10 domingo
Blanco
Fiesta,
EL BAUTISMO DEL SEÑOR
MR p. 188 [199] / Lecc. I p. 148. Semana I del Salterio.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Mt 3, 16-17
Inmediatamente después de que Jesús recibió el bautismo, se abrieron los
cielos y el Espíritu Santo se posó sobre él en forma de paloma, y resonó la
voz del Padre que decía: "Este es mi Hijo amado, en quien he puesto todo
mi amor".
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, que proclamaste solemnemente a Jesucristo
como tu Hijo muy amado, cuando, al ser bautizado en el Jordán, descendió el
Espíritu Santo sobre él, concede a tus hijos de adopción, renacidos del agua
y del Espíritu Santo, que se conserven siempre dignos de tu complacencia.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[Miren a mi siervo, en quien tengo mis complacencias.]
Del libro del profeta Isaías 42, 1-4. 6-7
Esto dice el Señor: "Miren a mi siervo, a quien sostengo, a mi elegido, en
quien tengo mis complacencias. En él he puesto mi espíritu para que haga
brillar la justicia sobre las naciones.
No gritará, no clamará, no hará oír su voz por las calles; no romperá la caña
resquebrajada, ni apagará la mecha que aún humea. Promoverá con firmeza
la justicia, no titubeará ni se doblegará hasta haber establecido el derecho
sobre la tierra y hasta que las islas escuchen su enseñanza.
Yo, el Señor, fiel a mi designio de salvación, te llamé, te tomé de la mano, te
he formado y te he constituido alianza de un pueblo, luz de las naciones, para
que abras los ojos de los ciegos, saques a los cautivos de la prisión y de la
mazmorra a los que habitan en tinieblas". Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 28, la y 2. 3ac-4. 3b y 9b-10
R. Te alabamos, Señor.
Hijos de Dios, glorifiquen al Señor, denle la gloria que merece. Postrados en
su templo santo, alabemos al Señor. R.
La voz del Señor se deja oír sobre las aguas torrenciales. La voz del Señor es
poderosa, la voz del Señor es imponente. R.
El Dios de majestad hizo sonar el trueno de su voz. El Señor se manifestó
sobre las aguas desde su trono eterno. R.
SEGUNDA LECTURA
[Dios ungió con el Espíritu Santo a Jesús de Nazaret.]
Del libro de los Hechos de los Apóstoles 10, 34-38
En aquellos días, Pedro se dirigió a Cornelio y a los que estaban en su casa,
con estas palabras: "Ahora caigo en la cuenta de que Dios no hace distinción
de personas, sino que acepta al que lo teme y practica la justicia, sea de la
nación que fuere. Él envió su palabra a los hijos de Israel, para anunciarles la
paz por medio de Jesucristo, Señor de todos.
Ya saben ustedes lo sucedido en toda Judea, que tuvo principio en Galilea,
después del bautismo predicado por Juan: cómo Dios ungió con el poder del
Espíritu Santo a Jesús de Nazaret y cómo éste pasó haciendo el bien, sanando
a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él". Palabra de
Dios.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Mc 9, 7
R. Aleluya, aleluya.
Se abrió el cielo y resonó la voz del Padre, que decía: "Este es mi Hijo amado; escúchenlo". R. Aleluya.
EVANGELIO
[Tú eres mi Hijo amado; yo tengo en ti mis complacencias.]
Del santo Evangelio según san Marcos 1, 7-11
En aquel tiempo, Juan predicaba diciendo: "Ya viene detrás de mí
uno que es más poderoso que yo, uno ante quien no merezco ni siquiera inclinarme para desatarle la correa de sus sandalias. Yo los he
bautizado a ustedes con agua, pero él los bautizará con el Espíritu Santo".
Por esos días, vino Jesús desde Nazaret de Galilea y fue bautizado por Juan
en el Jordán. Al salir Jesús del agua, vio que los cielos se rasgaban y que el
Espíritu, en figura de paloma, descendía sobre él. Se oyó entonces una voz
del cielo que decía: "Tú eres mi Hijo amado; yo tengo en ti mis complacencias". Palabra del Señor.
Se dice Credo.
ORACIÓN DE LOS FIELES:
Oremos a nuestro Salvador, que quiso ser bautizado para santificar nuestro
bautismo, y pidámosle que se compadezca de quienes ha querido que fueran
sus hermanos:
1. Para que Cristo, en quien el Padre se complace, mire con amor a todos los
que se preparan para el bautismo o la confirmación, o preparan el bautismo o
la confirmación de sus hijos, roguemos al Señor.
2. Para que Cristo ilumine a los que buscan a Dios con sinceridad de corazón
y les haga oír la voz del Padre que los llama a escuchar a su Hijo amado, y
los conduzca hacia el baño de regeneración, roguemos al Señor.
3. Para que Cristo –el Enviado del Padre, que no quiebra la caña resquebrajada ni apaga la mecha que aún humea– conceda la salud a los que viven
oprimidos por los poderes del enemigo malo, roguemos al Señor.
4. Para que Cristo –el Hijo amado, que quiso ser bautizado por Juan en el
Jordán– nos haga descubrir y amar la grandeza del bautismo cristiano, don
del amor de Dios a los hombres, roguemos al Señor.
Padre todopoderoso, que haces resonar tu voz magnífica en las aguas del
bautismo y en la unción de la confirmación, escucha nuestras oraciones, y
concede a los renacidos del agua y del Espíritu ser testigos valientes de la fe
que profesan. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, los dones que te presentamos en la manifestación de tu Hijo
muy amado, para que la oblación de tus hijos se convierta en el mismo sacrificio de aquel que quiso en su misericordia lavar los pecados del mundo. Él,
que vive y reina por los siglos de los siglos.
PREFACIO: El Bautismo del Señor.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias
siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque mostraste en el Jordán con signos admirables el misterio del nuevo
bautismo, para que por aquella voz, venida del cielo, creyéramos que tu Palabra ya estaba habitando entre nosotros y, por el Espíritu Santo, que descendió
en forma de paloma, se supiera que Cristo, tu Siervo, era ungido con óleo
de alegría y enviado a anunciar el Evangelio a los pobres.
Por eso, a una con los coros de los ángeles, te alabamos continuamente en
la tierra, aclamando sin cesar: Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 1, 32. 34
Este es aquel de quien Juan decía: Yo lo he visto y doy testimonio de que
él es el Hijo de Dios.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Saciados con estos sagrados dones, imploramos, Señor, tu clemencia, para
que, escuchando fielmente a tu Unigénito, nos llamemos y seamos de verdad hijos tuyos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ACTIVIDAD DIOCESANA
Visita al Santuario de los Mártires:
Decanato de Nuestra Señora de Lourdes.
XXXXI Pre Jornada Diocesana para Evangelizadores y
Catequistas