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Circulares


CIRCULAR 3/2019

Semana de Cáritas Diocesana (25 al 30 de marzo). Colecta Anual (domingo 31 de marzo)

A toda la comunidad diocesana:

Que el amor misericordioso del Señor les otorgue el don de la paz.

La misión que la Iglesia ha recibido de Jesucristo es la de compartir la misericordia. Y para que este amor se lleve a la práctica, es conveniente conocer la realidad, salir al encuentro de nuestros hermanos dejando la indiferencia y la pasividad. Es ineludible que los agentes de pastoral de cada parroquia de nuestra Diócesis de Guadalajara, sacerdotes y laicos, caminen por la realidad entre las calles, las colonias y las rancherías que les corresponden, a fin de sentir la realidad y descubrir en ella los rostros escondidos y revelados del Señor en todos, para que siendo un verdadero instrumento de caridad respondan a la comunidad humana sin excluir a ninguno.

Recordemos que nuestra mirada sobre la realidad está permeada por la esperanza cierta de que no caminamos solos. Es verdad que las fortalezas y las miserias de nuestra vida tiene que ver con la fragilidad de nuestras decisiones, pero también y primeramente con el Dios fiel que, en su Hijo, Redentor nuestro, nos impulsa hacia adelante para conducirnos a la plenitud de su Reino (PGP 2031-2033, 91). La caridad comienza por una mirada curiosa, atenta y respetuosa, que no busca culpables sino responsables creativos que, desde la fe, ayuden con prontitud a quienes viven en periferias existenciales urgentes. En este contexto se realiza la acción apostólica de Cáritas Diocesana de Guadalajara. Solicito a los señores párrocos, rectores de templos y a toda la comunidad diocesana a organizar y participar del 25 al 30 de marzo en la Semana de Cáritas. Al mismo tiempo, pido que el domingo 31 de marzo se realice la Colecta anual de Cáritas, para colaborar como Iglesia a la ayuda de nuestros hermanos en necesidad.

Lo que se recabe se entregará en la caja del Arzobispado. Las parroquias y capellanías que cuenten con grupo de Cáritas pueden disponer del 25% del total de la colecta para promover las obras de este grupo en su comunidad.

Que la caridad con nuestros hermanos haga explícita la fe que creemos y profesamos.

Guadalajara, Jalisco, a 29 de enero del 2019

+ José Francisco Card. Robles Ortega
Arzobispo de Guadalajara

Pbro. Dr. Javier Magdaleno Cueva
Secretario Canciller


CIRCULAR 4/2019

Fallecimiento del señor presbítero José Carmen Navarro Navarro (1928-2018)

A toda la comunidad diocesana:

Les envío un saludo fraterno deseando para ustedes la paz en Cristo.

Escribo para informarles sobre el fallecimiento, a finales del año 2018, de nuestro hermano sacerdote el señor presbítero don José Carmen Navarro Navarro, quien ya ha participado de la Pascua de Cristo, como nos lo recuerda el Apóstol: “Si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así que, ya vivamos, ya muramos, somos del Señor. Porque Cristo murió y volvió a la vida precisamente para ser Señor de muertos y vivos” (Rm 14, 8-9).

El señor presbítero don José Carmen Navarro Navarro nació en Tepatitlán, Jalisco, el 16 de julio de 1928, fiesta de Nuestra Señora del Monte Carmelo. Fue ordenado sacerdote el 19 de diciembre de 1959. Fue nombrado Vicario parroquial de San Miguel de Mezquitán, profesor del Seminario Diocesano y profesor de la Escuela de Catequesis. Estuvo adscrito al Santuario de Guadalupe en Guadalajara, y posteriormente se le nombró Vicario de él. Fue después llamado a servir como vicario parroquial de la Santísima Trinidad, capellán de Santo Domingo Savio y María Goretti, de donde sería primer párroco. Fue también capellán de San Diego, y sirvió como párroco de San Miguel de Mezquitán por más de 24 años. Después fue nombrado párroco de San Andrés Apóstol, y en Ocotlán párroco en el Sagrado Corazón. Se jubiló en el mes de enero de 2006. Vivió a partir de entonces en el Trinitario Sacerdotal, donde fue invitado a recibir el bautismo de vida eterna el 17 de noviembre de 2018.

El padre José fue un sacerdote que ejerció su ministerio pastoral con gran espíritu de generosidad y perseverancia. Estuvo dotado de una gran visión de fe que permeaba sus elecciones pastorales. Era un sacerdote inquieto, de carácter recio y al mismo tiempo fraterno, que vivió intensamente los cambios de la Iglesia después del Concilio Vaticano II. Vivió como un Pastor dispuesto a cuidar y alimentar con la Palabra de Dios al rebaño que el Señor le confiaba en cada etapa de su ministerio. Conoció el Camino Neocatecumenal, del cual fue uno de los primeros párrocos impulsores en la Diócesis de Guadalajara, y se convirtió en un pionero para llevar a cabo una renovación parroquial de grandes dimensiones en esta nueva experiencia de comunidad. Su legado se extiende desde la fe, donde se ha seguido el camino de Cristo que el Padre José Carmen fue forjando con su tenacidad pastoral.

