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Informe rectoral del año lectivo 2022-2023

del Seminario de Guadalajara

 

 

Guadalajara, Jalisco, a 29 de enero del 2024

 

Emmo. Sr. cardenal

Dr. D. José Francisco Robles Ortega

Arzobispo de Guadalajara y rector del Seminario

 

Al igual que el curso pasado, éste lo iniciábamos con las normas sanitarias por la pandemia del covid-19 ya que hasta el 5 de mayo de 2023 se declaró con gran esperanza el fin de la emergencia sanitaria internacional.

A lo largo de año pudimos descubrir algunos estragos por motivo de la pandemia, que afectaron las diferentes dimensiones de la formación. La principal afectación de los grupos fue el problema relacional ya que, durante el confinamiento, al dejar de estar conviviendo en grupo, muchos se acostumbraron al aislamiento y por ello en algunos vinieron desequilibrios emocionales fuertes. Si bien la población de seminaristas y sacerdotes no fue afectada en las vías respiratorias o estomacales, por la vida saludable en la que se vive, si golpeó mucho en la cabeza inflamando el cerebro, manifestado en problemas de concentración, de memoria, durando meses en llevar una vida normal, con situaciones de ansiedad y depresión, o en muchos con la dificultad de favorecer las relaciones interpersonales.

Durante el tiempo de confinamiento se tuvo banda ancha en el uso de Internet y en la navegación de muchos sitios y plataformas, donde muchos se vieron expuestos al no poner límites y llevaron un desorden en las redes sociales mal utilizadas.

También, durante todo este tiempo, muchos experimentaron la pérdida de seres queridos, algunos de covid-19 y otros, aunque no murieron de eso, pero así los trataron por igual y no pudieron vivir los duelos adecuadamente. Frente a todo esto, algunos siguen trabajando con el duelo de un padre o una madre, de un familiar, una amistad, etc.

Frente a este panorama, en las diferentes etapas de formación se buscaron las herramientas para ayudar al manejo de esta realidad, y con el esfuerzo del equipo formador y del departamento de psicología se ha ido avanzando con buenos resultados; sobre todo de los directores espirituales, al insistir en enfocarse nuevamente en una espiritualidad centrada en Cristo.

La matrícula de este curso fue de 1,171 seminaristas en sus diferentes etapas.

 

I.               Seminario Mayor

 

Se inició el curso con 396 seminaristas: 195 en etapa configuradora, 141 en etapa discipular y 60 en el curso propedéutico.

 

1.    Etapa configuradora

 

Comenzaron 38 seminaristas de 5º, 35 de 4º, 36 de 3º y 43 de 1º. Al finalizar el curso, cerraron matrícula 11: 1 de 4º, 3 de 3º y 7 de 1º.

Desde la dimensión humana, los seminaristas se perciben abiertos, espontáneos, sencillos, con muchas cualidades artísticas y prácticas, respetuosos y cercanos con sus formadores. Se buscó crecer en la fraternidad, el apoyo mutuo, el cumplimiento de sus responsabilidades y la generosidad en sus servicios comunitarios. En su mayoría, procuraron una mejor alimentación y cuidados personales, y un aumento en su actividad física. En general, mejoraron en el uso del celular, se les concedió libertad y, en su mayoría, lograron aprovecharla para bien. Hubo quienes ya aprendieron a llamar por su nombre a sus sentimientos y afectos, para saber cómo poder manejarlos; así pueden crecer más en dedicación, ser menos superficiales en algunas cosas, aprovechar mejor el tiempo libre y ser más laboriosos. Su iniciativa y creatividad es buena, pero puede mejorar. En el ámbito espiritual se presentaron buenos resultados, especialmente en la meditación, rezo del rosario y aprovechamiento de retiros y adoración al Santísimo. Se percibe más tranquilidad, compromiso y paz en el espíritu, ya que en la oración y en el encuentro personal con Cristo, a quien se han ido configurando, seguirá siendo un gran reto y oportunidad de crecimiento. Cabe señalar que a algunos les sigue costando ser espontáneos, dependen de los horarios y de las motivaciones externas, y las convicciones se ven amenazadas por la pereza, el estudio y el celular; algunos faltaban sin justificación y permiso a misa, y no se levantaban a oraciones cuando éstas eran personales. Se espera que la autogestión y las convicciones espirituales crezcan y se afiancen. En el ámbito académico, en su mayoría son respetuosos de profesores, responsables y suelen responder a las exigencias académicas; sin embargo, algunos tienen un bajo nivel de lectura e investigación, se conforman con lo que aprenden en clase y les costó trabajo el método de estudio, sobre todo la confección de trabajos escritos, como la tesina, en la que algunos no pudieron terminar a tiempo con responsabilidad. Muchos siguen procrastinando, dejando para el último momento trabajos, tareas y estudio de exámenes. En la dimensión pastoral se manifestaron generosos, responsables y con mucho gusto por el apostolado, las misiones y el servicio pastoral. En lo general, los informes que se presentaron de su desempeño fueron positivos y, de parte de ellos, todos estuvieron muy contentos. Sólo hubo quejas del apoyo y la cercanía de parte de los párrocos, que en algunos lugares era complicado. No dejan de verse sorprendidos ante el llamado que Dios les ha hecho, por lo que les interpela ser más generosos. Vocacionalmente manifestaron buen criterio e identidad sacerdotal, en búsqueda sincera de formación y configuración, y a la expectativa positiva de responder con más generosidad en los años venideros.

