6 lunes
Verde / Blanco
Feria
o SAN BRUNO, Presbítero
MR pp. 808 y 924 [840 y 963] / Lecc. II p. 866
Durante algún tiempo fue profesor en Reims. Pero un día, junto
con algunos discípulos, se estableció en el valle de Cartuja, para
dedicarse a la penitencia y a la contemplación. Llevaban una vida
combinada de soledad de ermitaños con una pequeña porción de
vida comunitaria. Urbano II lo llamó a Roma. Bruno murió en una
ermita de Calabria (1035-1101).
ANTÍFONA DE ENTRADA
Donde los hermanos se reúnan para glorificar a Dios, ahí el Señor
dará su bendición.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que llamaste a san Bruno a servirte en la soledad,
concédenos, por su intercesión, en medio de la inestabilidad de este
mundo, hallar en ti nuestro descanso. Por nuestro Señor Jesucristo,
tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y
es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[Se levantó Jonás para huir del Señor.]
Del libro del profeta Jonás 1, 1-2, 1. 11
El Señor le dirigió la palabra a Jonás, hijo de Amitay, y le dijo:
“Levántate y vete a Nínive, la gran ciudad, y predica en ella que su
maldad ha llegado hasta mí”.
Se levantó Jonás para huir a Tarsis, lejos del Señor, y llegó a Jafa,
donde encontró un barco que salía para Tarsis; pagó su pasaje y se
embarcó para dirigirse a Tarsis, lejos del Señor.
Pero el Señor desencadenó un gran viento sobre el mar y
provocó una tormenta tan fuerte, que el barco estaba a punto de
naufragar. Los marineros tuvieron miedo y se pusieron a invocar
cada uno a su dios. Luego echaron al mar la carga para aligerar
la nave.
Mientras tanto, Jonás había bajado al fondo del barco, se había
acostado y dormía profundamente. El capitán se le acercó y le dijo:
“¿Qué haces aquí dormido? Levántate e invoca a tu Dios, a ver si
él se compadece de nosotros y no perecemos”.
Luego se dijeron unos a otros: “Echemos suertes para ver
quién tiene la culpa de esta desgracia”. Echaron suertes y le tocó
a Jonás. Entonces le dijeron: “Dinos por qué nos ha sobrevenido
esta desgracia, cuál es tu oficio, de dónde vienes, cuál es tu país y
de qué pueblo eres”.
Él les respondió: “Soy hebreo y adoro al Señor, Dios del cielo,
que hizo el mar y la tierra”. Entonces aquellos hombres tuvieron
mucho miedo y le dijeron: “¿Por qué has hecho esto?” Pues él
acababa de decirles que iba huyendo del Señor. Y como el mar seguía
encrespándose, le preguntaron: “¿Qué hemos de hacer contigo para
que el mar se calme?” Él les respondió: “Levántenme y arrójenme al
mar, y el mar se calmará, pues sé que por mi culpa les ha sobrevenido
esta tormenta tan fuerte”.
Los hombres se pusieron a remar para alcanzar la costa, pero
no pudieron, porque el mar seguía encrespándose en torno a ellos.
Entonces invocaron al Señor, diciendo: “Señor, no nos hagas morir
por culpa de este hombre, ni nos hagas responsables de la muerte
de un inocente, ya que es clara tu voluntad”.
Entonces levantaron a Jonás y lo arrojaron al mar y el mar calmó
su furia. Y aquellos hombres temieron mucho al Señor; le ofrecieron
un sacrificio y le hicieron promesas.
Dispuso el Señor que una ballena se tragara a Jonás, el cual
estuvo en el vientre de la ballena tres días y tres noches. Entonces
el Señor le ordenó a la ballena que vomitara a Jonás en tierra firme.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL Jon 2
R. En el peligro grité al Señor y me atendió.
En el peligro grité al Señor y me atendió. Desde el vientre del
abismo te pedí auxilio y me escuchaste. R.
Me habías arrojado al fondo, en alta mar, me rodeaba la corriente,
tus torrentes y tus olas me arrollaban. R.