Que Cristo resucitado reciba en la Asamblea Celestial a nuestro hermano sacerdote José Carmen Navarro Navarro y le otorgue el premio de los servidores fieles. Les invito, hermanos sacerdotes, a celebrar por él la Santa Eucaristía, a ofrecer sus oraciones en sufragio de nuestro hermano, y a las comunidades religiosas a tenerlo presente en sus oraciones.

Guadalajara, Jalisco, a 7 de enero del 2019

Pbro. Dr. Javier Magdaleno Cueva
Secretario Canciller


CIRCULAR 5/2019

Fallecimiento del señor presbítero Juan Manuel González López (1961-2019), Vicario Episcopal de Nuestra Señora de Lourdes

A toda la comunidad diocesana:

Les envío un cordial saludo y deseo que Jesucristo les conceda la alegría y la paz
Les escribo para comunicarles del sensible fallecimiento del señor presbítero don Juan Manuel González López, quien ya participa en la esperanza de la vida nueva en Cristo, que nos ha prometido en su Palabra: “Yo soy la Resurrección y la Vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá; y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás” (Jn 11, 25).

El señor presbítero don Juan Manuel González López nació en San Isidro Mazatepec, municipio de Tala, Jalisco, el 16 de mayo de 1961. Ingresó al Seminario de Guadalajara el 11 de septiembre de 1976, a cuarto año de Humanidades. Recibió el don de la ordenación presbiteral el 22 de mayo de 1988. Desempeñó su ministerio sacerdotal como Vicario cooperador en las parroquias de Santiago Apóstol de Ameca, Jalisco, y de Santiago Apóstol en Moyahua, Zacatecas. Fue párroco de San Pedro Apulco, Zacatecas, y durante 21 años de San Lázaro, en el decanato de Polanco, de donde fue elegido decano en tres periodos. Sirvió diligentemente como Vicario Episcopal de Nuestra Señora de Lourdes desde el 28 de marzo de 2013 hasta la fecha. Ha sido invitado a la Casa del Padre de Misericordia el día 2 de febrero de 2019, a los 57 años de vida y 30 de ministerio sacerdotal.

El padre Juan Manuel fue un sacerdote entregado al servicio pastoral, de trato amable, sencillo, con gran capacidad de organización y trabajo en equipo, constante y recto en sus juicios. Se le conoció como un hombre leal, franco y estable, con muy buena capacidad intelectual, dedicado y metódico, preocupado por ejercer con fidelidad su ministerio sacerdotal. Se desempeñó como Vicario Episcopal, mostrándose disponible en los proyectos y necesidades diocesanos, de manera especial administrando el Sacramento de la Confirmación, a petición de Su Eminencia, a los adolescentes y jóvenes de muchas comunidades parroquiales.

Que Cristo resucitado reciba en la Liturgia Celestial a nuestro hermano Juan Manuel González López, presbítero, y le otorgue el premio de quienes, por su fidelidad, mantuvieron la esperanza como lámpara encendida. Invito a mis hermanos sacerdotes a celebrar por él la Santa Eucaristía, y a todos, a ofrecer sus oraciones en favor de nuestro hermano.

Guadalajara, Jalisco, a 5 de febrero del 2019

Pbro. Dr. Javier Magdaleno Cueva
Secretario Canciller


CIRCULAR 6/2019

Fallecimiento del señor presbítero don J. Isabel Sandoval Rodríguez (1928-2019)

A toda la comunidad diocesana:

La paz, la caridad y la fe, de parte de Dios Padre y de Jesucristo, el Señor, les asista en sus labores cotidianas. Envío esta carta por el fallecimiento de nuestro hermano sacerdote J. Isabel Sandoval Rodríguez, quien ha muerto en el Señor, y así como en este mundo celebró los Divinos Misterios, esperamos que participe del banquete eterno, como nos dice Jesús en el Evangelio: “El que come mi carne y bebe mi sangre tiene Vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día. Porque mi carne es la verdadera comida y mi sangre, la verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él” (Jn 6, 54-56).