Algunos permanecieron en la comodidad de su espacio, sus redes, su música, su café, etc., y con dificultad caminan en comunidad.

 

2.    Año de servicio pastoral

 

En este ciclo fueron destinados a servicio pastoral 43 seminaristas, 25 a seminario y los demás a servicios varios, la mayoría de carácter escolar o parroquial. Al final del curso, se retiraron 7 alumnos. Hubo buena aceptación de los destinos. Por parte del Seminario se les calendarizaron fechas de reuniones bimestrales y visitas a cada lugar por parte del prefecto y del espiritual, dialogando con ellos y con sus encargados, considerando los espacios y proyectos que se tenían para ellos. Se calendarizó también la semana de ejercicios espirituales para el mes de enero y el curso de integración para el mes de junio, ambos con buenos resultados. En general hubo una excelente respuesta y muy favorable apreciación del trabajo y apostolado por parte de párrocos y encargados. Desde lo pastoral y espiritual hubo más cosas positivas que negativas. Especialmente se vieron probados en la autogestión del tiempo para la oración y motivados por la fe de los demás, participaron asiduamente de los sacramentos y, quienes por la lejanía o por las abundantes actividades no podían venir con su espiritual, buscaron apoyo en los padres cercanos para la confesión y alguna otra necesidad. Entre lo más relevante se reconoció como problemas la saturación de trabajo, el activismo y la falta de estructuras para la vida espiritual, ya que se dejaba a la organización personal.

 

3.    Etapa discipular

 

El curso lo comenzaron 46 seminaristas de 3º, 41 de 21 y 54 de 1º. Al final cerraron matrícula 20: 7 de 3º, 5 de 2º y 8 de 1º.

Los seminaristas en esta etapa son alegres, inquietos, sinceros y con mucha capacidad de diálogo. El trabajo en equipos de vida fue fundamental para su crecimiento humano. En lo general, van adquiriendo un mayor equilibrio en sus emociones y afectos, para una mejor opción por el celibato y fortalecer las virtudes de la prudencia, la castidad y la caridad, esto a través del conocimiento de sí mismos y la búsqueda de la unidad. Deben seguir trabajando para evitar la crítica destructiva y fomentar la comunión entre ellos y el espíritu de iniciativa, en vista al bien común y a la limpieza en sus cosas personales. En lo que corresponde a la dimensión espiritual, se buscó trabajar un verdadero discernimiento como ayuda para tomar decisiones para continuar con nuevos ímpetus o para dar el paso firme a la etapa configurativa, esto a través de la formación espiritual y adquiriendo un mayor espíritu de silencio para interiorizar la temática propia de la etapa. Se trabajó en profundizar la relación espiritual que debe haber entre el aspirante al sacerdocio y la Santísima Virgen María por medio del rezo del rosario. Se sigue viendo la necesidad de que sigan trabajando en el valor del silencio, que implica también el aprender a usar responsablemente de las redes sociales. En lo académico mostraron cualidades artísticas en la presentación de las pastorelas en el mes de diciembre, la presentación de los festivales de las convivencias familiares, la participación digna en la semana cultural. Casi todos mejoraron su capacidad de investigación y síntesis en vistas a la elaboración de su tesina de filosofía, así como contar con un buen tiempo para la preparación de los exámenes semestrales y así obtener calificaciones aceptables. Deben seguir creciendo en el aprovechamiento del tiempo, pues algunos desperdician los momentos de estudio en reuniones muy prolongadas para tomar café y relajarse, o comienzan el estudio tarde; ser más puntuales para llegar a clases, mejorar el orden y la participación en el aula, mostrar respeto a quien habla o hace alguna pregunta u observación en clase. En el ámbito pastoral se les propuso trabajarlo desde la vivencia cotidiana del Seminario, practicando la corrección fraterna a nivel personal o comunitario, y haciendo presencia en el grupo en las actividades que lo requieren, y con la práctica de la misericordia. El resultado fue positivo, pero aún quedan realidades a trabajar para vivir una pastoral que inicia desde el Seminario.

