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Nuestra Señora de Zapopan: Generala y protectora universal

del Estado Libre de Xalisco. 1823   

Héctor Quintero López[1]

 

Si la distinción de Generala de Armas

de la Diputación Provincial de Guadalajara

a favor de la Virgen de Zapopan se fraguó

entre el 13 de junio y el 15 de septiembre de 1821,

al tiempo del nacimiento del Imperio Mexicano,

a sus pies se puso, el 21 de junio de 1823,

el nacimiento del Estado Libre y Soberano de Xalisco,

la primera entidad federativa de la República mexicana en reconocerse como tal.[2]

 

 

La noche del 12 de junio de 1821, en la villa de San Pedro Tlaquepaque, los jefes militares de la Diputación Provincial de Guadalajara, a las órdenes del Coronel José Antonio Andrade, pactaron adherir, en términos tan enérgicos como el de “Independencia o muerte!”, esta soberanía al Plan de Independencia de la América septentrional, según lo propuso un delegado de Agustín de Iturbide para esta gestión, el brigadier Pedro Celestino Negrete.

Al día siguiente, muy temprano, comenzaron a divulgar la noticia en el vecindario, en tanto preparaban la toma de la capital, acuartelándose en la Casa de Misericordia y sin toparse con la oposición de nadie y sí con el beneplácito de los muchos devotos que se habían congregado para ser testigos del arribo de la imagen de la Patrona de Aguas de la ciudad el día de San Antonio de Padua, desde el convento de Santa Teresa a la iglesia matriz, de modo que al cabo de pocas horas, el 14, en las Casas de Gobierno todas las corporaciones civiles y eclesiásticas del Reino se sumaron a lo ya pactado por los militares: reconocer la independencia de España del Imperio Mexicano.

De esa coyuntura se valió Urbano Sanromán, impresor y síndico del Ayuntamiento de Guadalajara, para presentar a la deliberación del Cabildo que se reconociera lo que para muchos tapatíos era algo patente: que la independencia se consumara sin el más mínimo acto de disconformidad sólo podía atribuirse a la poderosa intercesión de Nuestra Señora de Zapopan, y justo era reconocerle por ello el rango supremo de Generala y Patrona de Armas de esa porción del Imperio Mexicano. Y como las gestiones fueron exitosas, se juró como tal el 15 de septiembre siguiente, en la catedral tapatía y en presencia del obispo don Juan Cruz Ruiz de Cabañas, no sin antes haberle ceñido a la pequeña y antiquísima escultura la banda de divisionaria y el simbólico bastón de mando, que en lo sucesivo las autoridades civiles del Reino actualizarían cada año este acto de vasallaje con una misa solemne y panegírico. Esta ceremonia vino a ser “el primer acto oficial del Imperio Mexicano”.

Pues resulta que lo mismo pasó al tiempo de crearse la República mexicana con el nacimiento del Estado Libre y Soberano de Xalisco, el 16 de junio de 1823, día en que se convalidó el vasallaje que ya se tributaba a la venerable imagen bajo ese rango, el de Generala de Armas de la nueva entidad federativa.

Correspondió al último Jefe Político de la Provincia de Guadalajara, don Luis Quintanar, dar la bienvenida a la adopción de un sistema de gobierno al modo del vecino país del norte, y en prenda de legitimidad dispuso que el 21 de junio de 1823 debían congregarse en la Catedral los delegados y representantes de todas las corporaciones civiles, militares y eclesiásticas de Xalisco a los pies de la venerable imagen, a la que por bando del superior gobierno civil se estaba reconociendo como Generala y Protectora universal del estado libre de Xalisco, y en prenda de ello sería revestida con un renovado bastón de mando y banda generalicia.

 

Y para inteligencia y satisfacción de todos los habitantes de este Estado, mando se publiquen por Bando con la pompa correspondiente a tan próspero suceso, señalándose como se señala para el día de mañana el pronunciamiento de la libertad de este Estado de Jalisco, que de acuerdo con la Excelentísima Diputación Provincial ejecutará en esta forma.

A las nueve del día pasará dicha Corporación con las demás Eclesiásticas, Civil y Militares a la Santa Iglesia Catedral a la festividad de Nuestra Señora de Zapopan, Generala y Protectora Universal del Estado Libre de Xalisco.

Concluida la función, se dirigirá la misma Diputación con toda la comitiva al Salón de Palacio, y leyéndose este Plan en señal de dicho pronunciamiento pasarán luego a dar gracias al Supremo Autor de las sociedades, por medio de un solemne Tedeum en la propia Santa Iglesia, con lo que concluirá la celebridad, quedando todos obligados al cumplimiento y obediencia de los artículos preinsertos en el mismo Plan.

Dado en Guadalajara a 21 de junio de 1823

Luis Quintanar

 

Por mandado de S. E.

Miguel Badillo

Secretario político y militar[3]



[1] Investigador del tema zapopano desde hace dos lustros y director desde el año 2007 del medio informativo Reina y Madre de Jalisco; es autor del libro Vengo siguiendo tus pasos, 80 años de fundación de la Guardia de Honor de Nuestra Señora de Zapopan. Estudio histórico-documental (2019). Estudió las licenciaturas en Psicología y en Conservación y Restauración de Bienes Muebles.

[2] Este Boletín agradece al autor de este artículo haberlo redactado en el tiempo más propicio para comenzar a tomar conciencia de un bicentenario del todo memorable.

[3] Cf. Jorge R. Alarcón, Evolución constitucional de Jalisco, 1824-1976, Instituto de Estudios Sociales, Universidad de Guadalajara, 1977, p. 131.



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