El señor presbítero don J. Isabel Sandoval Rodríguez nació en La Estanzuela, Zacatecas, el 8 de julio de 1928. Recibió la Ordenación Sacerdotal en la Solemnidad de todos los Santos de 1953. Desempeñó su ministerio sacerdotal como Vicario parroquial de Arandas. Segundo capellán de Nuestra Señora del Refugio, ciudad. Nombrado Vicario Coadjutor de San Bernardo. Nombrado párroco de San Rafael en la colonia Morelos. Posteriormente fue capellán de Nuestra Señora del Pilar. Fue llamado al a presencia del Señor el día de la Fiesta de la Presentación del Señor, 2 de febrero de 2019, a los 90 años de edad y 65 de ministerio sacerdotal.

El Padre Isabel fue un sacerdote ejemplar y responsable en el ministerio, sencillo y obediente. Fue un hombre de fe que estuvo dispuesto a desempeñar el ministerio sacerdotal donde la Providencia de Dios lo llevara, en la obediencia y fidelidad. Llegó a expresar su deseo de ser fiel a Cristo siendo un ministro digno y fiel sacerdote en la humildad y la alegría.

Sea Jesucristo sacerdote eterno, quien reciba en la Asamblea de los Santos a nuestro hermano J. Isabel Sandoval Rodríguez presbítero, y le otorgue el premio de los servidores leales que hicieron de su vida una donación, y de su ministerio un instrumento de salvación al hacer presente y actual la redención de Cristo. Invito a los sacerdotes de la Arquidiócesis a celebrar la Santa Eucaristía en favor de nuestro hermano, y a todos, les pido ofrecer nuestras oraciones con esta intención.

Guadalajara, Jalisco, a 5 de febrero del 2019

Pbro. Dr. Javier Magdaleno Cueva
Secretario Canciller


CIRCULAR 7/2019

Fallecimiento del señor presbítero don Pedro Márquez Camarena (1940-2019)

A toda la comunidad diocesana:

Los saludo fraternalmente, deseando que la paz de Cristo, que vive eternamente, los conforte en todas sus necesidades. Les escribo para informar sobre el fallecimiento del señor presbítero Pedro Márquez Camarena, quien ha participado de la Pascua de Cristo, como nos lo recuerda el Apóstol: “Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, de la misma manera Dios se llevará consigo a quienes murieron en Jesús” (1 Tes 4, 14).

El señor presbítero don Pedro Márquez Camarena nació en Josefino de Allende, Jalisco, el 29 de junio de 1940. Fue ordenado sacerdote el 14 de abril de 1974. Desempeñó su ministerio sacerdotal como Vicario cooperador en Amatlán de Jora, Nayarit y en Ahualulco del Mercado, Jalisco; fue representante ante el Consejo Presbiteral del V decanato foráneo. Trabajó como capellán de El Salitre, Jalisco, y luego fue nombrado párroco de San Cristóbal de la Barranca, Jalisco. Después sirvió como capellán de la Familia de Nazaret, de la cual fue primer párroco, con fecha del 2 de marzo de 1990. Fue decano suplente de Tesistán, capellán de Palmarejo, Zacatecas, con atención especial a la comunidad de Santa Rosa, y dos veces representante ante el Consejo Presbiteral por el decanato de Juchipila. Fue también capellán de Nextipac, Jalisco, de donde en seguida fue párroco. En el año de 2016 estuvo adscrito en el Sagrado Corazón en Huaxtla, Jalisco. Nuestro Señor Jesucristo, Dios de Vida, le ha llamado a su presencia el 7 de febrero de 2019, a los 78 años de edad.

El Padre Pedro fue sacerdote humilde, reflexivo, obediente, equilibrado, constante y servicial; un pastor piadoso y trabajador que ofreció su vida en un ministerio sacerdotal de 44 años.

Que Nuestro Señor Jesucristo, Pastor y Redentor, reciba a nuestro querido hermano Pedro Márquez Camarena, presbítero, en la Casa del Padre, y le conceda el poder contemplar el Amor perdurable y la corona de gloria de quienes lavaron sus vestiduras en la sangre del Cordero. Invito, a mis hermanos sacerdotes a celebrar la Santa Eucaristía con estas intenciones, y a todos, a ofrecer nuestras oraciones en favor de nuestro hermano.

Guadalajara, Jalisco, a 11 de febrero del 2019, fiesta de Nuestra Señora de Lourdes.

Pbro. Dr. Javier Magdaleno Cueva
Secretario Canciller


CIRCULAR 8/2019

Peregrinación diocesana a la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe. Jueves 2 de mayo del 2019

A toda la comunidad diocesana:

Que la gracia de Nuestro Señor Jesucristo llene su vida de paz y fortalezca sus labores cotidianas.

Invito a los sacerdotes, a los religiosos y a los fieles laicos a unirse a la peregrinación diocesana a la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe el jueves 2 de mayo, una ocasión para manifestar la fe de México y recordar la poderosa intercesión de la Madre de Dios.