 

4.    Etapa propedéutica

 

Se inició el curso con 60 seminaristas: 37 provenientes de la preparatoria, 22 de nivelación y 1 alumno de reingreso, pasando a filosofía 54. Dejaron 6 el Seminario.

El grupo manifestó muchas cualidades y valores en sus integrantes, tanto deportivas, musicales y artísticas; pero confiados en sus cualidades, dejaban todo para última hora y, aunque salían adelante, hubieran podido hacerlo mejor. Se logró avanzar en la unidad del grupo, pero falta más trabajo. Hacen lo que tienen que hacer, pero se les tiene que decir continuamente y muy pocos muestran iniciativa para el trabajo. En su mayoría, presentan un lenguaje vulgar, influenciado por la narcocultura, sobre todo a través de la música. Les gusta escuchar narcocorridos y música a la que llaman “belicosa”, por contener temas violentos. Aprovecharon los medios que se les ofrecieron para la vida espiritual y la gran mayoría logró avanzar en su crecimiento espiritual. Tienen aprecio por la eucaristía y un gran amor a la Virgen María. Es un grupo parejo en lo académico. A muy pocos les cuesta trabajo el estudio, pero pareciera que no han alcanzado un buen método. Algunos se mostraron apáticos en los talleres que se les ofrecieron, ya que no les gustaba la forma de exponer o la temática tratada. El trabajo pastoral fue algo en lo que mostraron un gran interés, tanto en el apostolado como en las misiones. Se veía que se preparaban para realizarlo lo mejor posible.

 

 

II.             Seminario Menor

 

El curso comenzó con 217 seminaristas: 182 de preparatoria y 35 de nivelación. Se retiraron 29. Terminaron 188: 154 de preparatoria y 34 de nivelación.

 

1.    Preparatoria

 

a.    Tercero

 

El grupo inició con 37 alumnos. Al finalizar el curso, 24 pasaron a la etapa propedéutica. Fue un grupo jovial, generoso, que trabajó en la iniciativa, con deseos de superación en todas las áreas. Al paso de los meses fueron siendo más creativos, cercanos al equipo formador. En las actividades comunitarias se emocionaban y participaban. Es importante que sigan trabajando en el aseo personal y comunitario, en el manejo de su lenguaje. Fueron asiduos a la dirección espiritual, con deseos de encontrarse con el Señor. Los ejercicios espirituales fueron cruciales para su discernimiento vocacional. Su gran reto es el silencio sagrado y poner más pasión en los momentos de oración por la mañana. Manifestaron crecimiento en los métodos de estudio y en el aprovechamiento del tiempo, pero aún les cuesta el silencio para tener un mejor ambiente. Conviene que sigan creciendo en el hábito de la lectura.

