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Memorias de la esplendidísima coronación

de la milagrosa imagen de Nuestra Señora de Zapopan

11ª parte

Fray Luis del Refugio de Palacio[1]

 

Continúa la defensa, ante el Procurador de los Hermanos Franciscanos

en la Curia Romana, para que disipe cualquier obstáculo

a la coronación pontificia de Nuestra Señora de Zapopan.

Aquí se cuenta el intento del párroco don Manuel Portillo

de recobrar para su administración, en 1888, el santuario zapopano,

arguyendo que estuvo siempre dedicado al titular de la parroquia, San Pedro.[2]

 

 

ii

Si se tienen en consideración estos pocos datos acerca del Santuario de la Bienaventurada Virgen de Zapopan, lo que el Reverendísimo Arzobispo agrega acerca del Bienaventurado Pedro, Príncipe de los Apóstoles, y de lo que yo mismo presenté a Su Señoría, de ninguna manera –como considero– causa merma a esto que ahora expongo:

·       En primer lugar, se cree con probabilidad que la obra [material edificada] por el Padre Segovia no fue sino una capilla pobrecita, que tenía techo de paja.[3]

·       Luego, tal vez construida con mayor amplitud, su trabazón de las vigas se derrumbó completamente alrededor del año 1609.[4]

·       En su lugar siguió una iglesia más decorosa, que a la vez fue parroquial (aún dedicada bajo el título de la Concepción, como testifica el Acta de la Visita Episcopal en el año 1649) desde aquel tiempo hasta el año 1730.[5]

·       Finalmente, desde el susodicho año 1730 hasta el presente día, el Santuario de la Bienaventurada María Virgen de Zapopan es una iglesia  muy ilustre, como actualmente se ve, que fue  parroquial y después conventual.


 

Esta iglesia actual o Santuario no tiene por sí ninguna relación con el primer título de la Concepción; pero iniciado, continuado y dedicado en el susodicho año de 1730, como se saca de los libros parroquiales y se puede conjeturar, fue simplemente el de la Bienaventurada María de Zapopan. Pero su milagrosa Imagen ya se honraba desde mucho antes con el título “de la O” o de la Expectación del Parto de la Bienaventurada Virgen María. Y así el Señor Fray Buenaventura Portillo, o.f.m., alumno del Colegio de Zapopan, en el acto de la solemne consagración de este Santuario (en efecto, fui testigo) lo dedicó expresamente al Misterio de la Expectación.[6]

            Estando así el caso, consta claramente que el Santuario actual, en cuyo frente está visible una estatua de piedra de San Pedro, no existe sino desde el principio del siglo xviii; de ningún modo desde el siglo xvi, cuando el pueblo se fundaba y recibía a la Patrona, en el año 1541.[7]

            Además, la estatua antes mencionada no fue puesta sola en el frontispicio sino con otras tres: la de San Miguel Arcángel en cuanto Patrono (como pienso) de la cercana ciudad episcopal – (esta estatua que ocupaba en realidad el sumo vértice, más alto que San Pedro, donde actualmente ha sido puesto el reloj, ya no está, sino que fue donada al pueblo cercano: ésta, entonces, era la que estaba verdaderamente en el sitio más alto); la de San José, en cuanto patrono de todo el territorio mexicano; y, finalmente, la de Nuestro Padre San Francisco, en cuanto Patrono de los religiosos bajo cuya doctrina estuvieron los indios designados inicialmente. De donde resulta claro que también la estatua de San Pedro estuvo en cuanto Patrono de los Padres Clérigos, desde cuando el pueblo de Zapopan ya estaba bajo el cuidado pastoral de ellos y se erigía la susodicha fachada del templo. Todos, así pues, son Patronos generales y comunes, ninguno es particular de lugar. La iglesia indudablemente es mariana; sin embargo no hay en el exterior de ella ninguna estatua ni imagen de María Virgen; y el uso no exige que el Patrono del lugar se ponga en el exterior de iglesia alguna en todo el mundo, ni siquiera imagen alguna del titular que indique la vocación o el objeto. Por tanto están los escudos de la Iglesia romana colocados en las puertas (como se ven comúnmente en otras parroquias) pero no los de nuestra orden, porque la iglesia estaba destinada a los usos parroquiales, no a los de nuestros hermanos sino después del año 1816 o 19.[8]

            Segundo: Nadie puso  nunca en tela de juicio a la Patrona del lugar, pues San Pedro primero fue llamado Patrono de la Parroquia (sin ninguna elección o formalidad), no antes del año 1878, con ocasión de la sagrada Visita, por el párroco, por lo demás mal dispuesto para con nuestros hermanos. Ni hizo mención, en su informe, del Patronato del lugar, sino de paso y, como es claro, sin siquiera consultar nuestro archivo.

