19 domingo
Morado / Rosa
IV DOMINGO DE CUARESMA
DÍA DEL SEMINARIO DIOCESANO DE GUADALAJARA
COLECTA FORÁNEA
MR p. 225 [238] / Lecc. I p. 65. LH Semana IV del Salterio.
En esta Misa se usa el color morado o rosa, pueden tocarse los
instrumentos musicales y se puede adornar el altar con flores.
En este domingo se celebra el segundo escrutinio preparatorio
para el Bautismo de los catecúmenos que van a ser admitidos a
los sacramentos de la Iniciación Cristiana en la Vigilia Pascual. Se
emplean las oraciones e intercesiones propias, que aparecen en las
pp. 939-940 [978-979].
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Is 66, 10-11
Alégrate, Jerusalén, y que se reúnan cuantos la aman. Compartan
su alegría los que estaban tristes, vengan a saciarse con su felicidad.
No se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que por tu Palabra realizas admirablemente la
reconciliación del género humano, concede al pueblo cristiano
prepararse con generosa entrega y fe viva a celebrar las próximas
fiestas de la Pascua. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive
y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los
siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[David es ungido como rey de Israel.]
Del primer libro de Samuel 16, 1b. 6-7. 10-13a
En aquellos días, dijo el Señor a Samuel: "Ve a la casa de Jesé,
en Belén, porque de entre sus hijos me he escogido un rey. Llena,
pues, tu cuerno de aceite para ungirlo y vete".
Cuando llegó Samuel a Belén y vio a Eliab, el hijo mayor de
Jesé, pensó: "Este es, sin duda, el que voy a ungir como rey". Pero
el Señor le dijo: "No te dejes impresionar por su aspecto ni por su
gran estatura, pues yo lo he descartado, porque yo no juzgo como
juzga el hombre. El hombre se fija en las apariencias, pero el Señor
se fija en los corazones".
Así fueron pasando ante Samuel siete de los hijos de Jesé; pero
Samuel dijo: "Ninguno de éstos es el elegido del Señor". Luego le
preguntó a Jesé: "¿Son éstos todos tus hijos?" El respondió: "Falta
el más pequeño, que está cuidando el rebaño". Samuel le dijo:
"Hazlo venir, porque no nos sentaremos a comer hasta que llegue".
Y Jesé lo mandó llamar.
El muchacho era rubio, de ojos vivos y buena presencia.
Entonces el Señor dijo a Samuel: "Levántate y úngelo, porque éste
es". Tomó Samuel el cuerno con el aceite y lo ungió delante de sus
hermanos. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 22, 1-3a, 3b-4, 5, 6
R. El Señor es mi pastor, nada me faltará.
El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes praderas me
hace reposar y hacia fuentes tranquilas me conduce para reparar
mis fuerzas. R.
Por ser un Dios fiel a sus promesas, me guía por el sendero recto;
así, aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú estás
conmigo. Tu vara y tu cayado me dan seguridad. R.
Tú mismo me preparas la mesa, a despecho de mis adversarios;
me unges la cabeza con perfume y llenas mi copa hasta los bordes. R.
Tu bondad y tu misericordia me acompañarán todos los días de
mi vida; y viviré en la casa del Señor por años sin término. R.
SEGUNDA LECTURA
[Levántate de entre los muertos y Cristo será tu luz.]
De la carta del apóstol san Pablo a. los efesios 5, 8-14
Hermanos: En otro tiempo ustedes fueron tinieblas, pero ahora,
unidos al Señor, son luz. Vivan, por lo tanto, como hijos de la luz.
Los frutos de la luz son la bondad, la santidad y la verdad. Busquen
lo que es agradable al Señor y no tomen parte en las obras estériles
de los que son tinieblas.
Al contrario, repruébenlas abiertamente; porque, si bien las
cosas que ellos hacen en secreto da rubor aun mencionarlas, al ser
reprobadas abiertamente, todo queda en claro, porque todo lo que
es iluminado por la luz se convierte en luz.