 

b.    Segundo

 

Fue un grupo obediente, noble y dócil, con buena determinación para el trabajo y el aseo. Fueron mejorando en la responsabilidad y calidad de los aseos, gustaron del deporte y la convivencia. Al principio se mostraban un tanto renuentes a integrarse, pero al final mejoró la integración. Fueron transparentes y respetuosos, confiaron en sus superiores en las entrevistas y se fueron abriendo. En sus servicios comunitarios fueron cumplidores, pero se limitaron a lo básico. Algunos son apegados al celular, y no suelen hacer un buen uso de él cuando se les da libertad. En general, les costó trabajar en equipo, pero van poco a poco aprendiendo habilidades sociales. Tuvieron altibajos emocionales durante el curso, pero fueron aprendiendo a manejar el estrés y los miedos. El grupo se caracteriza por tener varios casos de pérdidas familiares, separaciones y violencia intrafamiliar. Al principio había un deficiente autoconocimiento en general y baja autoestima, pero gracias a los talleres y campamentos fueron mejorando. Varios iniciaron procesos de psicoterapia, otros tuvieron continuidad. Cumplieron y participaron con atención en las celebraciones litúrgicas y actividades espirituales, pero a veces se les percibió arrutinados y cansados. Tuvieron mucha constancia en la dirección espiritual, les falta más piedad y devoción eucarística; aunque sí hubo una mejoría respecto al inicio del curso. Manifestaron buena capacidad intelectual, pero no tienen todavía hábito ni método de estudio, pierden el tiempo, tienen mala ortografía y regular redacción. Se fueron a examen extraordinario un 50% en el segundo semestre. En lo general, hubo una disminución del promedio respecto a su primer curso. En la parte vocacional se percibió una inseguridad en general, falta de confianza en la voluntad de Dios y miedo al sacerdocio o al futuro. Sin embargo, se muestran optimistas y alegres para continuar su formación en tercero.

 

c.     Primero

 

Este grupo se dividió en dos prefecturas. En la prefectura de “A” comenzaron 44 seminaristas, y 30 pasaron al curso siguiente. En la prefectura de “B” comenzaron 42, y 38 pasaron a segundo.

Se trabajó en el autoconocimiento para el primer semestre y en la autoestima para el segundo. Fueron mejorando su presentación personal a lo largo del curso. En el grupo existen líderes que mueven el rumbo del grupo de manera positiva, y en ocasiones un tanto negativa. Son animosos, alentadores, en ocasiones un tanto calculadores. Aprendieron a realizar las labores de casa con responsabilidad, pero es necesario despertar en ellos la iniciativa y el sentido común para no limitarse solamente a lo que se les indique. Las oraciones y actividades espirituales se realizaron conforme a los calendarios propuestos por los directores espirituales. Su capacidad intelectual es promedio, puede haber mayor rendimiento. Se llevó un proceso de menos a más: en el transcurso se utilizaron medios de mejora, en ocasiones se les tuvo que llamar la atención por su dispersión dentro del salón de clases y porque faltaban con tareas y actividades. Son un grupo que puede y debe dar más.

d.    Nivelación

 

Se inició con un total de 35 alumnos, y 31 pasaron a la etapa propedéutica. El grupo tiene buenos elementos, pero carece de líderes que tomen la batuta. Hay algo de conformismo, a pesar de tener muchos valores dentro de él. Se procuró la integración en diversas actividades, en las formaciones humanas, en las entrevistas personales. Como proyecto de grupo, se les propuso arreglar la ermita de la Virgen. Se organizó una rifa, y los seminaristas que apoyaron fueron muy dispuestos y responsables. Se notó un avance en la madurez de los muchachos gracias a la convivencia diaria, las entrevistas y charlas con los formadores, y de manera especial con la vivencia de los campamentos. Al inicio había carencias básicas de vida espiritual en muchos de ellos, pero otros venían con cierto camino recorrido. Pero todo lo recibido en este año les ha ayudado a crecer en su respuesta vocacional. Este grupo resultó ser muy mariano, gracias a la iniciativa de un compañero y a la buena disposición de todos. En cuanto a la dimensión intelectual, se pudo notar que hay diferentes capacidades, pero los más avanzados apoyaban a los que les costó más. Más de la mitad de ellos cuenta con un método de estudio. Hizo falta mayor exigencia personal en el silencio en el estudio y en el aprovechamiento. El grupo manifestó una buena perseverancia y deseo de continuar en formación. En una buena parte de ellos se nota ya el deseo de ser sacerdotes, otros están aún en discernimiento serio.

