Con sus 185 metros de fondo, por 170 de frente, el Hospicio Cabañas es el edificio virreinal para usos asistenciales, más grande de América. Inició su construcción en 1805, con el fin de crear una Casa de Misericordia para personas pobres, ancianos y huérfanos. Los trabajos se iniciaron bajo la dirección del obispo Juan Cruz de Cabañas.
El conjunto es espléndido, expresión exquisita de la arquitectura neoclásica, dotado de 22 patios, todos con un especial toque de armonía y sentido, lo mismo los principales y mayores que los pequeños. Tiene dos capillas; la principal, decorada posteriormente por José Clemente Orozco, tiene planta de cruz griega y una magnífica y original cúpula, bajo la cual estuvo un altar gótico hoy desaparecido.
La fachada la constituyen tres arcos de orden dórico, a diferencia del resto, que sigue el orden toscano. Sobre esta fachada luce una espadaña de dos cuerpos, doble el primero, simple el segundo. En la parte posterior del edificio se halla la otra capilla, secundaria, con cúpula ciega.