Feria o, BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA DE LORETO
MR p. 874 [913] / Lecc I p. 375
Esta venerable «Casa» da origen a la devoción a Nuestra Señora
de Loreto. De ello nos da cuenta una antigua crónica que data
de 1465, en la que se afirma que fue encontrada entre el 9 y el
10 de diciembre de 1294 por la noche en la colina donde hasta
la fecha se encuentra ubicada. Este Santuario es una memoria
viva del Misterio de la Encarnación y de los admirables ejemplos
evangélicos de la Sagrada Familia de Nazaret. Son muchos los
Sumos Pontífices los que han cuidado el incremento del culto a la
Virgen María en este su Santuario que, además, ha sido el origen
de la difusión siempre creciente, a nivel de Iglesia universal,
de las muy conocidas «Letanías Lauretanas»”, aprobadas
originalmente por el Papa Clemente VIII en 1601. En 1920 el
Santo Padre Benedicto XV nombraba a la Virgen de Loreto como
patrona de la aviación a nivel mundial. A partir de 2019 el Papa
Francisco decretó que la memoria libre de la bienaventurada
Virgen María de Loreto se inscribiera en el Calendario Romano
el 10 de diciembre.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Is 45, 8
Dejen, cielos, caer su rocío y que las nubes lluevan al
justo; que la tierra se abra y haga germinar al Salvador.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que, cumpliendo las promesas hechas a
nuestros Padres, elegiste a la santísima Virgen María para ser la
Madre del Salvador, concédenos seguir los ejemplos de aquella
cuya humildad tanto te agradó y cuya obediencia nos fue de tanto
provecho. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos
de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[Dios consuela a su pueblo.]
Del libro del profeta Isaías 40, 1-11
“Consuelen, consuelen a mi pueblo, dice nuestro Dios.
Hablen al corazón de Jerusalén y díganle a gritos que ya termi- nó el tiempo de su servidumbre y que ya ha satisfecho por sus
iniquidades, porque ya ha recibido de manos del Señor castigo
doble por todos sus pecados”.
Una voz clama: “Preparen el camino del Señor en el de- sierto, construyan en el páramo una calzada para nuestro Dios.
Que todo valle se eleve, que todo monte y colina se rebajen;
que lo torcido se enderece y lo escabroso se allane. Entonces se
revelará la gloria del Señor y todos los hombres la verán». Así
ha hablado la boca del Señor.
Una voz dice: “¡Griten!», y yo le respondo: “¿Qué debo
gritar?» “Todo hombre es como la hierba y su grandeza es como flor del campo. Se seca la hierba y la flor se marchita, pero la
palabra de nuestro Dios permanece para siempre”.
Sube a lo alto del monte, mensajero de buenas nuevas para
Sión; alza con fuerza la voz, tú que anuncias noticias alegres a
Jerusalén. Alza la voz y no temas; anuncia a los ciudadanos de
Judá:
“Aquí está su Dios. Aquí llega el Señor, lleno de poder,
el que con su brazo lo domina todo. El premio de su victoria lo
acompaña y sus trofeos lo anteceden. Como pastor apacentará a
su rebaño; llevará en sus brazos a los corderitos recién nacidos
y atenderá solícito a sus madres». Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 95
R. Ya viene el Señor a renovar el mundo.
Cantemos al Señor un nuevo canto; que le cante al Señor
toda la tierra; cantemos al Señor y bendigámoslo, proclamemos
su amor día tras día. R.
Su grandeza anunciemos a los pueblos; de nación en na- ción, sus maravillas. «Reina el Señor», digamos a los pueblos,
gobierna a las naciones con justicia. R.
Alégrense los cielos y la tierra, retumbe el mar y el mundo submarino. Salten de gozo el campo y cuanto encierra, manifiesten
los bosques regocijo. R.
Regocíjese todo ante el Señor, porque ya viene a gober- nar el orbe. Justicia y rectitud serán las normas con las que rija
a todas las naciones. R.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
R. Aleluya, aleluya.
Ya está cerca el día del Señor. Ya viene el Señor a salvar- nos. R. Aleluya.
EVANGELIO
[Dios no quiere que se pierda uno solo de los pequeños.]
Del santo Evangelio según san Mateo 18, 12-14
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «¿Qué les
parece? Si un hombre tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿acaso
no deja las noventa y nueve en los montes, y se va a buscar a
la que se le perdió? Y si llega a encontrarla, les aseguro que se
alegrará más por ella que por las noventa y nueve que no se le
perdieron. De igual modo, el Padre celestial no quiere que se
pierda uno solo de estos pequeños». Palabra del Señor.
REFLEXIÓN: Dios, el «Pastor» por excelencia,
es el gran protagonista del pasaje inicial de lo que
luego será conocido como el “libro de la consolación”
(Isaías, caps. 40–66). En realidad este vaticinio se
compone de dos partes. En la primera resuena la
invitación a los desterrados para prepararse al regreso a la tierra de los padres, trazando una ideal
«vía regia» en el desierto. En la segunda un heraldo
«de buenas nuevas» –desde la impresionante altura de
Jerusalén– contempla, entusiasmado, las columnas
de los repatriados y comunica tal gozoso anuncio.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, estos dones, y por tu gracia conviértelos en
sacramento de salvación, en el cual, después de que cesaron los
sacrificios que en figura ofrecían en la Antigua Alianza nuestros
Padres, se ofrece ahora el verdadero Cordero, nacido de manera
inefable de la inmaculada Virgen María, Jesucristo, tu Hijo. El,
que vive y reina por los siglos de los siglos.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Is 7, 14
He aquí que la Virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le
pondrán el nombre de Emmanuel.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, Dios nuestro, que el sacramento que hemos recibido
atraiga continuamente sobre nosotros tu misericordia, para que
seamos salvos, en virtud de la Encarnación de tu Hijo, todos los
que celebramos con fe el recuerdo de su santísima Madre. Por
Jesucristo, nuestro Señor.