Los obispos de Latinoamérica afirmaron: “Es el Evangelio, encarnado en nuestros pueblos, lo que los congrega en una originalidad histórica cultural que llamamos América Latina. Esa identidad se simboliza muy luminosamente en el rostro mestizo de María de Guadalupe, que se yergue al inicio de la Evangelización”. “Con deficiencias y a pesar del pecado siempre presente, la fe de la Iglesia ha sellado el alma de América Latina, marcando su identidad histórica esencial y constituyéndose en la matriz cultural del continente, de la cual nacieron los nuevos pueblos” (Documento de Puebla 446, 445). Estas afirmaciones nos dejan claro que el acontecimiento guadalupano es el acta de nacimiento de la nación mexicana y de toda América Latina, “Madre de los pueblos y Madre de la Evangelización”, porque a través de la fe, los pueblos y su cultura se unificaron, gracias a la Providencia de Dios, en la Misionera del Tepeyac.

Pido a los párrocos y rectores de los templos organizar esta peregrinación para que sea vivida como experiencia de fe y de la Iglesia. El programa será el siguiente: a las 10:00am., reunión en el atrio de la Basílica para el rezo del Santo Rosario. A las 11:00 am., la Santa Eucaristía. Los sacerdotes están invitados a concelebrar, por lo que se les pide llevar alba y estola. Al final de la Santa Misa se renovará la consagración de la Arquidiócesis de Guadalajara a la Virgen de Guadalupe, Reina de México y Emperatriz de América. He confiado alentar esta peregrinación al señor cura don Manuel Eufrasio Retana. Como signo externo, se sugiere llevar uniforme o algún distintivo propio para identificarse.

Que la protección de Santa María de Guadalupe nos acompañe en el peregrinar de la vida.

Guadalajara, Jalisco, a 4 de marzo del 2019

José Francisco Card. Robles Ortega
Pbro. Dr. Javier Magdaleno Cueva
Secretario Canciller


CIRCULAR 9/2019

Disposiciones pastorales para la Semana Santa, del domingo 14 al domingo 21 de abril de 2019

A toda la comunidad diocesana:

Que la resurrección de Jesucristo, el Señor, les conceda la paz verdadera.

El Santo Padre, en su mensaje de Cuaresma, usa una expresión de Jesús en el Evangelio para invitamos a la conversión: “La creación, expectante, está aguardando la manifestación de los hijos de Dios” (Rm 8,19), ya que este misterio de salvación que ya obra en nosotros es un proceso dinámico que incluye también la historia y a toda la creación.

Como ya he comentado con el Presbiterio de la Arquidiócesis de Guadalajara en la reunión del 27 de febrero en el Santuario de los Mártires, les recuerdo ahora a todos la invitación que hace Su Santidad a entender la celebración del Misterio Pascual como una llamada a vivir como verdaderos hijos de Dios, a sentimos redimidos por Jesucristo, a dejarnos conducir por la gracia del Espíritu Santo, y a poner en práctica la Palabra de Dios a través del sentido eclesial del ayuno, la oración y la limosna. De esta manera, podemos ayudar a mejorar la creación que nos acoge como en una casa familiar, ya que nuestros actos tienen una repercusión cósmica. En este sentido les propongo en esta cuaresma, renovar la fuerza regeneradora del arrepentimiento y del perdón para poder ser creaturas nuevas por la misericordia de Jesucristo Nuestro Señor.

“Mysterium Paschale” es un concepto clave de la Constitución sobre la Liturgia Sacrosanctum Concilium (SC). Este concepto, Mysterium Paschale, que tiene su origen en los Padres de la Iglesia y ha pasado a través de la Teología de los Misterios del benedictino Odo Casel (1846-1948), ha insistido en la base de la significación teológica que hoy conocemos, en la visión de conjunto entre la Pasión, Muerte, Resurrección, Ascensión de Nuestro Señor Jesucristo y la promesa del Espíritu Santo. Éste es el núcleo central del Evangelio y por esto también está en el corazón de la celebración de nuestra fe cristiana, pues “del costado de Cristo dormido nació el sacramento admirable de la Iglesia entera” (SC 5). Los mismo textos litúrgicos nos dan pauta teológica bellamente resumida: “Oh Dios..., mira con bondad a tu Iglesia, sacramento de la Nueva Alianza, y, según tus eternos designios, lleva a término la obra de la salvación humana; que todo el mundo experimente y vea cómo lo abatido se levanta, lo viejo se renueva y vuelve a su integridad primera, por medio de nuestro Señor Jesucristo, de quien todo procede”. El tiempo cuaresmal prepara a los fieles, entregados más intensamente a oír la Palabra de Dios y a la oración, para que celebren el Misterio Pascual, dando particular relieve a la liturgia y la catequesis litúrgica (SC 109). Penitencia, conversión,y bautismo (recuerdo del bautismo, preparación del bautismo) son también importantes guías y temas de la liturgia y de los textos bíblicos de este tiempo de preparación pascual.

