19 domingo
Rojo
Solemnidad,
DOMINGO DE PENTECOSTÉS
MR p. 408 [407] / Lecc. I p. 229
ANTÍFONA DE ENTRADA Rom 5, 5; cfr. 8, 11
El amor de Dios ha sido infundido en nuestros corazones por el
Espíritu Santo, que habita en nosotros. Aleluya.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que por el misterio de la festividad que hoy
celebramos santificas a tu Iglesia, extendida por todas las naciones,
concede al mundo entero los dones del Espíritu Santo y continúa
obrando en el corazón de tus fieles las maravillas que te dignaste
realizar en los comienzos de la predicación evangélica. Por nuestro
Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del
Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[Todos quedaron llenos del Espíritu Santo y empezaron a hablar.]
Del libro de los Hechos de los Apóstoles 2, 1-11
El día de Pentecostés, todos los discípulos estaban reunidos en
un mismo lugar. De repente se oyó un gran ruido que venía del
cielo, como cuando sopla un viento fuerte, que resonó por toda
la casa donde se encontraban. Entonces aparecieron lenguas de
fuego, que se distribuyeron y se posaron sobre ellos; se llenaron
todos del Espíritu Santo y empezaron a hablar en otros idiomas,
según el Espíritu los inducía a expresarse.
En esos días había en Jerusalén judíos devotos, venidos de
todas partes del mundo. Al oír el ruido, acudieron en masa y
quedaron desconcertados, porque cada uno los oía hablar en su
propio idioma.
Atónitos y llenos de admiración, preguntaban: "¿No son
galileos, todos estos que están hablando? ¿Cómo, pues, los oímos
hablar en nuestra lengua nativa? Entre nosotros hay medos, partos
y elamitas; otros vivimos en Mesopotamia, Judea, Capadocia, en
el Ponto y en Asia, en Frigia y en Panfilia, en Egipto o en la zona
de Libia que limita con Cirene. Algunos somos visitantes, venidos
de Roma, judíos y prosélitos; también hay cretenses y árabes. Y sin
embargo, cada quien los oye hablar de las maravillas de Dios en su
propia lengua". Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 103, 1ab y 24ac. 29bc-30. 31y 34
R. Envía, Señor, tu Espíritu a renovar la tierra. Aleluya.
Bendice al Señor, alma mía; Señor y Dios mío, inmensa es tu
grandeza. ¡Qué numerosas son tus obras, Señor! La tierra está llena
de tus creaturas. R.
Si retiras tu aliento, toda creatura muere y vuelve al polvo; pero
envías tu espíritu, que da vida, y renuevas el aspecto de la tierra. R.
Que Dios sea glorificado para siempre y se goce en sus creaturas.
Ojalá que le agraden mis palabras y yo me alegraré en el Señor. R.
SEGUNDA LECTURA
[Hemos sido bautizados en un mismo Espíritu para formar un solo
cuerpo.]
De la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios 12, 3b-7. 12-13
Hermanos: Nadie puede llamar a Jesús "Señor", si no es bajo la
acción del Espíritu Santo.
Hay diferentes dones, pero el Espíritu es el mismo. Hay
diferentes servicios, pero el Señor es el mismo. Hay diferentes
actividades, pero Dios, que hace todo en todos, es el mismo. En
cada uno se manifiesta el Espíritu para el bien común.
Porque así como el cuerpo es uno y tiene muchos miembros
y todos ellos, a pesar de ser muchos, forman un solo cuerpo, así
también es Cristo. Porque todos nosotros, seamos judíos o no
judíos, esclavos o libres, hemos sido bautizados en un mismo
Espíritu para formar un solo cuerpo, y a todos se nos ha dado a
beber del mismo Espíritu. Palabra de Dios.
SECUENCIA
Ven, Dios Espíritu Santo,
y envíanos desde el cielo
tu luz, para iluminarnos.
Ven ya, padre de los pobres,
luz que penetra en las almas,
dador de todos los dones.
Fuente de todo consuelo,
amable huésped del alma,
paz en las horas de duelo.
Eres pausa en el trabajo;
brisa, en un clima de fuego;
consuelo, en medio del llanto.
Ven, luz santificadora,
y entra hasta el fondo del alma
de todos los que te adoran.
Sin tu inspiración divina
los hombres nada podemos
y el pecado nos domina.
Lava nuestras inmundicias,
fecunda nuestros desiertos
y cura nuestras heridas.
Doblega nuestra soberbia,
calienta nuestra frialdad,
endereza nuestras sendas.