 

III.            Seminarios Auxiliares y promoción vocacional

 

1.    Seminario Auxiliar en Totatiche

 

Se inició con un grupo total de 82 seminaristas: 23 alumnos de primero, 40 de segundo y 19 de tercero, de los cuales 5 manifestaron continuar su formación en el Seminario Menor y sólo 4 se presentaron el día 16 de agosto en el Seminario Menor.

Se logró crear un ambiente de confianza en relación con sus formadores, se trabajó en la mejora del vocabulario, se buscó la formación en el uso correcto de las redes sociales, en la honestidad, el respeto hacia las cosas ajenas y el cuidado de los bienes materiales. En la dimensión espiritual, se procuraron las entrevistas en el área espiritual, se buscó una buena participación en la eucaristía, se facilitó el sacramento de la reconciliación y favoreció la comunión frecuente. Hubo gusto por la lectura espiritual y el rezo del santo rosario. Se aprovechó el tiempo de estudio, se procuró el silencio, logrando el gusto por la lectura, y se mejoró la ortografía y caligrafía. Esta dimensión es la que más les cuesta, por el poco interés que los adolescentes muestran al estudio. Se intensificó el trabajo vocacional al interior del seminario. Las peregrinaciones al santuario de Temastián y a las parroquias de Totatiche y Villa Guerrero motivaron a los muchachos en su entrega de fe y de respuesta a Cristo. Se entregó un examen vocacional en el mes de enero a los muchachos de tercer grado y se realizó el retiro-encuentro de discernimiento para los alumnos del último grado.

 

2.    Seminario Auxiliar en La Barca

 

El curso comenzó con 32 seminaristas menores en los tres grados de la secundaria, que se fueron integrando como un grupo compacto, abierto a las diferencias, dispuesto a las actividades cotidianas. Se alcanzó un notable avance en la responsabilidad, la puntualidad y la disciplina, creciendo según sus capacidades y virtudes. Se pudo experimentar la presencia de Dios en cada uno. Manifestaron gusto por la participación en los sacramentos, por la escucha de la Palabra, por el silencio sagrado, por ofrecer las propias obras y por atender la dirección espiritual. Deseaban vivir aquello que los acercara a Dios. Las lagunas en lo académico, fruto de la pandemia, se manifestaron en este curso. En algunos no había un pensamiento matemático propio de su edad y carecían de método de estudio. Por ello se implementó un taller de lectura y otro de métodos de estudio. Poco a poco se avanzó en este campo. En lo vocacional se hizo hincapié en que cada uno dijera “quiero ser sacerdote”, como motivación para las actividades y la respuesta del día a día. Fueron enriquecedoras las experiencias de inter-seminarios, del paseo de santo Tomás y la ordenación diaconal de un coadjutor en año de servicio.

 

3.    Seminario Auxiliar en Cuquío

 

La comunidad comenzó el curso con 34 seminaristas en los tres grados de secundaria. Al final se retiraron 9 y 7 pasaron a la preparatoria en el Seminario Menor. La matrícula ha ido aumentando y los lugares de donde proceden, por el acompañamiento a través de los encuentros mensuales en el Seminario, que ha sido una buena herramienta para estar cerca de los posibles candidatos. En su mayoría, los seminaristas se manifestaron sanos física y mentalmente, con valores humanos, dóciles, trabajadores, deportistas, cercanos a sus familias, dispuestos al diálogo formal en la entrevista. Pulieron su vocabulario, pero fueron desordenados en sus cosas, amantes de las redes sociales y algunos “enamorados” de las compañeras del colegio. Estuvieron atentos en la eucaristía y en las oraciones, buscaron el consejo de sus formadores, aprovecharon los momentos de la lectura espiritual y otras actividades. En lo intelectual manifestaron buen nivel, a pesar de los estragos de la pandemia; por lo que sentarse a estudiar fue un verdadero reto, ya que prefieren consultar todo en Internet que en los libros. Las matemáticas y el inglés muchas veces fueron su dolor de cabeza, puesto que muchos llegan al Seminario con problemas para asimilar los contenidos y con poco desarrollo de sus capacidades intelectuales. Para acercarlos a las realidades eclesiales de la arquidiócesis, se realizaron las misiones en Semana Santa y las vacaciones de comunidad en Moyahua y Tlachichila, respectivamente. Los seminaristas son menos que antes, pero parece que son más perseverantes.

