24 viernes
Verde
Feria o
Misa por la remisión de los pecados
MR p. 1095 /[1140] / Lecc. II p. 362
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sab 11, 24. 26
Señor, tú tienes misericordia de todos y nunca odias a tus
creaturas; borras los pecados de los hombres que se arrepienten, y
los perdonas, porque tú, Señor, eres nuestro Dios.
ORACIÓN COLECTA
Apiádate, Señor, de tu pueblo y perdona todos sus pecados, para
que tu indulgencia aleje de nosotros lo que hemos merecido por
nuestras ofensas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive
y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los
siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[Miren que el juez ya está a la puerta.]
De la carta del apóstol Santiago 5, 9-12
Hermanos míos: No murmuren los unos de los otros, para que
en el día del juicio no sean condenados. Miren que el juez ya está
a la puerta. Tomen como ejemplo de paciencia en el sufrimiento a
los profetas, los cuales hablaron en nombre del Señor. Llamamos
dichosos a los que supieron soportar el sufrimiento. Ustedes han
oído hablar de la paciencia de Job y ya ven el final que le dio el
Señor, porque el Señor es compasivo y misericordioso.
Pero sobre todo, hermanos míos, no juren ni por el cielo ni por
la tierra, ni por ninguna otra cosa; que el sí de ustedes sea sí, y el no
de ustedes sea no, para que no queden expuestos a ser condenados
en el juicio. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 102, 1-2. 3-4. 8-9. 11-12
R. El Señor es compasivo y misericordioso.
Bendice al Señor, alma mía, que todo mi ser bendiga su santo
nombre. Bendice al Señor, alma mía, y no te olvides de sus
beneficios. R.
El Señor perdona tus pecados y cura tus enfermedades; él
rescata tu vida del sepulcro y te colma de amor y de ternura. R.
El Señor es compasivo y misericordioso, lento para enojarse
y generoso para perdonar. El Señor no estará siempre enojado,
ni durará para siempre su rencor. R. El Señor es compasivo y
misericordioso.
Como desde la tierra hasta el cielo, así es de grande su
misericordia; como un padre es compasivo con sus hijos, así es
compasivo el Señor con quien lo ama. R.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Jn 17, 17
R. Aleluya, aleluya.
Tu palabra, Señor, es la verdad: santifícanos en la verdad. R.
Aleluya.
EVANGELIO
[Lo que Dios unió, que no lo separe el hombre.]
Del santo Evangelio según san Marcos 10, 1-12
En aquel tiempo, se fue Jesús al territorio de Judea y
Transjordania, y de nuevo se le fue acercando la gente; él los
estuvo enseñando, como era su costumbre. Se acercaron también
unos fariseos y le preguntaron, para ponerlo a prueba: "¿Le es
lícito a un hombre divorciarse de su esposa?"
Él les respondió: "¿Qué les prescribió Moisés?" Ellos
contestaron: "Moisés nos permitió el divorcio mediante la entrega
de un acta de divorcio a la esposa". Jesús les dijo: "Moisés
prescribió esto, debido a la dureza del corazón de ustedes. Pero
desde el principio, al crearlos, Dios los hizo hombre y mujer. Por
eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su esposa
y serán los dos una sola cosa. De modo que ya no son dos, sino una
sola cosa. Por eso, lo que Dios unió, que no lo separe el hombre".
Ya en casa, los discípulos le volvieron a preguntar sobre el asunto.
Jesús les dijo: "Si uno se divorcia de su esposa y se casa con otra,
comete adulterio contra la primera. Y si ella se divorcia de su marido y
se casa con otro, comete adulterio". Palabra del Señor.
REFLEXIÓN: Respondiendo a la pregunta capciosa de
los fariseos, Jesús afirma la indisolubilidad del matrimonio,
remitiéndose al designio original de Dios. Cita entonces
dos textos del Génesis que expresan la básica igualdad
de los dos sexos y su mutua complementariedad. Y luego
concluye: «lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre».
Ese plan no coincide, por cierto, con la posterior tolerancia
de la ley de Moisés (Cfr. Dt 24,1-4). Tan noble y exigente
ideal del matrimonio cristiano, a su tiempo nos será
inmejorablemente explicado por san Pablo (Cfr. Ef 5, 2l-33).
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te ofrecemos, Señor, este sacrificio de reconciliación y de
alabanza, para que, compadecido, perdones nuestros pecados y
dirijas tú mismo nuestro vacilante corazón. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Lc 15, 10
Habrá gran alegría entre los ángeles del cielo, por un solo
pecador que se concierta.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concédenos, Dios misericordioso, a quienes, por este sacrificio,
hemos recibido el perdón de nuestros pecados, que con tu gracia
podamos evitarlos de ahora en adelante y servirte con sincero
corazón. Por Jesucristo, nuestro Señor.