Concede a aquellos que ponen
en ti su fe y su confianza
tus siete sagrados dones.
Danos virtudes y méritos,
danos una buena muerte
y contigo el gozo eterno.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
R. Aleluya, aleluya.
Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende
en ellos el fuego de tu amor. R. Aleluya.
EVANGELIO
[Como el Padre me ha enviado, así también los envío yo: Reciban
el Espíritu Santo.]
Del santo Evangelio según san Juan 20, 19-23
Al anochecer del día de la resurrección, estando cerradas las
puertas de la casa donde se hallaban los discípulos, por miedo
a los judíos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: "La paz
esté con ustedes". Dicho esto, les mostró las manos y el costado.
Cuando los discípulos vieron al Señor, se llenaron de alegría.
De nuevo les dijo Jesús: "La paz esté con ustedes. Como el Padre
me ha enviado, así también los envío yo".
Después de decir esto, sopló sobre ellos y les dijo: "Reciban el
Espíritu Santo. A los que les perdonen los pecados, les quedarán
perdonados; y a los que no se los perdonen, les quedarán sin
perdonar". Palabra del Señor.
Se dice Credo.
ORACIÓN DE LOS FIELES:
Puesto que hemos recibido el Espíritu que nos hace
decir “Padre”, dirijámonos, hermanos, con sentimientos
de filiales al Señor.
1. Para que el Señor Jesús –que, exaltado a la
diestra de Dios, ha recibido el Espíritu Santo– lo envíe
abundantemente sobre la Iglesia que peregrina en esta
tierra hacia la patria eterna, roguemos al Señor.
2. Para que la luz del Espíritu Santo aleje las tinieblas
de los hombres, los lleve al pleno conocimiento de la
verdad, convierta el odio en amor y los sufrimientos
en alegría, roguemos al Señor.
3. Para que la fuerza del Espíritu Santo guíe por los
caminos de la conversión a los que son víctimas de sus
propios engaños o de los errores del mundo, roguemos
al Señor.
4. Para que el Espíritu de sabiduría nos haga penetrar
en los secretos de Dios, nos recuerde continuamente
lo que Cristo dijo y fortalezca más y más nuestra fe,
roguemos al Señor.
Que tu amor de Padre, Señor, Dios todopoderoso,
escuche complacido las súplicas de tu pueblo que,
lleno de gozo, ha recibido ya –como primer don tuyo–
el Espíritu Santo prometido, que contigo y tu Hijo vive
y reina por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos, Señor, que, conforme a la promesa de tu Hijo, el
Espíritu Santo nos haga comprender con más plenitud el misterio
de este sacrificio y haz que nos descubra toda su verdad. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO: El misterio de Pentecostés.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios
todopoderoso y eterno.
Porque tú, para llevar a su plenitud el misterio pascual, has
enviado hoy al Espíritu Santo sobre aquellos a quienes adoptaste
como hijos al injertarlos en Cristo, tu Unigénito.
Este mismo Espíritu fue quien, al nacer la Iglesia, dio a conocer a
todos los pueblos el misterio del Dios verdadero y unió la diversidad
de las lenguas en la confesión de una misma fe.
Por eso, el mundo entero se desborda de alegría y también los
coros celestiales, los ángeles y los arcángeles, cantan sin cesar el
himno de tu gloria: Santo, Santo, Santo…
Si se usa el Canon Romano, se dice Reunidos en comunión, p.
558 [560]. En las otras Plegarias eucarísticas también se dicen las
partes propias para esta Misa.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Hech 2, 4. 11
Todos quedaron llenos del Espíritu Santo, y proclamaban las
maravillas de Dios. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dios nuestro, tú que concedes a tu Iglesia dones celestiales
consérvale la gracia que le has dado, para que permanezca siempre
vivo en ella el don del Espíritu Santo que le infundiste; y que este
alimento espiritual nos sirva para alcanzar la salvación eterna. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
Puede utilizarse la fórmula de bendición solemne, pp. 596-597
[604-605]. Para despedir al pueblo, el diácono o, en su ausencia, el
mismo sacerdote canta o dice:
Anuncien a todos la alegría del Señor resucitado. Vayan en paz,
aleluya, aleluya. O bien: Pueden ir en paz, aleluya, aleluya. R.
Demos gracias a Dios, aleluya, aleluya.
ACTIVIDAD DIOCESANA
Santuario de los Mártires:
Ordenaciones sacerdotales.
LECCIONARIO II,
LITURGIA DE LA HORAS TOMO III,
SEMANA VII DEL TIEMPO ORDINAR