Por eso se dice: Despierta, tú que duermes; levántate de entre
los muertos y Cristo será tu luz. Palabra de Dios.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Jn 8, 12
R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Yo soy la luz del mundo, dice el Señor; el que me sigue tendrá
la luz de la vida. R. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
EVANGELIO
[Fue, se lavó y volvió con vista.]
Del santo Evangelio según san Juan 9, 1-41
En aquel tiempo, Jesús vio al pasar a un ciego de nacimiento,
[y sus discípulos le preguntaron: "Maestro, ¿quién pecó para
que éste naciera ciego, él o sus padres?" Jesús respondió: "Ni él
pecó, ni tampoco sus padres. Nació así para que en él se manifestaran
las obras de Dios. Es necesario que yo haga las obras del que me
envió, mientras es de día, porque luego llega la noche y ya nadie
puede trabajar. Mientras esté en el mundo, yo soy la luz del mundo".
Dicho esto,] escupió en el suelo, hizo lodo con la saliva, se lo
puso en los ojos al ciego y le dijo: "Ve a lavarte en la piscina de
Siloé" (que significa 'Enviado'). Él fue, se lavó y volvió con vista.
Entonces los vecinos y los que lo habían visto antes pidiendo
limosna, preguntaban: "¿No es éste el que se sentaba a pedir
limosna?" Unos decían: "Es el mismo". Otros: "No es él, sino
que se le parece". Pero él decía: "Yo soy". [Y le preguntaban:
"Entonces, ¿cómo se te abrieron los ojos?" Él les respondió: "El
hombre que se llama Jesús hizo lodo, me lo puso en los ojos y me
dijo: 'Ve a Siloé y lávate'. Entonces fui, me lavé y comencé a ver".
Le preguntaron: "¿En dónde está él?" Les contestó: "No lo sé".]
Llevaron entonces ante los fariseos al que había sido ciego. Era
sábado el día en que Jesús hizo lodo y le abrió los ojos. También
los fariseos le preguntaron cómo había adquirido la vista. Él les
contestó: "Me puso lodo en los ojos, me lavé y veo". Algunos de
los fariseos comentaban: "Ese hombre no viene de Dios, porque
no guarda el sábado". Otros replicaban: "¿Cómo puede un pecador
hacer semejantes prodigios?" Y había división entre ellos. Entonces
volvieron a preguntarle al ciego: "Y tú, ¿qué piensas del que te
abrió los ojos?" Él les contestó: "Que es un profeta".
[Pero los judíos no creyeron que aquel hombre, que había sido
ciego, hubiera recobrado la vista. Llamaron, pues, a sus padres y
les preguntaron: "¿Es éste su hijo, del que ustedes dicen que nació
ciego? ¿Cómo es que ahora ve?" Sus padres contestaron: "Sabemos
que éste es nuestro hijo y que nació ciego. Cómo es que ahora ve o
quién le haya dado la vista, no lo sabemos. Pregúntenselo a él; ya
tiene edad suficiente y responderá por sí mismo". Los padres del
que había sido ciego dijeron esto por miedo a los judíos, porque
éstos ya habían convenido en expulsar de la sinagoga a quien
reconociera a Jesús como el Mesías. Por eso sus padres dijeron:
'Ya tiene edad; pregúntenle a él'.
Llamaron de nuevo al que había sido ciego y le dijeron: "Da
gloria a Dios. Nosotros sabemos que ese hombre es pecador".
Contestó él: "Si es pecador, yo no lo sé; sólo sé que yo era ciego y
ahora veo". Le preguntaron otra vez: "¿Qué te hizo? ¿Cómo te abrió
los ojos?" Les contestó: "Ya se lo dije a ustedes y no me han dado
crédito. ¿Para qué quieren oírlo otra vez? ¿Acaso también ustedes
quieren hacerse discípulos suyos?" Entonces ellos lo llenaron de
insultos y le dijeron: "Discípulo de ése lo serás tú. Nosotros somos
discípulos de Moisés. Nosotros sabemos que a Moisés le habló
Dios. Pero ése, no sabemos de dónde viene".