I. CELEBRACIÓN DE LA SEMANA SANTA

La Carta Mysterium Paschale (MP), del 16 de enero de 1988, de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, nos recuerda que en la Semana Santa la Iglesia “celebra los misterios de la salvación actuados por Cristo en los últimos días de su vida, comenzando por su entrada mesiánica en Jerusalén” (n. 27), y a través de los signos litúrgicos y sacramentales, se asocia en íntima comunión con Cristo, su Esposo.

a. Criterios generales para los oficios de semana santa

Con el fin de que se celebren digna y noblemente estos días, hay que seguir las indicaciones que la Sede Apostólica nos proporciona:

• Tener un número suficiente de acólitos, lectores, cantores, convenientemente capacitados para que la celebración sea verdaderamente digna (ib. n. 41).

• Para que los fieles participen plena, consciente y activamente, conviene instruirlos sobre la estructura y los significados de las celebraciones.

• Preparar adecuadamente los cantos para estas celebraciones, tomando en cuenta la participación de los fieles (ib. n. 42).

• No multiplicar innecesariamente el número de celebraciones, especialmente en el Triduo Pascual; conviene que los fieles se congreguen en las iglesias más importantes (ib. n. 43).

• La costumbre de cubrir las cruces y las imágenes de los templos, a partir del Domingo V de Cuaresma, puede conservarse. Las cruces permanecen cubiertas hasta después de la celebración de la Pasión del Señor, y las imágenes hasta el comienzo de la Vigilia Pascual.

b. Domingo de Ramos en la Pasión del Señor

“La Semana Santa comienza con el Domingo de Ramos, que comprende a la vez el presagio del triunfo real de Cristo y el anuncio de la Pasión” (MP 28).

Les pido a los párrocos y capellanes que organicen la Jornada Juvenil en las parroquias y capellanías de la Arquidiócesis en este día, preparándola con orden y entusiasmo. En donde sea posible, les pido invitar a los Grupos Juveniles a proclamar el triunfo de Cristo como Rey participando en la Celebración Litúrgica Diocesana del 14 de abril, domingo de Ramos, que iniciará en el templo de San José de Gracia, a las 11:30 horas, con la bendición de los ramos, y enseguida se emprenderá la procesión hacia la Catedral Metropolitana para la Solemne Eucaristía en la que se proclama la Pasión del Señor.

c. Jueves Santo: Misa Crismal

“La Misa Crismal, en la cual el Obispo, que concelebra con su Presbiterio, consagra el Santo Crisma y bendice los demás óleos es una manifestación de la comunión existente entre el Obispo y sus presbíteros en el único y mismo sacerdocio y ministerio de Cristo” (MP 35).

Invito a mis hermanos sacerdotes a participar en esta celebración eucarística, en la que se renuevan las promesas que hicimos el día de nuestra ordenación sacerdotal, en comunión con el Obispo. Invito también a los religiosos y a los fieles laicos representantes de las comunidades parroquiales con el fin de que participen en esta Misa Crismal, que se celebrará en la Iglesia Catedral el Jueves Santo, 18 de abril, a las 10:00 horas. Los presbíteros se reunirán para revestirse en el patio del Museo de Arte Sacro, a las 9:30, y llevarán alba y estola.

El Crisma y los Santos Óleos son enviados a las comunidades de la Arquidiócesis para que se utilicen en la celebración de los Sacramentos. Se entregarán únicamente a los representantes que se identifiquen con carta sellada y firmada por el sacerdote responsable. Hay que cuidar que los recipientes sean dignos y seguros, bien aseados y apropiados en tamaño y material, que se depositen en el templo en un lugar especial, limpio y adecuado para su conservación.

II. TRIDUO PASCUAL

“La Iglesia celebra cada año los grandes misterios de la redención de los hombres desde la Misa vespertina del jueves en la Cena del Señor hasta las Vísperas del domingo de Resurrección”. Este periodo se denomina justamente el “Triduo del crucificado, sepultado y resucitado”; se llama también “Triduo Pascual” porque en su celebración se hace presente y se realiza el misterio de la Pascua, es decir el tránsito del Señor de este mundo al Padre” (MP 38).

