Desde el momento de ser apresado fue tan duramente
golpeado, que se le abrió una herida en la cara. Un
militar, después de golpearlo, le dijo: «Ahora ya has
de estar arrepentido de ser cura»; a lo que contestó
dulcemente el padre Pedro: «No, ni un momento, y poco
me falta para ver el cielo». El 22 de noviembre de 1927
fue sacado de su prisión para ser ejecutado; los niños le
rodearon y el Padre Esqueda insistentemente le repitió
a un pequeño que caminaba junto a él: «No dejes de
estudiar el catecismo, ni dejes la doctrina cristiana para
nada». Y en un pedazo de papel escribió sus últimas
recomendaciones para las catequistas. Al llegar a las
afueras del poblado de Teocaltitlán, Jal., le dispararon
tres balas que cambiaron su vida terrena por la eterna.
http://www.vatican.va/news_services/liturgy/saints/ns_lit_doc_20000521_esqueda-ramirez_sp.html




Informes Parroquiales
Informes Especiales