Replicó aquel hombre: "Es curioso que ustedes no sepan de
dónde viene y, sin embargo, me ha abierto los ojos. Sabemos que
Dios no escucha a los pecadores, pero al que lo teme y hace su
voluntad, a ése sí lo escucha. Jamás se había oído decir que alguien
abriera los ojos a un ciego de nacimiento. Si éste no viniera de
Dios, no tendría ningún poder".] Le replicaron: "Tú eres puro
pecado desde que naciste, ¿cómo pretendes darnos lecciones?" Y
lo echaron fuera.
Supo Jesús que lo habían echado fuera, y cuando lo encontró,
le dijo: "¿Crees tú en el Hijo del hombre?" Él contestó: "¿Y quién
es, Señor, para que yo crea en él?" Jesús le dijo: "Ya lo has visto;
el que está hablando contigo, ése es". Él dijo: "Creo, Señor". Y
postrándose, lo adoró.
[Entonces le dijo Jesús: "Yo he venido a este mundo para que
se definan los campos: para que los ciegos vean, y los que ven
queden ciegos". Al oír esto, algunos fariseos que estaban con él le
preguntaron: "¿Entonces, también nosotros estamos ciegos?" Jesús
les contestó: "Si estuvieran ciegos, no tendrían pecado; pero como
dicen que ven, siguen en su pecado".] Palabra del Señor.
Se dice Credo.
ORACIÓN DE LOS FIELES:
Oremos hermanos, al Señor, que no desea la muerte
del pecador, sino que se convierta y viva, y pidámosle
que tenga misericordia de su pueblo penitente:
1. Para que Dios aumente la fe y fortalezca la
voluntad de los que se preparan a recibir en estos
días cuaresmales el sacramento de la penitencia y les
conceda un verdadero arrepentimiento de sus culpas,
roguemos al Señor.
2. Para que el Señor, que nos ha creado y nos ha
dado a cada uno una misión en este mundo, nos dé la
gracia de ser fieles en nuestra vida cristiana y ayude a
los más pequeños a descubrir la vocación a la que los
llama, roguemos al Señor.
3. Para que Dios no deje de suscitar en cientos de
jóvenes el deseo sincero de ser sacerdotes, y bendiga
sus vidas colmándoles con los dones necesarios para
convertirse en otro Cristo aquí en la tierra, roguemos
al Señor.
4. Para que todos nosotros perseveremos en
el esfuerzo cuaresmal y lleguemos, purificados e
iluminados, a las fiestas de Pascua que se acercan,
roguemos al Señor.
Dios nuestro, Padre de la luz, no permitas que
nos domine el poder de las tinieblas, antes bien abre
nuestros ojos a la luz del Espíritu, para que podamos
ver a aquel que has enviado para iluminar al mundo y
creamos únicamente en él, Jesucristo, tu Hijo y Señor
nuestro, que vive y reina por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te presentamos, Señor, llenos de alegría, estas ofrendas para
el sacrificio redentor, y pedimos tu ayuda para celebrarlo con fe
sincera y ofrecerlo dignamente por la salvación del mundo. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO: I o II de Cuaresma pp. 492-493 [493-494].
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Jn 9, 11
El Señor me puso lodo sobre los ojos; yo fui a lavarme. Ahora
veo y creo en Dios.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor Dios, luz que alumbra a todo hombre que viene a este
mundo, ilumina nuestros corazones con el resplandor de tu gracia,
para que podamos siempre pensar lo que es digno y grato a tus ojos
y amarte con sincero corazón. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
Protege, Señor, a quienes te invocan, ayuda a los débiles y
reaviva siempre con tu luz a quienes caminan en medio de las
tinieblas de la muerte; concédeles que, liberados por tu bondad
de todos los males, alcancen los bienes supremos. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
ACTIVIDAD DIOCESANA
X Aniversario del inicio del Ministerio Pontificio del
Papa Francisco (19 de Marzo de 2013).
Visita al Santuario de los Mártires:
Decanato de San Pedrito.