Extracto del saludo del Cardenal José Francisco Robles Ortega
Arzobispo de Guadalajara y Presidente de la CEM.
Estimado Señor Presidente:
Los Obispos de México agradecemos la deferencia de su visita en ocasión de nuestra XCVII Asamblea
Plenaria.
Animados por el deseo de servir al bien de nuestra patria, nos permitimos transmitirle el sentir y las
preocupaciones que nosotros percibimos como pastores del pueblo al que tanto usted como nosotros
servimos, cada quien desde su respectiva misión.
Entre otros temas, la gente se pregunta en qué le beneficiarán las recientes reformas estructurales y el
tiempo que tardará en que esto se vea reflejado de manera concreta en la paz, en la vida democrática,
en su economía y en su progreso integral. Esta incertidumbre se ve acrecentada por las situaciones de
violencia, inseguridad, desempleo y pobreza que viven muchas personas.
Reconocemos los esfuerzos de su gobierno y la pronta respuesta que ha mostrado ante la grave crisis
de seguridad, particularmente en el estado de Michoacán, y esperamos que una estrategia integral
e integradora pueda pronto devolver la paz y el estado de derecho a las comunidades que viven en
condiciones francamente lamentables, sobre todo a causa de la actividad delincuencial y reprobable del
crimen organizado.
A este drama se suma el que viven miles de mexicanos, sudamericanos y extranjeros que cruzan la
frontera sur de nuestro país hacia el vecino país del norte y que son víctimas de la violencia.
También no pocos nos han manifestado su desilusión ante grandes proyectos y programas de apoyo social
que no se están reflejando en una mejora a sus condiciones de vida, particularmente entre la gente más
necesitada.
Esto se agudiza en aquellos que han sufrido las consecuencias de los desastres naturales.
Señor Presidente, de ninguna manera pretendemos desconocer los grandes esfuerzos y los avances que
se han ido dando en su gestión. Queremos transmitirle lo que escuchamos de la gente de los diferentes
estratos sociales, sus angustias y permítame decirle sus molestias. Lo hacemos con honestidad y
verdadero deseo de servir.
Por eso en nuestro reciente mensaje “Por México ¡Actuemos!”del que con mucho gusto le entrego una
copia hemos destacado la necesidad de las reformas estructurales para adecuarnos al presente en la
búsqueda de un futuro mejor, y hemos hecho hincapié en que para que esto se haga realidad se requiere
una reforma de la conciencia que genere una auténtica escala de valores y nuestra capacidad personal y
social de encuentro y fraternidad solidaria.
Es preciso que hagamos cultura estos valores. De ello hemos estado reflexionando en nuestra Asamblea
Plenaria, en la que ante la situación actual hemos reafirmado la necesidad de una educación integral y de
calidad que llegue a todos los mexicanos.
En este tenor, nos permitamos urgirle en la implementación de una política decidida a favor del matrimonio
y la familia, célula fundamental de la sociedad.
Conscientes de la influencia de los medios de comunicación, nos parece urgente la defensa de los
derechos de las audiencias a contenidos de calidad de modo que estos instrumentos atiendan a su
responsabilidad social.
Una adecuada educación hará realidad el avance de una cultura democrática en nuestro país y la
participación ciudadana. A esto ayudaría que, así como el Pacto por México hizo posibles grandes avances
para el presente y el futuro, ahora la sociedad se sienta incluida.
Señor Presidente, una vez más reconocemos los esfuerzos y los logros de su gobierno, y le manifestamos
nuestra disponibilidad para contribuir, desde lo que nos es propio como pastores y en estricto apego
a la laicidad del Estado, en todo aquello que mire al bien de las personas y de las comunidades,
particularmente de los más necesitados.
La pasión que usted ha manifestado por servir a México, es la misma pasión que nos mueve desde
nuestra identidad de pastores. El éxito de su gestión lo vemos como un éxito para México.
Deseamos poder continuar con esta relación institucional para bien de nuestro pueblo. Gracias por
escucharnos.
ENCUENTRO DEL EPISCOPADO MEXICANO CON EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA