29 domingo
Rojo
Solemnidad,
SAN PEDRO Y SAN PABLO, Apóstoles
MR p. 740 [764] / Lecc. II p. 1088
ANTÍFONA DE ENTRADA
Éstos son los que, viviendo en nuestra carne, con su sangre
fecundaron a la Iglesia, bebieron del cáliz del Señor, y fueron
hechos amigos suyos.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, tú que nos llenas de una venerable y santa alegría
en la solemnidad de tus santos apóstoles Pedro y Pablo, concede
a tu Iglesia que se mantenga siempre fiel a todas las enseñanzas
de aquellos por quienes comenzó la propagación de la fe. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[Ahora si estoy seguro de que el Señor envió a su ángel, para
librarme de las manos de Herodes.]
Del libro de los Hechos de los Apóstoles 12, 1-11
En aquellos días, el rey Herodes mandó apresar a algunos
miembros de la Iglesia para maltratarlos. Mandó pasar a cuchillo
a Santiago, hermano de Juan, y viendo que eso agradaba a los
judíos, también hizo apresar a Pedro. Esto sucedió durante los
días de la fiesta de los panes Ázimos. Después de apresarlo, lo
hizo encarcelar y lo puso bajo la vigilancia de cuatro turnos de
guardia, de cuatro soldados cada turno. Su intención era hacerlo
comparecer ante el pueblo después de la Pascua. Mientras Pedro
estaba en la cárcel, la comunidad no cesaba de orar a Dios por él.
La noche anterior al día en que Herodes iba a hacerlo comparecer
ante el pueblo, Pedro estaba durmiendo entre dos soldados, atado
con dos cadenas y los centinelas cuidaban la puerta de la prisión.
De pronto apareció el ángel del Señor y el calabozo se llenó de
luz. El ángel tocó a Pedro en el costado, lo despertó y le dijo:
“Levántate pronto”.
Entonces las cadenas que le sujetaban las manos se le cayeron.
El ángel le dijo: “Cíñete la túnica y ponte las sandalias”, y Pedro
obedeció. Después le dijo: “Ponte el manto y sígueme”. Pedro salió
detrás de él, sin saber si era verdad o no lo que el ángel hacía, y le
parecía más bien que estaba soñando. Pasaron el primero y el segundo
puesto de guardia y llegaron a la puerta de hierro que daba a la calle.
La puerta se abrió sola delante de ellos. Salieron y caminaron hasta
la esquina de la calle y de pronto el ángel desapareció.
Entonces, Pedro se dio cuenta de lo que pasaba y dijo: ‘’Ahora
sí estoy seguro de que el Señor envió a su ángel para librarme de
las manos de Herodes y de todo cuanto el pueblo judío esperaba
que me hicieran”. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 33
R. El Señor me libró de todos mis temores.
Bendeciré al Señor a todas horas, no cesará mi boca de alabarlo. Yo
me siento orgulloso del Señor, que se alegre su pueblo al escucharlo. R.
Proclamemos la grandeza del Señor y alabemos todos juntos
su poder. Cuando acudí al Señor, me hizo caso y me libró de
todos mis temores. R.
Confía en el Señor y saltarás de gusto, jamás te sentirás
decepcionado, porque el Señor escucha el clamor de los pobres
y los libra de todas sus angustias. R.
Junto a aquellos que temen al Señor el ángel del Señor acampa y
los protege. Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor. Dichoso
el hombre que se refugia en él. R.
SEGUNDA LECTURA
[Ahora sólo espero la corona recibida.]
De la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo 4, 6-8. 17-18
Querido hermano: Ha llegado para mí la hora del sacrificio
y se acerca el momento de mi partida. He luchado bien en el
combate, he corrido hasta la meta, he perseverado en la fe. Ahora
sólo espero la corona merecida, con la que el Señor, justo juez, me
premiará en aquel día, y no solamente a mí, sino a todos aquellos
que esperan con amor su glorioso advenimiento.
Cuando todos me abandonaron, el Señor estuvo a mi lado y me dio
fuerzas para que, por mi medio, se proclamara claramente el mensaje
de salvación y lo oyeran todos los paganos. Y fui librado de las fauces
del león. El Señor me seguirá librando que todos los peligros y me
llevará sano y salvo a su Reino celestial. Palabra de Dios.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mt 16, 18
R. Aleluya, aleluya.
Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y los
poderes del infierno no prevalecerán sobre ella, dice el Señor. R.
Aleluya, aleluya.
EVANGELIO
[Tú eres Pedro y yo te daré las llaves del Reino de los cielos.]
Del santo Evangelio según san Mateo 16,13-19
En aquel tiempo, cuando llegó Jesús a la región de Cesarea
de Filipo, hizo esta pregunta a sus discípulos: “¿Quién dice
la gente que es el Hijo del hombre?”. Ellos le respondieron:
“Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros, que Elías; otros,
que Jeremías o alguno de los profetas”.
Luego les preguntó: “y ustedes ¿quién dicen que soy yo?”.
Simón Pedro tomó la palabra y le dijo: “Tú eres el Mesías, el
Hijo de Dios vivo”.
Jesús le dijo entonces: “¡Dichoso tú, Simón, hijo de Juan,
porque esto no te lo ha revelado ningún hombre, sino mi Padre
que está en los cielos! Y yo te digo a ti que tú eres Pedro y sobre
esta piedra edificaré mi Iglesia. Los poderes del infierno no
prevalecerán sobre ella. Yo te daré las llaves del Reino de los
cielos; todo lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y
todo lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo”.
Palabra del Señor.
Se dice Credo.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Haz, Señor, que la oración de tus santos Apóstoles acompañe la
ofrenda que te presentamos, y nos permita celebrar con devoción
este santo sacrificio. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO: La doble misión de san Pedro y san Pablo en la Iglesia.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios
todopoderoso y eterno.
Porque en los apóstoles Pedro y Pablo has querido darnos un motivo
de alegría: Pedro fue el primero en confesar la fe; Pablo, el maestro
que la anunció con claridad; Pedro fundó la primitiva Iglesia con el
resto de Israel; Pablo la extendió entre los paganos llamados a la fe.
De esta forma, Señor, por caminos diversos, congregaron
a la única familia de Cristo; y coronados por el martirio, son
igualmente venerados por tu pueblo.
Por eso, con todos los ángeles y santos, te alabamos, proclamando
sin cesar: Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 16, 16. 18
Dijo Pedro a Jesús: Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo. Jesús
le respondió: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Renovados por este sacramento, Señor, concédenos vivir de tal
manera en tu Iglesia que, perseverando en la fracción del pan y en la
enseñanza de los Apóstoles, tengamos un solo corazón y un mismo
espíritu, fortalecidos por tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Pueden utilizarse las fórmulas de bendición solemne, pp. 601 [610].
ACTIVIDAD DIOCESANA
Visita al Santuario de los Mártires
Decanato de Talpita.