12 martes
Verde
Feria,
Misa de la I Semana del Tiempo Ordinario
MR p. 413 [411] / Lecc. I p. 485
ANTÍFONA DE ENTRADA
Vi sentado en el trono celestial a un hombre, a quien adora la multitud de
los ángeles que cantan a una sola voz: "Éste es aquel cuyo poder permanece
eternamente".
ORACIÓN COLECTA
Acompaña, Señor, con celestial piedad, los anhelos y súplicas de tu pueblo,
para que conozca lo que debe poner por obra y lleve a cabo con firmeza lo
que ha conocido. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[Convenía que Dios consumara en la perfección, mediante el sufrimiento, a
Jesucristo, autor y guía de nuestra salvación.]
De la carta a los hebreos 2, 5-12
Hermanos: Dios no ha sometido a los ángeles el nuevo orden de la salvación,
del cual estamos hablando. Un salmo lo atestigua solemnemente diciendo:
¿Qué es el hombre, para que de él te acuerdes, ese pobre ser humano, para
que de él te preocupes? Sin embargo, lo hiciste un poquito inferior a los
ángeles, lo coronaste de gloria y dignidad. Todo lo sometiste bajo sus pies.
Al decir aquí la Escritura que Dios le sometió todo, no se hace ninguna excepción. Es verdad que ahora todavía no vemos el universo entero sometido
al hombre; pero sí vemos ya al que por un momento Dios hizo inferior a los
ángeles, a Jesús, que por haber sufrido la muerte, está coronado de gloria y
honor. Así, por la gracia de Dios, la muerte que él sufrió redunda en bien de
todos.
En efecto, el creador y Señor de todas las cosas, quiere que todos sus hijos
tengan parte en su gloria. Por eso convenía que Dios consumara en la perfección, mediante el sufrimiento, a Jesucristo, autor y guía de nuestra salvación.
El santificador y los santificados tienen la misma condición humana. Por eso
no se avergüenza de llamar hermanos a los hombres, cuando dice: Hablaré
de ti a mis hermanos; en medio de la asamblea te alabaré. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del Salmo 8, 2a y 5. 6-7. 8-9
R. Diste a tu Hijo el mando sobre las obras de tus manos.
¡Qué admirable es, Señor y Dios nuestro, tu poder en toda la tierra! ¿Qué es
el hombre, para que de él te acuerdes; ese pobre ser humano, para que de él
te preocupes? R.
Sin embargo, lo hiciste un poquito inferior a los ángeles, lo coronaste de
gloria y dignidad; le diste el mando sobre las obras de tus manos y todo lo
sometiste bajo sus pies. R.
Pusiste a su servicio los rebaños y las manadas, todos los animales salvajes,
las aves del cielo y los peces del mar, que recorren los caminos de las aguas.
R.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. 1 Tes 2, 13
R. Aleluya, aleluya.
Reciban la palabra de Dios, no como palabra humana, sino como palabra
divina, tal como es en realidad. R. Aleluya.
EVANGELIO
[No enseñaba como los escribas, sino como quien tiene autoridad.]
Del santo Evangelio según san Marcos 1, 21-28
En aquel tiempo, se hallaba Jesús en Cafarnaúm y el sábado fue a la
sinagoga y se puso a enseñar. Los oyentes quedaron asombrados de
sus palabras, pues enseñaba como quien tiene autoridad y no como
los escribas.
Había en la sinagoga un hombre poseído por un espíritu inmundo, que se
puso a gritar: “¿Qué quieres tú con nosotros, Jesús de Nazaret? ¿Has venido
a acabar con nosotros? Ya sé quién eres: el Santo de Dios”. Jesús le ordenó: “¡Cállate y sal de él!” El espíritu inmundo, sacudiendo al hombre con
violencia y dando un alarido, salió de él. Todos quedaron estupefactos y se
preguntaban: “¿Qué es esto? ¿Qué nueva doctrina es ésta? Este hombre tiene
autoridad para mandar hasta a los espíritus inmundos y lo obedecen”. Y muy
pronto se extendió su fama por toda Galilea. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN: • Cristo –que no se avergüenza en ser llamado
nuestro Hermano– ha sido enviado por el Padre para liberarnos de nuestros pecados. De ahí que la grandeza del hombre
en el universo no es sólo una realidad sino sobre todo una
promesa, ya que igualmente grandes son sus necesidades e
insuficiencias (Cfr. Sal 8, 5-7). Pero en Cristo resucitado podemos finalmente descubrir al hombre perfecto. Es importante,
sin embargo, recordar que Él ha llegado a tanto sólo a través
del sufrimiento y de la muerte. Y es así como ha querido convertirse en «autor y guía de nuestra salvación»… • Jesús se
impone a sus contemporáneos por la forma nueva y autorizada
de enseñar y por la manera de incursionar, victorioso, aun en
el intrincado reino de Satanás. Definitivamente, nada podrá
resistir a la poderosa intervención de quien –al ser reconocido
casi con insolencia como un simple «Nazareno»– es también
“reverenciado”, a más no poder, nada menos que como «el Santo de Dios». Algo que han de confesar explícitamente incluso
los mismos endemoniados.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te pedimos, Señor, que te sea agradable la ofrenda de tu pueblo por la cual
recibimos la santificación y obtenemos lo que piadosamente pedimos. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 35, 10
Señor, en ti está la fuente de la vida y tu luz nos hace ver la luz.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Renovados por tus sacramentos, te suplicamos, Dios todopoderoso, que te
sirvamos dignamente con una vida que te sea agradable. Por Jesucristo, nuestro Señor.