 

4.    Seminario Auxiliar en Ahualulco

 

Se tuvo una matrícula de 36 seminaristas internos: 11 en tercero, 14 en segundo y 11 en primero. Al final sólo se retiró uno.

Los seminaristas, en su mayoría, son adolescentes sanos, son nobles y alegres; varios provenientes de familias disfuncionales, con rezago académico notorio, con dependencia aún más del celular y redes sociales, con actitud egoísta e individualista, algunos con problemas para relacionarse con los demás. Los papás, aunque son participativos, porque aprecian y confían en el Seminario, en algunos se observa cierta apatía en la problemática que pueda presentar su hijo. Se les proporciona cada quince días una formación humana y espiritual, que ha sido un momento de encuentro donde expresan su sentir y, además, se sienten atendidos y escuchados. En general se les nota gran aprecio por lo espiritual, manifiestan gusto por la confesión, por la dirección espiritual y humana, por la participación en la eucaristía y por el compromiso en las actividades en su parroquia. Con la gracia de Dios ya se cuenta con la incorporación a la sep, y el nombre que llevará la secundaria será “JOSÉ SÁNCHEZ DEL RIO”. La asistencia a clase será mixta. Se agradece a la Secundaria “Anacleto González Flores” el apoyo en estos últimos dos años, tiempo que duró el trámite de incorporación ante la sep, en que se dependió de su servicio en la cuestión académica. Dios sea su recompensa.

 

5.    Secundaria Anacleto González Flores

 

En los adolescentes se observó obediencia y capacidad de liderazgo, mayor participación en el deporte. La cercanía en las entrevistas fue buena, pero debe mejorar y ser más constante. Hubo un mayor sentido de pertenencia, más apoyo, empatía; sin embargo, se percibieron faltas de respeto y carrilla destructiva, falta de madurez y apertura al tema de la sexualidad, algunos no reconocieron la autoridad de los formadores, faltó más integración entre toda la comunidad, fortalecer un proceso de autoconocimiento y autoestima en los seminaristas, faltó acrecentar la comunión en el equipo formador y evitar la lucha de poderes. Se debe cultivar el respeto por los demás y sus pertenencias. En la dimensión espiritual se percibió mayor gusto y devoción en la participación de la misa y los actos de espiritualidad. En la mayoría se ve el gusto por la vida sacramental, además de una buena concientización de lo sagrado. Aun estando en la etapa de la adolescencia, la espiritualidad se vivió de una manera más dinámica, divertida, relajante, ayudando a no pensar sólo en los problemas. Sin embargo, en algunos aún falta mejorar el respeto por lo sagrado. En lo académico tuvieron un buen desempeño intelectual. Puede mejorar. En muchos se ve dedicación y esfuerzo en sus estudios. Muchos maestros se esforzaron por entender al grupo y enseñar de diferente manera, pero hubo algunas faltas de respeto de los alumnos a algunos maestros. Hace falta más honestidad y crecimiento intelectual, facilitar métodos de estudio, mejorar la ortografía y más respeto al lugar de estudio. Vocacionalmente, la carrilla, los problemas económicos y los problemas familiares no favorecen que los seminaristas quieran seguir en el Seminario. Algunos no están por vocación, sino por los estudios. Por su comportamiento se pensaría que algunos seminaristas no deberían estar, porque no favorecen un ambiente de crecimiento. Al final del curso se experimentó tristeza y un cierto desánimo por el cambio de casa al Seminario Menor para el curso 2023-2024; pero venciendo esto, mostraron gusto por continuar el proceso en la casa del Seminario Menor.

 

6.    Seminaristas en familia

 

El curso comenzó con 200 adolescentes inscritos. Sin embargo, muy pronto comenzaron las deserciones. De tal manera que al final perseveraron 140 muchachos. Se siguió con la distribución de la atención en los ocho módulos urbanos y algunos más foráneos en Zapotlanejo, El Salto, la ribera de Chapala y Cocula.

