29 miércoles
Morado
FERIA DE CUARESMA
MR p. 240 [252] / Lecc. I p. 791
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 17, 49
Tú me liberas, Señor, de la ira de los pueblos, me haces triunfar
sobre mis adversarios y me salvas del hombre malvado.
ORACIÓN COLECTA
Ilumina, Dios compasivo, los corazones de tus hijos que tratan
de purificarse por la penitencia y, ya que nos infundes el deseo
de servirte con amor, dígnate escuchar paternalmente nuestras
súplicas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de
los siglos.
PRIMERA LECTURA
[Dios mandó a su ángel para liberar a sus siervos.]
Del libro del profeta Daniel 3, 14-20. 49-50. 91-92. 95
En aquellos días dijo el rey Nabucodonosor: “¿Es cierto,
Sedrak, Mesak y Abednegó, que no quieren servir a mis dioses,
ni adorar la estatua de oro que he mandado levantar? Pues bien,
si no es cierto, estén dispuestos para que, al oír sonar el cuerno, la
flauta, la cítara, el salterio, la chirimía y toda clase de instrumentos,
se postren y adoren la estatua que he mandado hacer. Pero si no la
adoran, serán arrojados inmediatamente a un horno encendido. ¿Y
qué dios podrá librarlos entonces de mis manos?”
Pero Sedrak, Mesak y Abednegó contestaron al rey
Nabucodonosor: “No es necesario responder a tu pregunta, pues el
Dios a quien servimos puede librarnos del horno encendido y nos
librará de tus manos; y aunque no lo hiciera, sábete que de ningún
modo serviremos a tus dioses, ni adoraremos la estatua de oro, que
has mandado levantar”.
Entonces Nabucodonosor se enfureció y la expresión de su
rostro cambió para Sedrak, Mesak y Abednegó. Mandó encender
el horno y aumentar la fuerza del fuego siete veces más de lo
acostumbrado. Después ordenó que algunos de los hombres más
fuertes de su ejército ataran a Sedrak, Mesak y Abednegó y los
arrojaran al horno encendido.
Pero el ángel del Señor bajó del cielo, se puso junto a ellos,
apartó las llamas y produjo en el horno un frescor como de brisa y de
rocío, y el fuego no los atormentó, ni los hirió, ni siquiera los tocó.
El rey Nabucodonosor, estupefacto, se levantó precipitadamente y
dijo a sus consejeros: “¿Acaso no estaban atados los tres hombres
que arrojamos al horno?” Ellos contestaron: “Sí, señor”. El rey
replicó: “¿Por qué, entonces, estoy viendo cuatro hombres sueltos,
que se pasean entre las llamas, sin quemarse? Y el cuarto, parece
un ángel”.
Nabucodonosor los hizo salir del horno y exclamó: “Bendito
sea el Dios de Sedrak, Mesak y Abednegó, que ha enviado a su
ángel para librar a sus siervos, que confiando en él, desobedecieron
la orden del rey y expusieron su vida, antes que servir y adorar a un
dios extraño”. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL Dan 3, 52. 53. 54. 55. 56
R. Bendito seas, Señor, para siempre.
Bendito seas, Señor, Dios de nuestros padres. Bendito sea tu
nombre santo y glorioso. R.
Bendito seas en tu templo santo y glorioso. Bendito seas en el
trono de tu reino. R.
Bendito eres tú, Señor, que penetras con tu mirada los abismos y
te sientas en un trono rodeado de querubines. Bendito seas, Señor,
en la bóveda del cielo. R.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Lc 8, 15
R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Dichosos los que cumplen la palabra del Señor con un corazón
bueno y sincero, y perseveran hasta dar fruto. R. Honor y gloria
a ti, Señor Jesús.
EVANGELIO
[Si el Hijo les da la libertad, serán realmente libres.]
Del santo Evangelio según san Juan 8, 31-42
En aquel tiempo, Jesús dijo a los que habían creído en él: “Si
se mantienen fieles a mi palabra, serán verdaderos discípulos
míos, conocerán la verdad y la verdad los hará libres”. Ellos
replicaron: “Somos hijos de Abraham y nunca hemos sido esclavos
de nadie. ¿Cómo dices tú: ‘Serán libres’?”
Jesús les contestó: “Yo les aseguro que todo el que peca es un
esclavo y el esclavo no se queda en la casa para siempre; el hijo sí
se queda para siempre. Si el Hijo les da la libertad, serán realmente
libres. Ya sé que son hijos de Abraham; sin embargo, tratan de
matarme, porque no aceptan mis palabras. Yo hablo de lo que he
visto en casa de mi Padre: ustedes hacen lo que han oído en casa
de su padre”.
Ellos le respondieron: “Nuestro padre es Abraham”. Jesús les
dijo: “Si fueran hijos de Abraham, harían las obras de Abraham.
Pero tratan de matarme a mí, porque les he dicho la verdad que oí
de Dios. Eso no lo hizo Abraham. Ustedes hacen las obras de su
padre”. Le respondieron: “Nosotros no somos hijos de prostitución.
No tenemos más padre que a Dios”.
Jesús les dijo entonces: “Si Dios fuera su Padre me amarían a
mí, porque yo salí de Dios y vengo de Dios; no he venido por mi
cuenta, sino enviado por él”. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN: Antes de mostrarles la verdadera
«libertad», Jesús echa en cara a los judíos el ser esclavos
del pecado, el no comportarse como hijos de Abraham
–ya que no realizan sus obras– y el no tener a Dios
como Padre. Es por eso que son incapaces de aceptar
a quien Él les ha enviado. Afirma luego enfáticamente
que lo que cuenta delante de Dios no es el pertenecer a
un gran pueblo o el ser descendientes de antepasados
ilustres. Lo que en realidad los podrá hacer agradables
a sus ojos es una fe auténtica, acompañada de obras
conformes a su santa Ley.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, estos dones que recibimos de ti y ahora te presentamos;
y ya que los destinaste para alabanza de tu nombre, haz también que
nos procuren la salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Col 1, 13-14
Dios nos ha hecho entrar al Reino de su Hijo amado, por cuya
sangre recibimos la redención y el perdón de los pecados.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que el sacramento recibido, Señor, nos proporcione un remedio
celestial para que purifique nuestros corazones de sus vicios y nos
fortalezca con su constante protección. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
Atiende, Dios todopoderoso, las súplicas de tu pueblo y a
quienes, compadecido, les das la confianza de esperar en tu amor,
concédeles, benigno, experimentar el efecto de tu acostumbrada
misericordia. Por Jesucristo, nuestro Señor.