Las celebraciones litúrgicas del Triduo Pascual se han de realizar con gran solemnidad, con una preparación adecuada y una consciente participación de los sacerdotes y fieles. Las acciones litúrgicas gozan de mayor dignidad e importancia con respecto a los actos piadosos, para que los horarios se adapten a este criterio y a las necesidades pastorales de los fieles.
Los párrocos y rectores de templos deben insistir más en estos días en la participación de los fieles a través de los sacramentos, como la Reconciliación y la Eucaristía, que en lo meramente devocional, para subrayar así el paso del hombre viejo al hombre nuevo en Cristo.

a. Jueves Santo: Misa vespertina de la Cena del Señor

“Con esta Misa, que se celebra en las horas de la tarde del Jueves Santo, la Iglesia comienza el Sagrado Triduo Pascual, y se esfuerza vivamente por renovar aquella última Cena, mediante la cual el Señor Jesús, en la noche en que iba a ser entregado, amó hasta el fin a los suyos que estaban en el mundo, ofreció su Cuerpo y su Sangre a Dios Padre bajo las especies del pan y de vino, se los dio a los apóstoles para que lo comieran, y a ellos y a sus sucesores en el sacerdocio les mandó que lo ofrecieran” (Ceremonial de los Obispos 297). La Celebración de la Misa de la Cena del Señor y Lavatorio será a las 18:00 hrs. en la Iglesia Catedral de Guadalajara.

Toda la atención del alma debe dirigirse a los misterios que en esta Misa principalmente son recordados, es decir la institución del Orden Sacerdotal y el Mandamiento del Señor de la caridad fraterna. Todo esto debe ser explicado en la homilía (MP 45). Dentro de la Misa el sacerdote que preside hace el lavatorio de los pies. Les recuerdo a los pastores su deber de instruir adecuadamente tanto a los fieles designados como a todos, para participar en el rito consciente, activa y fructuosamente (cfr. Decreto In Missa in Cena Domini).

Después de la oración de poscomunión, tiene lugar la procesión en la que el Santísimo es conducido al lugar de la reserva. Este lugar sea adornado convenientemente para que pueda facilitar la oración y la meditación; se recomienda el respeto de aquella sobriedad que conviene a la liturgia de estos días, evitando y suprimiendo todo abuso contrario. Si el sagrario está colocado en una capilla separada de la nave central, conviene que en ella sea preparado el lugar para la reserva del Santísimo y su adoración (MP 49). El Sacramento sea custodiado en un sagrario cerrado. No se puede hacer nunca la exposición con la custodia. Terminada la misa es desnudado el altar de la celebración. No pueden ser encendidas luces ante las imágenes de los santos (MP 57).

b. Viernes Santo de la Pasión del Señor

“Este día, en que ha sido inmolado Cristo, nuestra pascua”, lo que por largo tiempo había sido prometido en misteriosa prefiguración, se ha cumplido con plena eficacia: el Cordero verdadero sustituye a la oveja que lo anunciaba, y con el único sacrificio se termina la diversidad de las víctimas antiguas” (Ceremonial de los Obispos 312).

La celebración de la Comunión está prevista en los nuevos libros litúrgicos como una parte integrante de la liturgia del Viernes Santo, y comprende tres partes: a) liturgia de la Palabra; b) veneración de la Cruz; c) celebración de la Comunión.

• Celebraciones litúrgicas

En la mañana se puede organizar la recitación comunitaria del Oficio de Lectura y Laudes. La celebración de la Pasión del Señor se tendrá después del mediodía. Por razones pastorales puede elegirse otra hora más conveniente, para que los fieles puedan reunirse más fácilmente; por ejemplo desde el mediodía hasta el atardecer, no después de las 21:00 hrs. (MP 63); no se han de omitir las lecturas y se ha de respetar la estructura de la Oración Universal sin introducir ninguna modificación (MP 66-67). En la Catedral Metropolitana se realizará la Celebración de la Pasión y Muerte del Señor el viernes 19 de abril a las 17:00 hrs.

• El ayuno pascual

El ayuno pascual de los dos primeros días del Triduo es importante, puesto que nos lleva al origen de las mismas celebraciones de preparación a la Pascua en las que la Iglesia ayuna “porque el Esposo le ha sido arrebatado”. Este día hay que observar el ayuno y la abstinencia y se recomienda que se guarde también el Sábado Santo, “a fin de que la Iglesia pueda llegar con espíritu ligero y abierto a la alegría del Domingo de Resurrección” (MP 39). De modo particular, deseo recordar que la ausencia de alimento material está en función de nutrirse más abundantemente de la Palabra de Dios para disponer al ejercicio de la voluntad de Dios en nuestra vida nueva que deseamos realizar; para facilitar esta proyección teológica del ayuno, conviene que en nuestras comunidades se provea oportunamente de experiencias como la Lectio Divina para los fieles.