Entonces pensé: “Me has arrojado de tu presencia; ¿quién pudiera
ver otra vez tu santo templo?” R.
Cuando se me acababan las fuerzas, invoqué al Señor y llegó
hasta ti mi oración, hasta tu santo templo. R.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 13, 34
R. Aleluya, aleluya.
Les doy un mandamiento nuevo, dice el Señor, que se amen los
unos a los otros, como yo los he amado. R. Aleluya.
EVANGELIO
[¿Quién es mi prójimo?]
Del santo Evangelio según san Lucas 10, 25-37
En aquel tiempo, se presentó ante Jesús un doctor de la ley para
ponerlo a prueba y le preguntó: “Maestro, ¿qué debo hacer para
conseguir la vida eterna?” Jesús le dijo: “¿Qué es lo que está escrito
en la ley? ¿Qué lees en ella?” El doctor de la ley contestó: “Amarás
al Señor tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas
tus fuerzas y con todo tu ser, y a tu prójimo como a ti mismo”. Jesús
le dijo: “Has contestado bien; si haces eso, vivirás”.
El doctor de la ley, para justificarse, le preguntó a Jesús: “¿Y
quién es mi prójimo?” Jesús le dijo: “Un hombre que bajaba por el
camino de Jerusalén a Jericó, cayó en manos de unos ladrones, los
cuales lo robaron, lo hirieron y lo dejaron medio muerto. Sucedió
que por el mismo camino bajaba un sacerdote, el cual lo vio y
pasó de largo. De igual modo, un levita que pasó por ahí, lo vio y
siguió adelante. Pero un samaritano que iba de viaje, al verlo, se
compadeció de él, se le acercó, ungió sus heridas con aceite y vino
y se las vendó; luego lo puso sobre su cabalgadura, lo llevó a un
mesón y cuidó de él. Al día siguiente sacó dos denarios, se los dio
al dueño del mesón y le dijo: ‘Cuida de él y lo que gastes de más,
te lo pagaré a mi regreso’.
¿Cuál de estos tres te parece que se portó como prójimo del
hombre que fue asaltado por los ladrones?” El doctor de la ley le
respondió: “El que tuvo compasión de él”. Entonces Jesús le dijo:
“Anda y haz tú lo mismo”. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN: Construir un mundo mejor implica
necesariamente tratar de ser “prójimo” de quienes
nos rodean. La parábola del «Buen Samaritano» –que
en el fondo es una representación de Jesús mismo– lo
que quiere enseñarnos es que nuestro amor no ha de
manifestarse simplemente en palabras. Este amor sólo
será perfecto si llega a abarcar incluso a quienes se dicen
nuestros “enemigos”. La ejemplificación de «prójimo» no
en el caído en desgracia, sino en el solícito samaritano
que lo socorre, es una insistente llamada a imitarlo,
haciéndonos solidarios con los necesitados.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te pedimos, Señor, que recibas este sacrificio que te ofrecemos
por la salvación de tu pueblo, por el cual podamos, con la intercesión
de san Bruno, no sólo apartarnos de las seducciones del pecado, sino
también formar parte de la asamblea de los santos en el cielo. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Lc 8, 15
Los que acogen la Palabra de Dios con un corazón bueno y bien
dispuesto, dan fruto por su constancia.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concede, Señor Dios nuestro, que, amparados bajo la protección
de san Bruno, por virtud de este sacramento, regalo de tu sabiduría,
vivamos con justa moderación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ACTIVIDAD DIOCESANA
Jubileo Circular: Lunes 6, Martes 7 y Miércoles 8
de Octubre: María Madre de Gracia (Atemajac),
San Cristóbal Magallanes, Señor del Perdón (La
Duraznera), San Cayetano, Ntra. Sra. de la Soledad
(Vallarta), Ntra. Sra. de la Salud de los Enfermos,
Cristo Resucitado (Tlaquepaque), Divino Maestro
(Tonalá), Ntra. Sra. de Guadalupe (Trejos).