            Por otra parte, en los Libros Parroquiales no hay otros indicios (si se pueden considerar como tales) sino uno o a lo más otro Inventario que reporta una imagen de madera del mismo Apóstol. Sin embargo, los libros del Inventario de ninguna manera son verdaderos libros parroquiales. Realmente, en cambio, en los libros antiguos de los Bautizados, de los Casados, y de los Difuntos, que hojee tantas veces, no cientos de veces, como antes advertí, sino miles de veces, en el espacio de dos y más siglos, al inicio de uno cualquiera de los escritos se lee invariablemente: “En este pueblo de Nuestra Señora de la Concepción de Zapopan…”  Pero quedando obsoleto, con el paso del tiempo, el título de la Concepción, desde entonces se encuentra que se usa sólo el de Zapopan: “En este pueblo de Nuestra Señora de Zapopan…” etc. En ningún lugar, sin embargo, ni siquiera un solo escrito dice: “En este pueblo de S. Pedro de Zapopan”, así como en el pueblo cercano que hasta la actualidad es llamado “San Pedro Tlaquepaque…”

            Ahora bien, viniendo al indicio restante, que se alegaba solamente al Patronato de la Parroquia; a saber, que los indios en su Parroquia celebran a San Pedro (has de saber que el título de la Iglesia Parroquial es la Bienaventurada Virgen de los Dolores), teniendo por cierto, y ya desde el tiempo del párroco que declaraba eso –lo que Tu Muy Reverenda Paternidad ha de tener bien en cuenta– que indios sobrevivientes no había más de ocho, o a lo más diez padres de familia. Por lo contrario: todos, en el pueblo de Zapopan, celebran en la actualidad la fiesta de la Virgen Patrona no de una manera cualquiera, sino con gran pompa, y el día 18 de diciembre casi se abstienen de los trabajos serviles.

            Sin embargo es también cierto que el párroco antes mencionado en un opúsculo, editado  posteriormente,  en el año 1888 (sin ninguna censura o licencia) por el cabildo laico del pueblo,[9] dijo que la Virgen de Zapopan no era sino la Titular de su Santuario; difundiendo abusivamente que el Señor Arzobispo en aquel tiempo había decretado, a saber: que San Pedro en adelante debía ser tenido y honrado como Patrono de la Parroquia. De ningún modo en ese tiempo, lo vuelvo a decir, la cuestión versaba acerca del Patrono o Patrona del lugar, como se ve en el mismo Decreto del Ordinario.

Ahora bien, la Parroquia de Zapopan abarca pues muchos lugares: pueblitos, aldeas, etc. Y, como creo, dicho patronato no debe recibirse precisamente de la Iglesia Parroquial; porque como enseñan los autores, entre otros el citado Cavalerio (Cavalieri),[10] el patrono y el título de la Iglesia es el mismo. Por lo tanto, tal patronato parroquial, si no se trata únicamente de devoción, a mí y también a Ti, Muy Reverendo Padre, parece una cosa insólita, pues dondequiera se habla de Patronos sólo de Lugares, Ciudades, Reinos, así como de Diócesis.

            Pero el susodicho Señor Párroco no tenía ninguna autoridad, ni como historiador ni como versado en liturgia.

            Sin embargo, a cualquiera le constaba pública y notoriamente, él mismo, llevado por los celos, achacó muchas cosas a los frailes, y con mucha acritud sobrellevó que todo se condujera espléndidamente acerca de nuestro Santuario, y de  todo lo que a éste concierne, y quiso también en cierto modo mermar el culto de la milagrosa Virgen.

