31 sábado
Blanco / Azul
Fiesta,
VISITACIÓN DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA
MR p. 720 [753] / Lecc. I p. 1018
Entre las fiestas de la Anunciación y el nacimiento de san Juan
Bautista se celebra ésta, de la Visitación. Es la fiesta del encuentro
de María con Isabel, y sobre todo, de una manera misteriosa,
del encuentro de aquellos dos niños: el precursor y el Mesías,
encerrados todavía en el seno de sus madres. Es una fiesta que
estalla en alegría con el “Magníficat”.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 65, 16
Cuantos temen a Dios vengan y escuchen, y les diré lo que
ha hecho por mí.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, que inspiraste a la santísima
Virgen María, cuando llevaba ya en su seno a tu Hijo, el deseo
de visitar a Isabel, concédenos que, siguiendo las inspiraciones
del Espíritu Santo, podamos con María proclamar siempre tu
grandeza. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos
de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[El Señor será el rey de Israel dentro de ti.]
Del libro del profeta Sofonías 3, 14-18
Canta, hija de Sión, da gritos de júbilo, Israel, gózate y
regocíjate de todo corazón, Jerusalén. El Señor ha levantado su
sentencia contra ti, ha expulsado a todos tus enemigos. El Señor
será el rey de Israel en medio de ti y ya no temerás ningún mal.
Aquel día dirán a Jerusalén: “No temas, Sión, que no
desfallezcan tus manos. El Señor, tu Dios, tu poderoso salvador,
está en medio de ti. Él se goza y se complace en ti; él te ama y se
llenará de júbilo por tu causa, como en los días de fiesta. Apartaré
de ti la desgracia y el oprobio que pesa sobre ti”. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL Is 12
R. El Señor ha hecho maravillas con nosotros.
El Señor es mi Dios y salvador, con él estoy seguro y nada
temo. El Señor es mi protección y mi fuerza y ha sido mi salvación.
Sacarán agua con gozo de la fuente de salvación. R.
Den gracias al Señor, invoquen su nombre, cuenten a los
pueblos sus hazañas, proclamen que su nombre es sublime. R.
Alaben al Señor por sus proezas, anúncienlas a toda la tierra.
Griten jubilosos, habitantes de Sión, porque el Dios de Israel ha
sido grande con ustedes. R.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Lc 1, 45
R. Aleluya, aleluya.
Dichosa tú, santísima Virgen María, que has creído, porque se
cumplirá cuanto te fue anunciado de parte del Señor. R. Aleluya.
EVANGELIO
[¿Quién soy yo para que la madre de mi Señor venga a verme?]
Del santo Evangelio según san Lucas 1, 39-56
En aquellos días, María se encaminó presurosa a un pueblo
de las montañas de Judea, y entrando en la casa de Zacarías,
saludó a Isabel. En cuanto ésta oyó el saludo de María, la creatura
saltó en su seno.
Entonces Isabel quedó llena del Espíritu Santo, y levantando la
voz, exclamó: “¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de
tu vientre! ¿Quién soy yo para que la madre de mi Señor venga a
verme? Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de gozo
en mi seno. Dichosa tú, que has creído, porque se cumplirá cuanto
te fue anunciado de parte del Señor”.
Entonces dijo María: “Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu
se llena de júbilo en Dios, mi salvador, porque puso sus ojos en
la humildad de su esclava.
Desde ahora me llamarán dichosa todas las generaciones,
porque ha hecho en mí grandes cosas el que todo lo puede. Santo
es su nombre y su misericordia llega de generación en generación
a los que lo temen.
Ha hecho sentir el poder de su brazo: dispersó a los de corazón
altanero, destronó a los potentados y exaltó a los humildes. A
los hambrientos los colmó de bienes y a los ricos los despidió
sin nada.
Acordándose de su misericordia, vino en ayuda de Israel, su
siervo, como lo había prometido a nuestros padres, a Abraham
y a su descendencia, para siempre”.
María permaneció con Isabel unos tres meses, y luego regresó
a su casa. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN:
• El mes en que la devoción popular
cristiana acostumbra dedicar un culto especial a la
Madre de Dios, se cierra con la fiesta litúrgica que
recuerda el segundo «misterio gozoso»: la visita de
nuestra Señora a su prima Santa Isabel. María
va presurosa a casa de Isabel para ofrecerle los
servicios que una mujer joven podía hacer en favor
de una mujer de edad avanzada, que está a punto de
convertirse en mamá. María fue impulsada también
por el deseo de comunicar a su parienta la alegría que
experimentaba por las «maravillas» que el Señor había
realizado en ella...
• Esta fiesta que desde el siglo XIII
empezaron a celebrar los franciscanos, Bonifacio IX
la introdujo en el calendario universal y Clemente VIII
fue quien compuso los textos litúrgicos, precedentes
a la reforma del Vaticano II. Esta fiesta antes se tenía
el 2 de julio. El actual calendario –a fin de armonizar
mejor con los evangelios– la ha trasladado a este día,
ubicándola entre el 25 de marzo de la “Anunciación
del Señor” y el 24 de junio, “el nacimiento de Juan,
el bautista”…
• Que al conmemorar este venturoso
encuentro, dejemos que el Señor siga visitando a su
pueblo santo y haga de cada uno de nosotros un
auténtico “portador de Cristo”.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, recibe con agrado este sacrificio de salvación que
ofrecemos a tu majestad, así como te fue grato el gesto de amor
de la santísima Madre de tu Unigénito. Él, que vive y reina por
los siglos de los siglos.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Lc 1, 48-49
Desde ahora me llamarán dichosa todas las generaciones,
porque ha hecho en mí grandes cosas el que todo lo puede. Santo
es su nombre.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dios nuestro, que la Iglesia proclame tu grandeza, porque
haces cosas grandes en tus fieles, y así como Juan Bautista se
alegró al sentir la presencia oculta de tu Hijo, haz que tu pueblo
pueda reconocer siempre con alegría en este sacramento al mismo
Cristo viviente. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.