La tarea de acompañar a los adolescentes con semillas de vocación es complicada. Hacer coincidir elementos de formación humana y espiritual en cada uno, con realidades familiares distintas, con conductas aprendidas en la propia escuela, con el fuerte influjo de los medios tecnológicos, supera los esfuerzos. Sin embargo, se ha podido realizar en las clases semanales, en los retiros mensuales, en los campamentos y en las convivencias familiares. Muchos de ellos luchar por conseguir una vida virtuosa. La mayoría, al formar parte de algún apostolado en la propia parroquia, sostiene una sólida vida espiritual. En muchos de ellos, según el parecer de los padres de familia, se observaron cambios considerables; por lo que agradecen al Seminario este acompañamiento, que incluso los hace crecer como familia. Por otra parte, tanto los seminaristas de año de servicio como el personal que labora en esta sección del Seminario muestran gran aprecio por este trabajo, lo realizan como un verdadero apostolado, aunque por momentos parezca que son pocos los frutos que se recogen de tanta inversión en recursos materiales y humanos.

 

7.    Centro de Promoción Vocacional

 

Es notorio que a nivel mundial el número de los seminaristas va a la baja, Guadalajara no ha sido la excepción. En los diferentes preseminarios, en el 2022-2023 ingresaron 809; de los cuales, 456 se internaron a las diferentes etapas de la formación.

En el acompañamiento a jóvenes mayores de 17 años ingresaron 92 jóvenes, de los cuales alrededor de 50 de ellos fueron perseverantes durante todo el curso; con grandes ilusiones, pero no todos dispuestos a asumir las exigencias. Al final del ciclo escolar, 23 jóvenes se internaron al grupo de nivelación y 12 a preparatoria. La mayoría de ellos provienen de familias católicas, pero de poca formación cristiana. Se les percibe de manera general dóciles, generosos, abiertos, entusiasmados y dispuestos ante las propuestas en su formación; pero muestran carencias afectivas, emocionales y hasta intelectuales. Algunos de ellos muestran cierta adicción a los dispositivos electrónicos, mismos que los distraen y muchas veces los confunden. También hay quienes se integran al acompañamiento, pero más con un afán de protagonismo, de sobresalir o como si fuera un estatus, confundiendo vocación con profesión. Disfrutan los momentos de oración, de reflexión. Una de las principales tareas del Centro de Promoción es la atención y acompañamiento a los monaguillos. Se sigue preparando a agentes para que sean promotores vocacionales y los espacios que se han aprovechado son: catequistas, coros parroquiales y coordinadores de monaguillos. Otras actividades importantes son las visitas a colegios, los retiros vocacionales y las jornadas parroquiales. Se abrió el espacio para que los padres promotores de decanato puedan aprovechar el diplomado virtual en acompañamiento y discernimiento vocacional impartido por los operarios.

 

IV.           Economía

 

·      El gasto corriente de este año fue sostenido por la red de bienhechores, que aumentó en un 5% gracias a la promoción de los seminaristas en el Día del Seminario.

·      Sin embargo, las bajas de bienhechores fueron más de 1,000. La mayoría de ellos han dejado de aportar por fallecimiento, enfermedad y problemas económicos.

·      El cariño mostrado al Seminario se hizo notar con el repunte en la colecta de 2 millones con respecto al año anterior, lo cual abona a la estabilidad de la economía general.

·      Los gastos mensuales fueron mayores a los ingresos por un millón de pesos. El importe de la colecta ha hecho posible que se cubran esos gastos.

·      Tras casi un año de trabajo, se remodeló la cocina y se estrenaron las nuevas oficinas administrativas. Con el remanente de la Carrera del Seminario se reconstruyó la cancha de básquetbol para el área de teología, y gracias a nuestros bienhechores se terminó la remodelación de los baños también en la sección de teología.

·      Gracias al trabajo del equipo formador en las diferentes etapas formativas se han logrado remodelaciones y reforzamientos en cada casa.

 

a.    Las principales fuentes de ingreso fueron:

 

·      Bienhechores mensuales              40%

·      Colegiaturas                                    30%

·      Colecta del Día del Seminario      25%

·      Donativos                                         5%

 

b.    Los principales gastos:

 

·      Pago de la nómina y de la cuota al imss de los empleados.

·      Alimentación de los internos.

·      Mantenimiento de las instalaciones.

·      Servicios básicos a los huéspedes de éstas.

 

Se ha invitado a toda la comunidad a ser más responsable en el cuidado de las instalaciones, herramientas y utensilios.



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