Y, callándome otras cosas, aquí recuerdo cómo en el año de 1888, habiendo venido al convento de Zapopan cinco o seis frailes a restaurar de alguna manera la vida claustral,[11] por la que el pueblo era atraído tanto, la Iglesia parroquial se vio poco frecuentada, por lo cual sugirió [el párroco] al gobierno civil que éstos fueran expulsados del convento y también el mismo párroco redactó una carta para que fuera firmada y enviada por el que desempeñaba la autoridad civil, como efectivamente firmó y envió, y así echó fuera del claustro a todos, menos a uno.

Habiendo sido movida quizás sólo por esto la Sagrada Congregación, será, pues, incumbencia tuya, Padre tan diligente, para que San Pedro no sea declarado Patrono del lugar, no habiendo fundamento, mientras que a favor de la Bienaventurada María Virgen la cuestión ha sido investigada y es evidente, máxime que el Señor Arzobispo, reduciendo a un resumen aquellos indicios o más bien vestigios tan débiles y ciertamente insuficientes que recordó en su petición –como ya afirmé y yo mismo expuse–, y por lo demás perfectamente laudable el culto de la Bienaventurada Virgen de Zapopan y él mismo insigne devoto, no soportes, entonces, menoscabo a lo dicho.

Que la Bienaventurada Virgen de Zapopan en su origen lleva una íntima vinculación con nuestra ilustre Orden franciscana; y ahora de nuevo, cuando, ya coronada doblemente por la aureola de los milagros y de la muy grande veneración, por decirlo así, ha regresado tan benignamente a los nuestros; el honor nuestro, el honor de tan grande Virgen no permite eso; ¡sí, no soportes que Ella misma sea despojada de la gloria de ese Patronato! Antes bien debe ser conservado sano y salvo, y si fuera posible,  robustecido.[12]



[1] Franciscano tapatío (1868-1941), compuso una copiosa bibliografía, inédita casi toda, con temas historiográficos relacionados con los Hermanos Menores.

[2] La traducción al español del original en lengua latina la hizo, a ruego de este Boletín, monseñor Primitivo López Alonso, del clero de Guadalajara.

[3] Hist. pág. 23 (así cita el autor del manuscrito, un estudio monográfico de su pluma que se publicó bajo el título de Historia Breve de la Milagrosa Imagen de Nuestra Señora de Zapopan, Guadalajara, Tipografía y Litografía de Loreto y Ancira y Cia., en el año de 1918).

[4] Hist. ibid.

[5] Hist. 23

[6] Fray Buenaventura Portillo y Tejeda, ofm, que murió siendo tercer obispo de Zacatecas, consagró la basílica de Zapopan el 17 de diciembre de 1880 [NdelE].

[7] Hist., pp. 25-26.

[8] Ibid., p. 29.

[9] Se refiere al presbítero don Manuel Portillo, que para apoyar sus pretensiones en argumentos historiográficos publicó sus Apuntes histórico-geográficos del departamento de Zapopan (1889) [NdelE].

[10] Alude de nuevo al autor de In authentica Sacræ Rituum Congregationis Decreta commentariorum (1743), el agustino italiano Fray Juan Miguel Cavalieri [NdelE].

[11] La clausura del noviciado del Colegio Apostólico de Propaganda Fide de Zapopan, en 1858, no aniquiló esta comunidad, como sí las demás masculinas en la diócesis de Guadalajara, pero la fue acortando por el mero decurso del tiempo, de modo que a la vuelta de 30 años estaba al filo de la extinción [NdelE].

[12] Quod Reverendisimus Archiepiscopus addit de B. Petro Apostolorum Principe ex his quæ egomet dominationi suæ exposui, minime, ut video, his quæ expósita manent nocumentum affert, si circa sanctuarium Beatæ Virginis Zapopanensis hæc paucu præ occulis habeantur: primitus opera Patris Segoviensis, nonnisi paupeculam ædiculam fuit, verisimiliter creditur, palleas habens pro tecto. (Hist. pag. 23). Deinde in maiorem forsan amplitudinem exstructam, contignatio eius anno circiter 1609, pœnitus ruit (Hist. ibid.).

