12 miércoles
Morado
FERIA DE CUARESMA
MR p. 204 [215] / Lecc. I p. 712
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 24, 6. 3. 22
Recuerda, Señor, que tu ternura y tu misericordia son eternas,
y no permitas que nos derrote el enemigo. Sálvanos, Dios de
Israel, de todas nuestras angustias.
ORACIÓN COLECTA
Mira con bondad, Señor, la devota entrega de tu pueblo y ya
que con sus privaciones se empeña en dominar su cuerpo, haz
que con el fruto de sus buenas obras se fortalezca su alma. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[Los habitantes de Nínive se arrepintieron de su mala conducta.]
Del libro del profeta Jonás 3, 1-10
En aquellos días, el Señor volvió a hablar a Jonás y le dijo:
“Levántate y vete a Nínive, la gran capital, para anunciar ahí el
mensaje que te voy a indicar”.
Se levantó Jonás y se fue a Nínive, como le había mandado el
Señor. Nínive era una ciudad enorme: hacían falta tres días para
recorrerla. Jonás caminó por la ciudad durante un día, pregonando:
“Dentro de cuarenta días Nínive será destruida”.
Los ninivitas creyeron en Dios, ordenaron un ayuno y se
vistieron de sayal, grandes y pequeños. Llegó la noticia al rey
de Nínive, que se levantó del trono, se quitó el manto, se vistió de
sayal, se sentó sobre ceniza y en nombre suyo y de sus ministros,
mandó proclamar en Nínive el siguiente decreto: “Que hombres
y animales, vacas y ovejas, no prueben bocado, que no pasten ni
beban; que todos se vistan de sayal e invoquen con fervor a Dios
y que cada uno se arrepienta de su mala vida y deje de cometer
injusticias. Quizá Dios se arrepienta y nos perdone, aplaque el
incendio de su ira y así no moriremos”.
Cuando Dios vio sus obras y cómo se convertían de su mala
vida, cambió de parecer y no les mandó el castigo que había
determinado imponerles. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 50
R. A un corazón contrito, Señor, no lo desprecias.
Por tu inmensa compasión y misericordia, Señor, apiádate de
mí y olvida mis ofensas. Lávame bien de todos mis delitos y
purifícame de mis pecados. R.
Crea en mí, Señor, un corazón puro, un espíritu nuevo para
cumplir tus mandamientos.
No me arrojes, Señor, lejos de ti, ni retires de mí tu santo
espíritu. R.
Tú, Señor, no te complaces en los sacrificios y si te ofreciera
un holocausto, no te agradaría. Un corazón contrito te presento
y a un corazón contrito, tú nunca lo desprecias. R.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Joel 2, 12-13
R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Todavía es tiempo, dice el Señor. Arrepiéntanse de todo corazón
y vuélvanse a mí, que soy compasivo y misericordioso. R. Honor
y gloria a ti, Señor Jesús.
EVANGELIO
[A la gente de este tiempo no se le dará otra señal que la del
profeta Jonás.]
Del santo Evangelio según san Lucas 11, 29-32
En aquel tiempo, la multitud se apiñaba alrededor de Jesús y
éste comenzó a decirles: “La gente de este tiempo es una gente
perversa. Pide una señal, pero no se le dará más señal que la de Jonás.
Pues así como Jonás fue una señal para los habitantes de Nínive, lo
mismo será el Hijo del hombre para la gente de este tiempo.
Cuando sean juzgados los hombres de este tiempo, la reina
del sur se levantará el día del juicio para condenarlos, porque
ella vino desde los últimos rincones de la tierra para escuchar la
sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón.
Cuando sea juzgada la gente de este tiempo, los hombres de
Nínive se levantarán el día del juicio para condenarla, porque
ellos se convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí hay uno
que es más que Jonás”. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN: En su momento el profeta Jonás
exhorta a Israel a no replegarse en sí mismo, a no
cerrarse en su propia historia o tradición, creyéndose
la única y exclusiva comunidad de los salvados. Como
con su predicación Jonás fue una elocuente «señal»
para los habitantes de Nínive, así Jesús proclama
ser «signo» supremo de la acción misericordiosa de
Dios para quienes se abran a su mensaje. El exigir
milagros aparatosos por parte de sus adversarios para
aceptar la verdad de la fe, no es sino un pretexto más
para, permanecer irremediablemente anclados en su
incredulidad.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te ofrecemos, Señor, estos dones que tú mismo nos has dado,
para consagrarlos a ti; y concede que, así como los vas a convertir
para nuestro bien en sacramento, así también se conviertan para
nosotros en remedio de eternidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 5, 12
Que se alegren, Señor, cuantos en ti confían, que se regocijen
eternamente porque tú estás con ellos.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor Dios, que no cesas de nutrirnos con tus sacramentos,
concédenos que al permitir que los recibamos como alimento,
nos obtengan la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
Protege, Señor, a tu pueblo y purifícalo bondadosamente de
todos sus pecados, porque ninguna adversidad podrá hacerle daño,
si ninguna maldad llega a dominarlo. Por Jesucristo, nuestro Señor.