• Ejercicios de piedad

Este día, Viernes Santo, en la Catedral Metropolitana se celebrará el Oficio de lectura y laudes solemnes a las 9:30 hrs., el Viacrucis meditado a las 12:00 hrs., que comenzará en el Santuario de Guadalupe para dirigirse a Catedral; y el Rosario de Pésame a la Santísima Virgen María a las 20:00 hrs. Los ejercicios de piedad (Vía Crucis, Siete palabras, Visita a los 7 templos, Rosario de Pésame, Marcha de Silencio, etcétera) se han de organizar siguiendo con fidelidad los principios y orientaciones del Directorio sobre la Piedad Popular y la Liturgia (DPPL) de la Congregación para el Culto Divino y los Sacramentos, del 17 de diciembre de 2001 (cfr. 138-156), pero deben ser de tal manera programados que no sean en detrimento del punto central de la Liturgia, que supera todas estas memorias o prácticas piadosas (MP 72), como es la celebración de la Pasión y Muerte del Señor.

• Colecta anual para los Santos Lugares

En este día, la Iglesia Universal ha querido solidarizarse con los cristianos de Tierra Santa a causa de los sufrimientos a que están sometidos por la crisis política y económica que afrontan. La Congregación para las Iglesias Orientales ha insistido sobre la importancia de esta colecta. Pido a los párrocos y rectores de los templos que en la celebración litúrgica de ese día, y en los actos piadosos, se dé a conocer a los fieles la importancia de esta ayuda para las comunidades católicas de Palestina. Lo que se recabe se enviará a la Caja del Arzobispado.

c. Sábado Santo

En el Sábado Santo la Iglesia descansa junto al sepulcro del Señor, meditando su pasión y muerte, el descenso al seno de Abraham, y esperando en la oración y en el ayuno la resurrección. Pueden ser expuestas en la iglesia para la veneración de los fieles la imagen de Cristo crucificado y yacente en el sepulcro, o una imagen de su descenso a los infiernos, que ilustre el misterio del Sábado Santo, o bien la imagen de la Dolorosa (PS 73-74).

El Sábado Santo, a temprana hora, es muy conveniente que se recite en las comunidades el Oficio de Lectura y Laudes, que la Catedral Metropolitana será a las 9:30 hrs. También para expresar el luto de toda la Iglesia por la muerte del Esposo, se recomienda organizar “La Hora de la Madre”, ya que la Virgen María, junto al sepulcro de su Hijo, “es imagen de la Iglesia Virgen que vela junto a la tumba de su Esposo en espera de celebrar su Resurrección” (DPPL n. 147).

d. Domingo de Pascua de la Resurrección del Señor

Deus cuius antiqua miracula etiam nostris temporibus coruscare sentimus, dum, quod uni populo a persecutione Pharaonis liberando dexterae tuae potentia contulisti, id in salutem gentium per aquam regenerationis operares... (Señor, también ahora vemos brillar tus antiguas maravillas, y lo mismo que en otro tiempo manifestabas tu poder al librar a un solo pueblo de la persecución del Faraón, hoy aseguras la salvación de todas las naciones, haciéndolas renacer por las aguas del bautismo...) Según una antiquísima tradición, ésta es una noche de vela en honor del Señor, y la Vigilia que tiene lugar en ella, conmemorando la noche santa en la que el Señor resucitó, ha de considerarse como “la madre de todas las santas Vigilias”.
Durante la vigilia, la Iglesia espera la resurrección del Señor y la celebra con los Sacramentos de la Iniciación Cristiana. Toda la celebración de la Vigilia Pascual debe hacerse durante la noche. Por ello no debe escogerse ni una hora tan temprana que la Vigilia empiece antes de la caída de la noche, ni tan tardía que concluya después del alba del domingo” (MP 77-78). Los señores párrocos y rectores de los templos han de celebrar esta Vigilia en sus cuatro partes, como se encuentra en los libros litúrgicos, y no se debe reducir a una Misa vespertina de sábado. Elegirán la hora más oportuna, entrada ya la noche, teniendo en cuenta las necesidades pastorales de los fieles. Se debe procurar celebrar una sola Vigilia Pascual, evitando la multiplicidad de celebraciones y resaltando la importancia de una única Pascua. En este año la solemne celebración de la Vigilia Pascual en la Catedral Metropolitana de Guadalajara será el sábado 20 de abril a las 20:30 hrs., y al día siguiente también presidiré, Dios mediante, la Misa del Domingo de Resurrección a las 12:00 hrs.

III. TIEMPO PASCUAL

“La celebración de la Pascua se continúa durante el tiempo pascual. Los cincuenta días que van del Domingo de Resurrección al Domingo de Pentecostés se celebran con alegría, como un solo día festivo, más aún, como el gran Domingo” (MP 100).
El tiempo de la Cuaresma, que preparó debidamente a las comunidades, ha de culminar con la celebración del Tiempo Pascual como una gran fiesta prolongada. La Iglesia nos sugiere algunas iniciativas para este tiempo:

• Celebrar los Domingos de Pascua con especial solemnidad.

