24 miércoles
Verde / Blanco
Feria
o SAN CHÁRBEL MAKHLUF, Presbítero
MR pp. 752 y 924 [777 y 963] / Lecc. II p. 595
Nació en Beka Kafra, Líbano, el 8 de mayo 1828. Perteneció a
la Orden de los Maronitas Libaneses, que, por amor a la soledad
y para alcanzar la más alta perfección, dejó el monasterio de
Annaya, en el Líbano, y se retiró al desierto, en el que sirvió a
Dios día y noche, viviendo con gran austeridad, ayunando y
orando. Murió en el monasterio de Annaya el 24 de diciembre
de 1898, y fue canonizado por el Papa Pablo VI en 1977.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 70, 8. 23
Mi boca proclama tu alabanza con cantos y mis labios se
alegran mientras canto para ti.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que llamaste al presbítero san Chárbel Makhlüf
al extraordinario combate espiritual del desierto, y lo enriqueciste
con una piedad admirable, concédenos que, transformados en
imitadores de la pasión del Señor, merezcamos ser partícipes de
su reino. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos
de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[Te consagré como profeta para las naciones.]
Del libro del profeta Jeremías 1, 1. 4-10
Palabras de Jeremías, hijo de Jilquías, uno de los sacerdotes
residentes en Anatot, territorio de Benjamín.
En tiempo de Josías, el Señor me dirigió estas palabras:
"Desde antes de formarte en el seno materno, te conozco;
desde antes de que nacieras, te consagré como profeta para las
naciones".
Yo le contesté: "Pero, Señor mío, yo no sé expresarme,
porque apenas soy un muchacho".
El Señor me dijo: "No digas que eres un muchacho, pues
irás a donde yo te envíe y dirás lo que yo te mande. No tengas
miedo, porque yo estoy contigo para protegerte", palabra del
Señor.
El Señor extendió entonces su brazo, con su mano me tocó
la boca y me dijo: "Desde hoy pongo mis palabras en tu boca
y te doy autoridad sobre pueblos y reyes, para que arranques y
derribes, para qué destruyas y deshagas, para que edifiques y
plantes". Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 70, 1-2, 3, 5a-6, 15ab-17
R. Señor, tú eres mi esperanza.
Señor, tú eres mi esperanza, que no quede yo jamás
defraudado. Tú que eres justo, ayúdame y defiéndeme; escucha
mi oración y ponme a salvo. R.
Sé para mí un refugio, ciudad fortificada en que me salves.
Y pues eres mi auxilio y mi defensa, líbrame, Señor, de los
malvados. R.
Señor, tú eres mi esperanza; desde mi juventud en ti confío.
Desde que estaba en el seno de mi madre, yo me apoyaba en ti
y tú me sostenías. R.
Yo proclamaré siempre tu justicia y a todas horas, tu
misericordia. Me enseñaste a alabarte desde niño y seguir
alabándote es mi orgullo. R.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
R. Aleluya, aleluya.
La semilla es la palabra de Dios y el sembrador es Cristo;
todo aquel que lo encuentra vivirá para siempre. R. Aleluya.
EVANGELIO
[Algunos granos dieron el ciento por uno.]
Del santo Evangelio según san Mateo 13, 1-9
Un día salió Jesús de la casa donde se hospedaba y se sentó
a la orilla del mar. Se reunió en torno suyo tanta gente, que
él se vio obligado a subir a una barca, donde se sentó, mientras
la gente permanecía en la orilla. Entonces Jesús les habló de
muchas cosas en parábolas y les dijo:
"Una vez salió un sembrador a sembrar, y al ir arrojando la
semilla, unos granos cayeron a lo largo del camino; vinieron
los pájaros y se los comieron. Otros granos cayeron en terreno
pedregoso, que tenía poca tierra; ahí germinaron pronto, porque
la tierra no era gruesa; pero cuando subió el sol, los brotes se
marchitaron, y como no tenían raíces, se secaron. Otros cayeron
entre espinos, y cuando los espinos crecieron, sofocaron las
plantitas. Otros granos cayeron en tierra buena y dieron fruto:
unos, ciento por uno; otros, sesenta; y otros, treinta. El que tenga
oídos, que oiga". Palabra del Señor.
REFLEXIÓN: El realismo optimista de la «parábola
del sembrador» quiere indicarnos que el Reino de
Dios ya está, humilde pero efectivamente, en marcha.
Éste es, por el momento, un sencillo y prometedor
germen de vida, en espera de ser arropado con los
distintos grados de la cooperación humana. Con
esta aleccionadora comparación, con la que el Señor
inicia otra más amplia serie de parábolas Jesús se
presenta, indirectamente, a sí mismo –si no es que
también a su naciente Iglesia– como insuperable
dispensador de la Palabra de Dios en forma amplia
y generosa.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te pedimos, Señor, que recibas este sacrificio que te
ofrecemos por la salvación de tu pueblo, por el cual podamos,
con la intercesión de san Chárbel Makhlüf, no sólo apartarnos
de las seducciones del pecado, sino también formar parte de la
asamblea de los santos en el cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTIFONA DE LA COMUNION Cfr. Sal 83, 5
Dichosos los corazones limpios porque han recibido la
bendición del Señor y han encontrado gracia delante de Dios,
su salvador.
ORACION DESPUES DE LA COMUNION
Concede, Señor Dios nuestro, que, amparados bajo la
protección de san Chárbel Makhlüf, por virtud de este sacramento,
regalo de tu sabiduría, vivamos con justa moderación. Por
Jesucristo, nuestro Señor.