3 sábado
Rojo
Fiesta
LA SANTA CRUZ
MR p. 708 [740] / Lecc. I p. 1012.
En la Iglesia universal la fiesta de la Santa Cruz se celebra el 14
de septiembre, al día siguiente de la dedicación de la “Iglesia de
la Resurrección”, levantada en Jerusalén sobre el sepulcro de
Jesucristo. Antes de la reforma litúrgica del Vaticano II esta fiesta
se llamaba “La exaltación de la Santa Cruz”. Entonces también
se celebraba otra fiesta, la del “Hallazgo de la Santa Cruz”, el
día 3 de mayo. Dado que en México la celebración de la Santa
Cruz en este día está muy arraigada, sobre todo en el sector de
la construcción, el Episcopado Mexicano pidió autorización a
la Santa Sede para seguirla celebrando el 3 de mayo en vez del
14 de septiembre, con lo cual siempre cae dentro del Tiempo
Pascual. Ciertamente la cruz es el trofeo de la victoria pascual
de Cristo sobre la muerte.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Gal 6, 14
Que nuestro único orgullo sea la Cruz de nuestro Señor
Jesucristo, porque en él tenemos la salvación, la vida y la
resurrección, y por él hemos sido salvados y redimidos. Aleluya.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que quisiste que tu Unigénito sufriera la cruz para
salvar al género humano, concédenos que quienes conocimos su
misterio en la tierra, merezcamos alcanzar en el cielo el premio
de su redención. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive
y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los
siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[Si alguno era mordido y miraba la serpiente de bronce quedaba
curado.]
Del libro de los Números 21, 4-9
En aquellos días, el pueblo se impacientó y murmuró contra
Dios y contra Moisés, diciendo: “¿Para qué nos sacaste de Egipto?
¿Para qué muriéramos en el desierto? No tenemos pan ni agua y
ya estamos hastiados de esta miserable comida”.
Entonces envió Dios contra el pueblo serpientes venenosas,
que los mordían y murieron muchos israelitas. El pueblo acudió
a Moisés y le dijo: “Hemos pecado al murmurar contra el Señor
y contra ti. Ruega al Señor que aparte de nosotros las serpientes”.
Moisés rogó al Señor por el pueblo y el Señor le respondió: “Haz
una serpiente como ésas y levántala en un palo. El que haya sido
mordió por las serpientes y mire la que tú hagas, vivirá”. Moisés
hizo una serpiente de bronce y la levantó en un palo; y si alguno
era mordido y miraba la serpiente de bronce, quedaba curado.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 77
R. No olvidemos las hazañas del Señor.
Escucha, pueblo mío, mi enseñanza; presten oído a las palabras
de mi boca. Abriré mi boca y les hablaré en parábolas; anunciaré
lo que estaba oculto desde la creación del mundo. R.
Cuando Dios los hacía morir, lo buscaban y madrugaban para
volverse hacia él. Se acordaban de que Dios era su auxilio; el
Dios altísimo, su redentor. R.
Lo adulaban con su boca, le mentían con su lengua; su corazón
no era sincero con él ni eran fieles a su alianza. R.
Pero él sentía lástima de ellos, les perdonaba su culpa y no
los destruía. Muchas veces dominó su ira y apagó el furor de su
cólera. R.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
R. Aleluya, aleluya.
Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos, porque con tu santa
cruz redimiste al mundo. R. Aleluya.
EVANGELIO
[El Hijo del hombre tiene que ser levantado.]
Del santo Evangelio según san Juan 3, 13-17
En aquel tiempo, Jesús dijo a Nicodemo: “Nadie ha subido
al cielo sino el Hijo del hombre, que bajó del cielo y está en
el cielo. Así como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así
tiene que ser levantado el Hijo del hombre, para que todo el que
crea en él tenga vida eterna.
Porque tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo
único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga
vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para condenar al
mundo, sino para que el mundo se salvara por él”. Palabra del
Señor.
REFLEXIÓN: • Al buscar los orígenes de esta
celebración tan popular de la «Cruz de Mayo» –primero
en España y luego en sus Colonias– hay que referirse
necesariamente a las fiestas paganas en torno a un
simbólico «árbol», que representaba lo exuberante
de la Naturaleza, y que se celebraban desde muy
antiguo en el mes de mayo, a mitad de la primavera.
Para ello se valió, sobre todo, del célebre episodio de
la supuesta visión del emperador Constantino antes
de enfrentar a los bárbaros a orillas del Danubio en
una desigual batalla. Las palabras aparecidas en el
cielo: «In hoc signo vinces» (“Con este signo vencerás”)
vinieron a cambiar radicalmente la vida del monarca,
quien luego de hacerse bautizar envió a su madre,
santa Elena, a Jerusalén en busca de la verdadera
Cruz de Cristo… • El uso litúrgico que pide siempre
una Cruz cercana al altar cuando se celebra la Santa
Misa, hace referencia a la figura bíblica de la serpiente
de bronce que Moisés enarboló en el desierto. San
Juan entendió muy bien este simbolismo en el relato
de la Pasión cuando, citando al profeta Zacarías 12,
10, escribió: «Mirarán al que traspasaron» (Jn 19, 37).
Después de la reforma del Vaticano II, en atención a
una bien entendida religiosidad popular –y sobre todo
mirando al sufrido mundo de los trabajadores de la
construcción– nuestros Pastores pidieron mantener
en esta fecha tradicional, lo que a nivel de Iglesia
universal se festeja como: “La Exaltación de la Santa
Cruz”, el 14 de septiembre.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te rogamos, Señor, que este sacrificio, que en el altar de la
cruz borró el pecado del mundo entero, nos purifique de todas
nuestras ofensas. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO: La victoria de la Cruz gloriosa.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios
todopoderoso y eterno.
Porque has puesto la salvación del género humano en el árbol
de la Cruz, para que, de donde tuvo origen la muerte, de allí
resurgiera la vida; y el que en un árbol venció, fuera en un árbol
vencido, por Cristo, Señor nuestro.
Por él, celebran tu majestad los ángeles, te adoran las
dominaciones, se estremecen las potestades. Te celebran,
unidos en la alegría, los cielos, las virtudes celestiales y los
bienaventurados serafines. Permítenos asociarnos a sus voces
cantando humildemente tu alabanza: Santo, Santo, Santo...
Se puede decir también el prefacio I de la Pasión del Señor, p.
497 [498].
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 12, 32
Cuando yo sea levantado de la tierra, atraeré a todos hacia mí,
dice el Señor. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor nuestro, Jesucristo, fortalecidos con este alimento
santo, te pedimos que conduzcas a la gloria de tu resurrección
a quienes redimiste por el madero vivificante de la cruz. Tú que
vives y reinas por los siglos de los siglos.