30 domingo
Morado
I DOMINGO DE ADVIENTO
[Se omite la Fiesta de SAN ANDRÉS APÓSTOL]
MR p. 129 [145] / Lecc I p. 5. LH Semana I del Salterio.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 24, 1-3
A ti, Señor levanto mi alma; Dios mío, en ti confío, no quede
yo defraudado. Que no triunfen de mí mis enemigos; pues los que
esperan en ti, no quedan defraudados.
No se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Concede a tus fieles, Dios todopoderoso, el deseo de salir al
encuentro de Cristo, que viene a nosotros, para que, mediante
la práctica de las buenas obras, colocados un día a su derecha,
merezcamos poseer el Reino celestial. Por nuestro Señor Jesucristo,
tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y
es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[El Señor reúne a todos los pueblos en la paz eterna de su Reino.]
Del libro del profeta Isaías 2, 1-5
Visión de Isaías, hijo de Amos, acerca de Judá y Jerusalén: En
días futuros, el monte de la casa del Señor será elevado en la cima
de los montes, encumbrado sobre las montañas y hacia él confluirán
todas las naciones.
Acudirán pueblos numerosos, que dirán: “Vengan, subamos al
monte del Señor, a la casa del Dios de Jacob, para que él nos instruya
en sus caminos y podamos marchar por sus sendas. Porque de Sión
saldrá la ley, de Jerusalén, la palabra del Señor”.
El será el árbitro de las naciones y el juez de pueblos numerosos.
De las espadas forjarán arados y de las lanzas, podaderas; ya no alzará
la espada pueblo contra pueblo, ya no se adiestrarán para la guerra.
¡Casa de Jacob, en marcha! Caminemos a la luz del Señor.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 121
R. Vayamos con alegría al encuentro del Señor.
¡Qué alegría sentí, cuando me dijeron: “Vayamos a la casa del
Señor”! Y hoy estamos aquí, Jerusalén, jubilosos, delante de tus
puertas. R.
A ti, Jerusalén, suben las tribus, las tribus del Señor, según lo
que a Israel se le ha ordenado, para alabar el nombre del Señor. R.
Digan de todo corazón: “Jerusalén, que haya paz entre aquellos
que te aman, que haya paz dentro de tus murallas y que reine la paz
en cada casa”. R.
Por el amor que tengo a mis hermanos, voy a decir: “La paz esté
contigo”. Y por la casa del Señor, mi Dios, pediré para ti todos los
bienes. R.
SEGUNDA LECTURA
[Ya está cerca nuestra salvación.]
De la carta del apóstol san Pablo a los romanos 13, 11-14
Hermanos: Tomen en cuenta el momento en que vivimos.
Ya es hora de que se despierten del sueño, porque ahora nuestra
salvación está más cerca que cuando empezamos a creer. La noche
está avanzada y se acerca el día. Desechemos, pues, la obras de las
tinieblas y revistámonos con las armas de la luz.
Comportémonos honestamente, como se hace en pleno día. Nada
de comilonas ni borracheras, nada de lujurias ni desenfrenos, nada de
pleitos ni envidias. Revístanse más bien, de nuestro Señor Jesucristo
y que el cuidado de su cuerpo no dé ocasión a los malos deseos.
Palabra de Dios.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Sal 84, 8
R. Aleluya, aleluya.
Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación. R.
Aleluya.
EVANGELIO
[Velen y estén preparados.]
Del santo Evangelio según san Mateo 24, 37-44
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Así como sucedió
en tiempos de Noé, así también sucederá cuando venga el Hijo’
del hombre. Antes del diluvio, la gente comía, bebía y se casaba, hasta
el día en que Noé entró en el arca. Y cuando menos lo esperaban,
sobrevino el diluvio y se llevó a todos. Lo mismo sucederá cuando
venga el Hijo del hombre. Entonces, de dos hombres que estén en
el campo, uno será llevado y el otro será dejado; de dos mujeres
que estén juntas moliendo trigo, una será tomada y la otra dejada.
Velen, pues, y estén preparados, porque no saben qué día va a
venir su Señor. Tengan por cierto que si un padre de familia supiera
a qué hora va a venir el ladrón, estaría vigilando y no dejaría que
se le metiera por un boquete en su casa. También ustedes estén
preparados, porque a la hora que menos lo piensen, vendrá el Hijo
del hombre”. Palabra del Señor.
Se dice Credo.
ORACIÓN DE LOS FIELES:
Oremos al Señor y pidámosle confiadamente que
despierte su poder y venga a salvarnos:
1. Para que los fieles despierten del sueño de sus
indolencias y reciban con alegría la salvación que se
acerca, roguemos al Señor.
2. Para que se afiance la paz en el mundo, y las
riquezas de la creación se transformen en instrumento
de progreso y bienestar para todos los hombres, roguemos
al Señor.
3. Para que el Señor, con su venida, alivie los dolores
de los enfermos, dé paz y alegría a los que sufren y libre
al mundo de sus males, roguemos al Señor.
4. Para que vivamos siempre alerta sin que las
preocupaciones de la vida nos impidan mantenernos en
pie cuando llegue el Hijo del hombre, roguemos al Señor.
Dios misericordioso, que enviaste a tu Hijo Jesucristo
para la salvación del mundo, despierta en nosotros un
deseo tan vivo de aguardar ahora su venida, de manera
que lleguemos a contemplarlo un día en su gloria, unidos
a quienes se esforzaron por ser fieles a sus enseñanzas y
mandatos. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, estos dones que te ofrecemos, tomados de los
mismos bienes que nos has dado, y haz que lo que nos das en el
tiempo presente para aumento de nuestra devoción, se convierta
para nosotros en prenda de tu redención eterna. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
Prefacio I o III de Adviento, pp. 884 u 886 [485 o 487].
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 84, 13
El Señor nos mostrará su misericordia y nuestra tierra producirá
su fruto.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te pedimos, Señor, que nos aprovechen los misterios en que
hemos participado, mediante los cuales, mientras caminamos en
medio de las cosas pasajeras, nos inclinas ya desde ahora a anhelar
las realidades celestiales y a poner nuestro apoyo en las que han de
durar para siempre. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Puede utilizarse la fórmula de bendición solemne p. 591 [598]
ACTIVIDAD DIOCESANA
Santuario de los Mártires:
Miembros de la Vida Consagrada.




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