13 miércoles
Rojo
Memoria,
SANTA LUCIA, Virgen y Mártir
MR pp. 852 y 891 [889 y 931] / Lecc I p. 378
Muere en Siracusa (Sicilia) en el tiempo de la sangrienta
persecución desatada por el emperador Diocleciano (304).
Imagen de la luz y patrona de los ciegos, Lucía es venerada en
todo el mundo, gracias a los incansables sicilianos.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Ya sigue al Cordero crucificado por nosotros, la virgen llena
de valor, ofrenda de pudor y víctima de castidad.
ORACIÓN COLECTA
Te rogamos, Señor, que nos ayude la gloriosa intercesión de
santa Lucía, virgen y mártir, para que, quienes celebramos su
fiesta en la tierra, podamos contemplar su gloria en el cielo. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[El Señor da vigor al fatigado.]
Del libro de profeta Isaías 40, 25-31
“¿Con quién me van a comparar, que pueda igualarse a mí?”,
dice el Dios de Israel. Alcen los ojos a lo alto y díganme quién
ha creado todos aquellos astros. Él es quien cuenta y despliega
su ejército de estrellas y a cada una la llama por su nombre;
tanta es su omnipotencia y tan grande su vigor, que ninguna de
ellas desoye su llamado.
¿Por qué dices tú, Jacob, y lo repites tú, Israel: “Mi suerte se
le oculta al Señor y mi causa no le preocupa a mi Dios”? ¿Es que
no lo has oído? Desde siempre el Señor es Dios, creador aun de
los últimos rincones de la tierra. Él no se cansa ni se fatiga y su
inteligencia es insondable.
Él da vigor al fatigado y al que no tiene fuerzas, energía. Hasta
los jóvenes se cansan y se rinden, los más valientes tropiezan y
caen; pero aquellos que ponen su esperanza en el Señor, renuevan
sus fuerzas; les nacen alas como de águila, corren y no se cansan,
caminan y no se fatigan. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 102, 1-2. 3-4. 8 y 10
R. Bendice al Señor, alma mía.
Bendice al Señor, alma mía, que todo mi ser bendiga su santo
nombre. Bendice al Señor, alma mía, y no te olvides de sus
beneficios. R.
Él perdona tus pecados y cura tus enfermedades; él rescata tu
vida del sepulcro y te colma de amor y de ternura. R.
El Señor es compasivo y misericordioso, lento para enojarse
y generoso para perdonar. No nos trata como merecen nuestras
culpas, ni nos paga según nuestros pecados. R.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
R. Aleluya, aleluya.
Ya viene el Señor para salvar a su pueblo. Dichosos los que
estén preparados para salir a su encuentro. R. Aleluya.
EVANGELIO
[Vengan a mí, todos los que están fatigados.]
Del Evangelio según san Mateo 11, 28-30
En aquel tiempo, Jesús dijo: “Vengan a mí, todos los que
están fatigados y agobiados por la carga, y yo los aliviaré.
Tomen mi yugo sobre ustedes y aprendan de mí, que soy manso
y humilde de corazón, y encontrarán descanso, porque mi yugo
es suave y mi carga, ligera”. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN: Los misterios del Reino, rechazados
por los engreídos letrados, son revelados a los
«pequeños», es decir, a quienes los reciben con
sencillez de corazón. Jesús invita –sobre todo con
su ejemplo de mansedumbre y de bondad– a un
«descanso» que sólo Él puede dar. Cuando se ama
de verdad resultan fáciles y llevaderas muchas
cosas que, sin este amor, serían no sólo difíciles sino
incluso insoportables. El que ama no siente la ley de
Cristo como un «yugo», como una simple obligación
gravosa, porque bajo la guía del Espíritu la asumirá
libremente como su gozo y su fortaleza.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te pedimos, Señor, que los dones que te presentamos en la
celebración de santa Lucía, por tu gracia, te sean agradables,
así como te fue grato el combate de su martirio. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Apoc 7, 17
El Cordero, que está en el trono, los conducirá a las fuentes
del agua de la vida.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor Dios, que coronaste entre los santos a la bienaventurada
santa Lucía, por la doble victoria de su virginidad y de su
martirio, concédenos, por la eficacia de este sacramento, que,
venciendo valerosamente todo mal, consigamos la gloria del
cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.