Fue la segunda casa del Seminario Diocesano de Guadalajara, comenzó a construirse en 1743, y fungió como seminario hasta su expropiación por parte del gobierno liberal. Es un gran edificio al gusto barroco, con una portada plateresca, en la cual el ventanal es a la vez hornacina para exponer una imagen de san José. Posee un amplio claustro, bien conservado, de dos plantas, que sigue el orden toscano, y otros varios patios. Todo el conjunto revela sobriedad y magnificencia, siendo uno de los mejores edificios virreinales de Guadalajara.