26 domingo
Blanco
Solemnidad,
LA SANTÍSIMA TRINIDAD
MR p. 447 [445] / Lecc. II p. 196. LH Semana IV del Salterio.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Bendito sea Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, porque ha tenido
misericordia con nosotros.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios Padre, que al enviar al mundo la Palabra de verdad
y al Espíritu santificador, revelaste a todos los hombres tu
misterio admirable, concédenos que, profesando la fe verdadera,
reconozcamos la gloria de la eterna Trinidad y adoremos la Unidad
de su majestad omnipotente. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios
por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[El Señor es el Dios del cielo y de la tierra, y no hay otro.]
Del libro del Deuteronomio 4, 32-34. 39-40
En aquellos días, habló Moisés al pueblo y le dijo: "Pregunta
a los tiempos pasados, investiga desde el día en que Dios creó al
hombre sobre la tierra. ¿Hubo jamás, desde un extremo al otro del
cielo, una cosa tan grande como ésta? ¿Se oyó algo semejante?
¿Qué pueblo ha oído, sin perecer, que Dios le hable desde el fuego,
como tú lo has oído? ¿Hubo algún dios que haya ido a buscarse un
pueblo en medio de otro pueblo, a fuerza de pruebas, de milagros
y de guerras, con mano fuerte y brazo poderoso? ¿Hubo acaso
hechos tan grandes como los que, ante sus propios ojos, hizo por
ustedes en Egipto el Señor su Dios?
Reconoce, pues, y graba hoy en tu corazón que el Señor es el
Dios del cielo y de la tierra y que no hay otro. Cumple sus leyes
y mandamientos, que yo te prescribo hoy, para que seas feliz tú y
tu descendencia, y para que vivas muchos años en la tierra que el
Señor, tu Dios, te da para siempre". Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 32, 4-5. 6 y 9. 18-19. 20 y 22
R. Dichoso el pueblo escogido por Dios.
Sincera es la palabra del Señor y todas sus acciones son leales. El
ama la justicia y el derecho, la tierra llena está de sus bondades. R.
La palabra del Señor hizo los cielos y su aliento, los astros; pues
el Señor habló y fue hecho todo; lo mandó con su voz y surgió el
orbe. R.
Cuida el Señor de aquellos que lo temen y en su bondad confían;
los salva de la muerte y en épocas de hambre les da vida. R.
En el Señor está nuestra esperanza, pues él es nuestra ayuda y
nuestro amparo. Muéstrate bondadoso con nosotros, puesto que en
ti, Señor, hemos confiado. R.
SEGUNDA LECTURA
[Ustedes han recibido un espíritu de hijos en virtud del cual
podemos llamar Padre a Dios.]
De la carta del apóstol san Pablo a los romanos 8, 14-17
Hermanos: Los que se dejan guiar por el Espíritu de Dios, ésos
son hijos de Dios. No han recibido ustedes un espíritu de esclavos,
que los haga temer de nuevo, sino un espíritu de hijos, en virtud del
cual podemos llamar Padre a Dios.
El mismo Espíritu Santo, a una con nuestro propio espíritu, da
testimonio de que somos hijos de Dios. Y si somos hijos, somos
también herederos de Dios y coherederos con Cristo, puesto que
sufrimos con él para ser glorificados junto con él. Palabra de Dios.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Ap 1, 8
R. Aleluya, aleluya.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Al Dios que es, que
era y que vendrá. R. Aleluya.
EVANGELIO
[Bauticen a las naciones en el nombre del Padre y del Hijo y del
Espíritu Santo.]
Del santo Evangelio según san Mateo 28, 16-20
En aquel tiempo, los once discípulos se fueron a Galilea y
subieron al monte en el que Jesús los había citado. Al ver a
Jesús, se postraron, aunque algunos titubeaban.
Entonces Jesús se acercó a ellos y les dijo: "Me ha sido dado
todo poder en el cielo y en la tierra. Vayan, pues, y enseñen a todas
las naciones, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y
del Espíritu Santo, y enseñándolas a cumplir todo cuanto yo les he
mandado; y sepan que yo estaré con ustedes todos los días, hasta el
fin del mundo". Palabra del Señor.
Se dice Credo.
ORACIÓN DE LOS FIELES:
Oremos a Dios nuestro Padre, que por Jesucristo
nos ha revelado su amor y que escucha complacido
los gemidos con que el Espíritu intercede por nosotros:
1. Para que Dios Padre, lleve el mundo a su plenitud
y haga nacer aquel cielo nuevo y aquella tierra nueva
que nos ha prometido, en la que la humanidad
encontrará la felicidad y podrá contemplar su rostro
glorioso, roguemos al Señor.
2. Para que el Hijo Unigénito de Dios, que se hizo
hombre para desposarse con la Iglesia, infunda en ella
un amor semejante al suyo, roguemos al Señor
3. Para que el Espíritu del Señor, sea padre para los
pobres, consuelo para los tristes, salud para los enfermos
y fuerza para los decaídos, roguemos al Señor.
4. Para que los que conocemos el misterio de la
vida íntima de Dios, tengamos celo para anunciarlo
a quienes lo desconocen, a fin de que también ellos
encuentren gozo y descanso en el Dios, tal y como se
nos ha revelado, roguemos al Señor.
Dios altísimo, que has querido que en las aguas
del bautismo llegáramos a ser hijos en tu Hijo único,
escucha al Espíritu que nos hace clamar: «Padre», y
haz que –obedientes al mandato de tu Hijo– seamos
anunciadores de la salvación que ofreces a todos los
pueblos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Por la invocación de tu nombre, santifica, Señor, estos dones
que te presentamos y transfórmanos por ellos en una continua
oblación a ti. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO: El misterio de la Santísima Trinidad.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios
todopoderoso y eterno.
Que con tu Hijo único y el Espíritu Santo, eres un solo Dios, un
solo Señor, no en la singularidad de una sola persona, sino en la
trinidad de una sola substancia.
Y lo que creemos de tu gloria, porque tú lo revelaste, eso mismo
lo afirmamos de tu Hijo y también del Espíritu Santo, sin diferencia
ni distinción.
De modo que al proclamar nuestra fe en la verdadera y eterna
divinidad, adoramos a tres personas distintas, en la unidad de un
solo ser e iguales en su majestad.
A quien alaban los ángeles y los arcángeles, y todos los coros
celestiales, que no cesan de aclamarte con una sola voz: Santo,
Santo, Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Gal 4, 6
Porque ustedes son hijos de Dios, Dios infundió en sus corazones
el Espíritu de su Hijo, que clama: Abbá, Padre.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que la recepción de este sacramento y nuestra profesión de
fe en la Trinidad santa y eterna, y en su Unidad indivisible, nos
aprovechen, Señor, Dios nuestro, para la salvación de cuerpo y
alma. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ACTIVIDAD DIOCESANA
Visita al Santuario de los Mártires:
Decanato del Sagrario Metropolitano.