3 viernes
Rojo
Fiesta
LA SANTA CRUZ
MR p. 708 [727] / Lecc. I p. 1012.
En la Iglesia universal la fiesta de la Santa Cruz se celebra el 14 de
septiembre. Antes de la reforma litúrgica del Vaticano II esta fiesta
se llamaba "La exaltación de la Santa Cruz". Entonces también
se celebraba otra fiesta, la del "Hallazgo de la Santa Cruz", el
día 3 de mayo. Dado que en México la celebración de la Santa
Cruz en este día está muy arraigada, sobre todo en el sector de
la construcción, el Episcopado Mexicano pidió autorización a la
Santa Sede para seguirla celebrando el 3 de mayo en vez del 14
de septiembre, con lo cual siempre cae dentro del Tiempo Pascual.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Gal 6, 14
Que nuestro único orgullo sea la Cruz de nuestro Señor Jesucristo,
porque en él tenemos la salvación, la vida y la resurrección, y por
él hemos sido salvados y redimidos. Aleluya.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que quisiste que tu Unigénito sufriera la cruz para
salvar al género humano, concédenos que quienes conocimos su
misterio en la tierra, merezcamos alcanzar en el cielo el premio
de su redención. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive
y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los
siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[Cristo se humilló a sí mismo, por eso Dios lo exaltó sobre todas
las cosas.]
De la carta del apóstol san Pablo a los filipenses 2, 6-11
Cristo Jesús, siendo Dios, no consideró que debía aferrarse a
las prerrogativas de su condición divina, sino que, por el contrario,
se anonadó a sí mismo tomando la condición de siervo, y se hizo
semejante a los hombres.
Así, hecho uno de ellos, se humilló a sí mismo y por obediencia
aceptó incluso la muerte, y una muerte de cruz.
Por eso Dios lo exaltó sobre todas las cosas y le otorgó el
nombre que está sobre todo nombre, para que, al nombre de Jesús,
todos doblen la rodilla en el cielo, en la tierra y en los abismos, y
todos reconozcan públicamente que Jesucristo es el Señor, para
gloria de Dios Padre. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 77, 1-2. 34-35. 36-37. 38
R. No olvidemos las hazañas del Señor.
Escucha, pueblo mío, mi enseñanza; presten oído a las palabras
de mi boca. Abriré mi boca y les hablaré en parábolas; anunciaré lo
que estaba oculto desde la creación del mundo. R.
Cuando Dios los hacía morir, lo buscaban y madrugaban para
volverse hacia él. Se acordaban de que Dios era su auxilio; el Dios
altísimo, su redentor. R.
Lo adulaban con su boca, le mentían con su lengua; su corazón
no era sincero con él ni eran fieles a su alianza. R.
Pero él sentía lástima de ellos, les perdonaba su culpa y no los
destruía. Muchas veces dominó su ira y apagó el furor de su cólera. R.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
R. Aleluya, aleluya.
Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos, porque con tu santa
cruz redimiste al mundo. R. Aleluya.
EVANGELIO
[El Hijo del hombre tiene que ser levantado.]
Del santo Evangelio según san Juan 3, 13-17
En aquel tiempo, Jesús dijo a Nicodemo: "Nadie ha subido al
cielo sino el Hijo del hombre, que bajó del cielo y está en el
cielo. Así como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así tiene
que ser levantado el Hijo del hombre, para que todo el que crea en
él tenga vida eterna.
Porque tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único,
para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna.
Porque Dios no envió a su Hijo para condenar al mundo, sino para que
el mundo se salvara por él". Palabra del Señor.
REFLEXIÓN: • Al buscar los orígenes de esta
celebración hay que referirse necesariamente a las
fiestas paganas en torno a un simbólico «árbol», que
representaba lo exuberante de la Naturaleza, y que se
celebraban desde muy antiguo en el mes de mayo, a
mitad de la primavera. Como sucedió con otras fiestas,
la Iglesia buscó pronto darle una diferente orientación
a estas celebraciones. Para ello se valió, sobre todo, del
célebre episodio de la supuesta visión del emperador
Constantino antes de enfrentar a los bárbaros el 12
de octubre de 312 a orillas del Danubio. Las palabras
aparecidas en el cielo: «In hoc signo vinces» (“Con
este signo vencerás”) fueron muy vinieron a cambiar
radicalmente la vida del monarca, quien, luego de
hacerse bautizar, envió a su madre, santa Elena, a
Jerusalén en busca de la verdadera Cruz de Cristo…
• Después de la reforma del Vaticano II, en atención a
una bien entendida religiosidad popular –y sobre todo
mirando al sufrido mundo de los trabajadores de la
construcción– nuestros Pastores pidieron mantener en
esta fecha tradicional, lo que a nivel de Iglesia universal
se festeja como: “La Exaltación de la Santa Cruz”, el 14
de septiembre… • El uso litúrgico que pide siempre
una Cruz cercana al altar cuando se celebra la Santa
Misa, hace referencia a la figura bíblica de la serpiente
de bronce que Moisés enarboló en el desierto. San
Juan entendió muy bien este simbolismo en el relato
de la Pasión cuando, citando al profeta Zacarías 12,
10, escribió: «Mirarán al que traspasaron» (Jn 19, 37).
Teniendo en cuenta a los tantos “crucificados” de esta
tierra, celebremos con fe gozosa este memorable Signo
de nuestra Redención.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te rogamos, Señor, que este sacrificio, que en el altar de la cruz
borró el pecado del mundo entero, nos purifique de todas nuestras
ofensas. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO: La victoria de la Cruz gloriosa.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios
todopoderoso y eterno.
Porque has puesto la salvación del género humano en el árbol de
la Cruz, para que, de donde tuvo origen la muerte, de allí resurgiera
la vida; y el que en un árbol venció, fuera en un árbol vencido, por
Cristo, Señor nuestro.
Por él, celebran tu majestad los ángeles, te adoran las
dominaciones, se estremecen las potestades. Te celebran,
unidos en la alegría, los cielos, las virtudes celestiales y los
bienaventurados serafines. Permítenos asociarnos a sus voces
cantando humildemente tu alabanza: Santo, Santo, Santo...
Se puede decir también el prefacio I de la Pasión del Señor, p. 497 [498].
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 12, 32
Cuando yo sea levantado de la tierra, atraeré a todos hacia mí,
dice el Señor. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor nuestro, Jesucristo, fortalecidos con este alimento santo,
te pedimos que conduzcas a la gloria de tu resurrección a quienes
redimiste por el madero vivificante de la cruz. Tú que vives y reinas
por los siglos de los siglos.