• Resaltar la Vigilia de Pentecostés, sábado 8 de junio por la noche, con un momento intenso de oración. Se recomienda la celebración prolongada de la Misa de la Vigilia de Pentecostés, que no tiene un carácter bautismal como la Vigilia de Pascua, sino más bien de oración intensa según el ejemplo de los apóstoles y discípulos, que perseveraban unánimemente en la plegaria juntos con María, la Madre de Jesús, esperando el don del Espíritu (MP 107).

• Fomentar las vocaciones y orar por la santidad de los sacerdotes, sobre todo el 12 de mayo, IV domingo de Pascua, en que se celebra la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones .

• Bendecir las casas con motivo de las fiestas pascuales, de acuerdo con los textos que ofrece el Bendicional, y aprovechar la ocasión para que el párroco haga la visita pastoral a cada familia.

A lo largo del año litúrgico, cuando los fieles participan en la Eucaristía han de comprender verdaderamente que cada vez que se celebra el Memorial de la muerte del Señor, se realiza la obra de nuestra Redención, por ello, los Pastores deben formarlos con empeño constante para celebrar cada domingo la obra maravillosa que Cristo ha llevado a cabo en el misterio de su Pascua, para que, a su vez, lo anuncien al mundo (cfr. Vicesimus Quintus Annus).

Que Nuestro Señor Jesucristo, a través de la Sagrada Liturgia, nos inspire durante todo el año litúrgico la alegría de la Resurrección y la gratuidad como principios de vida espiritual.

Guadalajara, Jalisco, a 3 de marzo del 2019

José Francisco Card. Robles Ortega
Arzobispo de Guadalajara

Pbro. Javier Magdaleno Cueva
Secretario Canciller


CIRCULAR 11/2019

Fallecimiento del señor presbítero don Crisanto Padilla Mora (1926-2019)

A toda la comunidad diocesana:

El Señor, que dirige nuestros corazones para que amemos a Dios, permanezca siempre con ustedes y les bendiga con su Providencia.

Les escribo para notificarles que el señor presbítero don Crisanto Padilla Mora ha muerto en el Señor, pero tenemos presente la firme esperanza de que nuestro hermano resucitará en el último día, como nos dice Jesús en el Evangelio: “En verdad, en verdad os digo que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, allí queda, él solo; pero si muere, da mucho fruto” (Jn 12, 24).

El señor presbítero don Crisanto Padilla Mora nació en Ixtlahuacán del Río, Jalisco, el 25 de octubre de 1926. Fue ordenado sacerdote el 23 de marzo de 1958. Desempeñó su ministerio sacerdotal como Vicario provisional de Santiaguito en Arandas, Jalisco; Vicario cooperador en Zapotlán del Rey y en Nuestra Señora de Talpa, ciudad; en San Onofre, con el encargo de construir el templo de Santiago Apóstol, donde posteriormente fue párroco. Fue asimismo Vicario de Chimaltitán, Jalisco, y en San Martín de Tours, Vicario cooperador y ecónomo de Amatlán de Cañas, Nayarit; Vicario cooperador de Nochistlán, Zacatecas, Amatlán de Jora, Nayarit, y San Isidro, Zapopan. Fue elegido Decano de Pastoral del Decanato de Zapopan. Trabajó como Vicario de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre y San Isidro, Zapopan. En el mes de mayo de 2006 fue adscrito oficialmente a Nuestra Señora de Talpa, Jalisco.

Nuestro Padre Celestial le ha llamado el día de ayer, 4 de marzo, a los 92 años de edad y 60 años de pertenecer al orden sagrado.

Don Crisanto fue eclesiástico profundamente agradecido, humilde y alegre. Un presbítero piadoso y buen confesor. Un hombre amigable, obediente, constante y servicial. Un varón estimado por el clero y por los fieles que lo tratamos, comprometido en la pastoral diocesana y buen compañero de trabajo. Fue un ministro del altar de alma y corazón, como lo describió uno de sus párrocos; un hombre de entrega sin reserva y con un trato sin distinción a toda persona. En los últimos meses padeció de lagunas de memoria ocasionales; sin embargo, lo recordaremos vivamente por su manera alegre de ser y de servir. Que Jesucristo, Buen Pastor, reciba a nuestro querido hermano Crisanto Padilla Mora, presbítero, en la Casa del Padre, y le conceda el descanso eterno y la corona de gloria a quien sirvió en la alegría ese llamado de juventud que resonó en toda su vida ministerial. Invito a mis hermanos sacerdotes a celebrar la Santa Eucaristía con estas intenciones, y a todos, a ofrecer nuestras oraciones en favor de nuestro hermano.

Guadalajara, Jalisco, a 5 de marzo del 2019

José Francisco Card. Robles Ortega
Arzobispo de Guadalajara

Pbro. Javier Magdaleno Cueva
Secretario Canciller



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