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A 34 años venimos a celebrar y renovar este insigne patrocinio

+Ramón Salazar Estrada[1]

 

 

La siguiente homilía, de la misa de renovación

del patrocinio de Nuestra Señora de Zapopan sobre la arquidiócesis de Guadalajara,

se pronunció frente a la antigua Casa de Misericordia de Guadalajara,

la tarde del 11 de octubre del 2022.[2]

 

[…] Ella, que de manera muy especial ha visto

el caminar de esta porción del Pueblo de Dios,

le ha animado en momentos difíciles y

se ha unido a la acción de gracias

por tan diversos dones de Dios recibidos […]

 

San Juan Pablo ii[3]

 

 

 

Hermanas y hermanos en Cristo Nuestro Señor

 

El primer momento que la liturgia de la Palabra de esta misa nos sugiere de la Santísima Virgen María es el encuentro con Dios. Ella en oración escuchó la voz del Arcángel Gabriel, el mensajero que le trajo la Buena Nueva de la Encarnación. En este encuentro se unieron la gratuita llamada de Dios y la generosa respuesta de la Doncella de Nazaret. No sin mediar situaciones adversas, inciertas, humanamente incomprensibles, ese encuentro dejó un mensaje inmerso en un misterio que siempre será misterio de salvación.

Sin embargo, no obstante el misterio, para la Madre de Dios dicho encuentro abrió un camino de respuesta, el de una misión a la que se encaminó presurosa, con agilidad, sin detenerse, pues, no solo debía llevar un mensaje, sino ante todo ser ya portador del Verbo encarnado.

En su virginal seno portaba al Hijo de Dios y es desde allí que Jesucristo realiza su primer recorrido por la tierra de la promisión. Saliendo de la vivienda materna recorre gracias a la autora de sus días una ruta que les llevará a la región montañosa de Judea; transita por vez primera el derrotero que años más tarde deambulará, ya con sus padres, ya con sus discípulos.

Atravesando valles, alturas, poblaciones y, por supuesto, acercándose a los que por siglos anhelaban la presencia de Dios, la Santa Virgen María hace vibrar en la esperanza los corazones de los israelitas no menos que los vientres que no habían dado a luz.

El encuentro conduce a la misión. La Palabra abre el camino de salvación. La escucha prepara los corazones. Dios camina con su Pueblo.

***

Hermanas, Hermanos, ¿No les parece que por siglos esta misma dinámica se ha hecho presente en nuestra querida Arquidiócesis?

La Bienaventurada Virgen María, luego de haber realizado en su persona este camino ahora nos lo sugiere. Cuando ella, bajo el título que aquí le damos, el de Nuestra Señora de Zapopan, llega a las comunidades parroquiales de la zona metropolitana de Guadalajara es para presentarnos al Señor, nos trae al Salvador. Nos congrega para celebrar la Eucaristía, para rezar el santo Rosario, para alabar al Creador y nos deja el llamado a seguir el camino de la misión. Una misión que consiste en favorecer caminos de fraternidad, de misericordia, de paz interior y exterior.

***

Madre Misionera, no nos enseñas aquello que no has recorrido. Desde el nacimiento de estas comunidades del Valle de Atemajac nos has dejado la invitación a recibir, a escuchar, a atender, a servir a Nuestro Señor Jesucristo y en él a nuestros hermanos, creyentes y no, originarios y avecindados, cercanos y lejanos.

Madre de la Misericordia intercede por quienes queremos unirnos al trabajo pastoral en cada una de sus dimensiones y periferias existenciales.

Madre de la Paz, ruega a tu Hijo para que en nuestros pueblos y ciudades se trabaje por la fraternidad que como hijos de Dios necesitamos construir.

Madre de los desamparados, te pedimos que intercedas por aquellos que se encuentran agobiados por alguna necesidad.

Madre de la Iglesia pide a tu Hijo que nos guíe en el camino de la Iglesia sinodal para que cada uno colabore con los propios carismas y dones a la edificación del Reino de Dios en este tiempo.

Madre de Dios y Madre Nuestra que tu ejemplo de oración con los Apóstoles nos ayude a que esta Iglesia de tu Hijo sea un testimonio de caridad para todos.



[1] Obispo titular de Bisarcio y auxiliar de Guadalajara.

[2] Este Boletín agradece al señor obispo Salazar su disposición inmediata para compartir su homilía para las páginas de esta publicación.

[3] Carta Apostólica de octubre de 1988 en la que declaró patrona de la Arquidiócesis de Guadalajara la Venerada Imagen de Nuestra Señora de Zapopan.



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