Un locum successit honestior ecclesia quæ simul parochialis fuit (adhuc sub titulo Conceptionis dicata, sicut Acta Episcopalis Visitationis testantur, sub anno 1649) ex illo tempore, usque ad annum 1730 (Hist. fol. 23).

Demum, ab ennuntiato anno 1730, usque ad præsentem diem, sanctuarium B. M. V. de Zapopan est perillustris ecclesia in qua nunc visitur, quæ parochialis, postremo conventualis fuit. Hæc præsens ecclesia seu sanctuarium nullam relationem præ se fert ad primum titulum Conceptionis; sed incoatum prosequuntum atque dedicatum, prædicto anno 1730, ut ex libris parochialibus petitur, et suspicari licet, fuit V. Mariæ de Zapopan simpliciter. Sed miraculosa eius imago iamdudum sub titulo “de la O” sive Expectationis Partus B. M. V. colebatur. Ideo Dominus D. Frater Bonaventura Portillo o.f.m. Collegii Zapopanensis alumnus, in actu solemnis consecrationis istius sanctuariii (testi nempe fui) expresse misterio Expectationis dedicavit.

Quæ, eum, iba sint, liquido constat sanctuarium hodiernum, in cuius fronte statua Sancti Petri lapidæ conspicitu, non exstare nisi a principio sæculi XVIII; minime vero a sæculo XVI quando oppidum fundabatur et patronam accipiebat, anno 1541 (Hist. pag. 25, 26).

Insuper statua prælaudata in frontispicio posita fuit, non sola, sed cum aliis tribus: illa Sancti Michaelis Arch. Qua Patronus (ut reor) vicinioris civitatis episcopalis. (Statua hæc quæ revera summum verticem occupabat eminentior Sancto Petro, ubi nume positum fuit horoloquium, non amplius extat, sed donata fuit oppido vicino: hæc ergo verius, eminentiori erat situ); illa Sancti Iosephi,  qua Patronus totius Ditionis Mexicanæ; illa denique S. P. N Francisci, qua patronus religiosorum sub quorum Doctrina Indi primitus erant constituti. Unde patet, etiam statua Sancti Petri adfuisse qua Patronus P.P. clericorum, sub quorum cuar inde oppidum de Zapopan iam erat quando dicta frons templi erigebatur. Omnes, itaque, patrones generales et comunes, nemo particularis loci. Ecclesia indubitanter est mariana, nulla tamen statua nec imago Mariæ V. exterius in ipsa; nec consuetudo fert ut patronus loci in ecclesia cuiusvis extra ponatur, ubique terrarum, imo potius imago aliqua titularis iudicantem vocationem et objectum. Ideo etiam stemmata Ecclesiæ Romanæ ad valvas apposita (veluti communiter in aliis parœciis conspicuntur) non autem nostri ordinis, quia ecclesia destinabatur ad usus parochiales, non autem nostri ordinis, quia ecclesia destinabatur ad usus parochiales, non vero fratrum nostrorum, nisi postea anno 1816 vel 19 (Hist. pag. 29).

Secundo: dubium circa patronam loci nemo unquam movit Sanctus Petrus namque vocatus primo fuit patronus parocciæ (ulla absque elctione seu formalitate) non ante annum 1878, occasione sacrae visitationis, a parocho, alioquin fratribus nostris male affectus. Neque mentionum fecit de patronatu loci, in informatione sua, nisi obiter et, ut patet archivio nostro minime consulto.

Cæteroquin, in libris parochialibus non alia andicia exstant (si uti talia æstimanda) nisi unum aut ad summum alterium inventarium statuam ligneam referentem eiusdem Apostoli. Attamen, libri inventarii, vere libri parochiales minime sunt. Revera autem in libris pervetustis baptizatorum, coniugatorum, defunctorumque, quos toties pervolvi, non centies, sicut præmonui, sed millies, duorum et amplius sæculorum spatio, initio unarum quarumque conscriptionum legitur invariabiliter: “En este pueblo de Nuestra Señora de la Concepción de Zapopan…”. Sed obsoleto, decursu temporis, titulo de Conceptione, ex tunc invenitur illud tantum de Zapopan usurpatum: “En este pueblo de Nuestra Señora de Zapopan…”, etc. Nulibi vero, neque una tantum conscriptio monstrat: “En este pueblo de San Pedro de Zapopan”, quemadmodum in viciniore oppido quod usque nunc audit: “San Pedro Tlaquepaque”…

Deveniendo, vero, ad reliquum indicium, quod tantum ad patronum parocciæ, allegabatur; nempe, quod Indi in sua parœcia Sanctum Petrum celebrant (scias B. Virgo Addolorata titulum ese Ecclesiæ parochialis) pro certo habendum a tempore etiam parochi qui talia rescribebat –quod bene notatum habeat P. T. A. R.– non plures Indi erant supersites quam octo, vel ad summum decem patresfamilias.

E contra: universo in oppido Zapopan, festum Virginis Patronae non qualitercumque, sed pompa magna usque hodie cohonestant et die 18 decembris fere a servilibus abstinent.

Verumtamen certum est etiam, parochum prælaudatum quodam in opúsculo, postea anno 1888 (absque ulla censura vel licentia) a laico capitulo oppidi excusso, Virginem Zapopanensem non aliud ese dixit quam titularem sui sanctuarii; abusive exstendens quod dominus archiepiscopus eo tempore decreverat, nempe: Sanctum Petrum in posterum habendum et colendum ese tanquam Patronus Parœciæ. Minime tunc, iterum dicam, erat quæstio de Patrono vel Patrona loci.

Ut videre est in ipso ordinarii Decreto. Parœcia autem de Zapopan, bene multa loca comprehendit: oppidula, pagos, etc. Nec, ut credo, dictus patronatus de Ecclesia parochiali, præcisse accipi debere; quia sicut auctores tradunt, inter alios Cavalerius (Cavalieri) citatus, patronus ac titulus Ecclesiæ ídem est.

Ergo patronatus huismodi parochialis, nisi de sola devotione agatur, mihi, et etiam tibi, A. R. P. insolita res videbatur; nam ubique de patronis tantum locorum, civitatum, regnorum, quemadmodum ac diœcesium sermo est.

Sed et dominus parochus prædictus nulla pollebat auctoritate nec tanquam historiographus, nec tanquam de re lithurgica callidus.

Attamen, publice et notorie cuique constaban ipse  zelotipia ductus multa in fratres contulisse, et ægre nimis passus fuisse splendide cuncta gerere circa sanctuarium nostrum; indeque cuncta hunc concernentia, etiam quodammodo cultum miraculosæ Virginis deprimere voluisse.

Et, ut alia faceam, eo ipso anno 1888, quando talia asseruit, dum quinque vel sex fratres in cœnobio de Zapopan convenissent claustralem vitam aliqualiter instauraturi, eo quod populus delectatur, adeo ut etiam Ecclesiam parochialem parum fræquentaretur; gubernio civil suggessit ut e conventu pellerentur, et etiam epistolam ipse parochus confecit, ab eo qui auctoritatem civilem fugebatur, subscribiendam et mittendam, prout reapse subscripsit, missitque, ac ita de claustro, uno excepto, omnes eiecit.

Tuum igitur erit, diligentissime pater, ne Sanctus Petrus declaretur Patronus Loci, absque ullo fundamento, hoc forte solumn mota Sacra Congregatio, quod dominus archiepiscopus cæteroquin de cultu B. Mariæ de Zapopan optime meritus, et ipse cultor eximius, in compendium redigens ea quæ, prout iam asserui, egomet exposui, in postulatu suo meminerit indicia, seu potius vestigia, tam debilia et certe insufficientia; quando in favorem B. M. Virginis res est explorata et evidens.

Ne ergo patiaris, dum Beata Virgo de Zapopan intimam coniunctionem cum præclaro ordine nostro franciscali in suo origine refert; nunc denuo, quando iam aureola miraculorum et venerationis permagnae duppliciter redimita ad nostrates, ut ita dicam, tam benigniter remeavit; honor noster, honor tantæ Virginis id vetat; ne patiaris, inquam, tali gloria patronatus ipsam privari; imo decet asservari tectam sartamque, ac si liceat confirmari.

 



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