SECCIÓN ARQUIDIOCESANA
CIRCULARES
CIRCULAR 03 /2014
Falleció el señor presbítero don Jacinto Chávez Gutiérrez
A los miembros del presbiterio diocesano
Reciban un saludo, hermanos sacerdotes en el Señor, que nos congrega en torno
al llamado recibido en el ministerio en esta Iglesia diocesana. Por ello, les informo
con pesar, del deceso de nuestro hermano sacerdote, el presbítero don Jacinto Chávez
Gutiérrez, que descanse en la paz de Dios.
El señor presbítero don Jacinto Chávez Gutiérrez, nació en San Juan Nuevo,
Michoacán, Jalisco, el 10 de agosto de 1919; ingresó al Seminario de Guadalajara
en el año de 1942. Recibió la ordenación sacerdotal el día 1° de noviembre de 1953.
Desempeñó su ministerio sacerdotal como vicario cooperador en las parroquias de:
Florencia, Zacatecas, Tetlán, ciudad., Nochistlán, Zacatecas, Santa Mónica en La Barca,
Jalisco, Portezuelo, Jalisco, y después párroco de esta última, finalmente, capellán
de Buenavista, Jalisco. Falleció el 29 de enero del 2014 en el Nuevo Trinitario, en
Guadalajara.
El padre don Jacinto Chávez Gutiérrez, fue un buen sacerdote, de buenas
costumbres, hombre trabajador, ocupado y preocupado en las cosas de Dios, muy
dinámico, a pesar de la limitación de sus problemas en sus piernas que tanto le aquejó
por más de 20 años; estuvo dispuesto a servir con un espíritu sacerdotal bien definido,
responsable en las actividades de su ministerio, siempre colaborador en las estructuras
eclesiales, sencillo, de conducta intachable, piadoso, abnegado, pero sobre todo, un
sacerdote amigo y pastor; sean para él las palabras del Señor: “Vengan benditos de mi
Padre y tomen posesión de la herencia del Reino…” (Mt 25,34).
Que Jesucristo, Rey de la gloria, haga gozar de la felicidad eterna a nuestro
hermano don Jacinto Chávez Gutiérrez, sacerdote, para que unidos a los santos en el
cielo, alaben para siempre al Cordero inmolado por nuestra salvación.
Guadalajara, Jalisco, a 24 de febrero del 2014
Javier Magdaleno Cueva, Pbro.
Secretario Canciller
CIRCULAR 05/2014
Falleció el señor presbítero don Roberto Zepeda Haro
A los miembros del presbiterio diocesano:
Reciban un saludo de paz en el Señor, y les comunico el sensible fallecimiento
del señor presbítero Roberto Zepeda Haro, a quien encomendamos a la misericordia
divina.
El padre Roberto nació en Ameca, Jalisco, el 18 de Julio de 1943. Ingresó al
Seminario de Guadalajara en el año de 1959 y se ordenó sacerdote el 12 de septiembre
de 1974 en Guadalajara. Desempeñó su ministerio como vicario cooperador de: Villa
Corona, Jalisco, Cocula, El Salto, San Andrés, Tlaquepaque, San Jacinto, Toluquilla,
Nuestra Señora de Guadalupe en Ameca, Jesucristo Nuestra Esperanza, y San José
Obrero en Tala, Jalisco, donde falleció el 23 de febrero del 2014.
El Padre don Roberto Zepeda Haro, fue gran devoto de la Virgen María,
especialmente en su advocación de Nuestra Señora de Zapopan, a quien visitaba
asiduamente, fue un hombre muy piadoso, trabajador, muy responsable en las
actividades a él encomendadas, servicial, alegre y buen compañero, fue un sacerdote
dedicado plenamente a su ministerio.
Que Cristo resucitado, reciba en la asamblea de los santos a nuestro hermano
sacerdote don Roberto Zepeda Haro, pues sabemos que “las almas de los justos están
en las manos de Dios” (Sab. 3,1), y le otorgue el premio de los servidores fieles, que
desempeñaron su servicio ministerial para el bien de la Iglesia.
Guadalajara, Jalisco, a 10 de marzo del 2014
Javier Magdaleno Cueva, Pbro.
Secretario Canciller
CIRCULAR 6/2014
Recomendaciones pastorales para la Semana Santa 2014
A los miembros de la comunidad diocesana:
Reciban un fraternal saludo en este tiempo de conversión.
Año con año la Iglesia celebra con gran solemnidad los misterios de nuestra
salvación que de manera particular en la Semana Santa celebra la entrega voluntaria a
la muerte de Jesucristo, nuestro Señor, y el triunfo sobre el pecado y la muerte por su
gloriosa resurrección. Con el fin de que estas celebraciones nos renueven de manera
eficaz a través de los ritos sagrados pongo a su consideración algunas recomendaciones
pastorales para todas las comunidades de la arquidiócesis.
I. Conclusión de la cuaresma: celebración de la Semana Santa
La Congregación del Culto Divino y Disciplina de los Sacramentos en la carta circular
Mysterium Paschale (MP), nos recuerda que en la Semana Santa la Iglesia “celebra
los misterios de la salvación actuados por Cristo en los últimos días de su vida,
comenzando por su entrada mesiánica en Jerusalén” (n. 27).
a. Criterios generales para la celebración de los oficios de Semana Santa
Con el fin de que se celebre digna y noblemente estos días, hay que seguir las
indicaciones que la Sede Apostólica nos proporciona:
• Tener un número suficiente de acólitos, lectores, cantores, convenientemente
capacitados para que la celebración sea verdaderamente digna (ib. n. 41).
• Para que los fieles participen plena, consciente y activamente conviene
instruirlos sobre la estructura y significados de las celebraciones (Ib.).
• Preparar adecuadamente los cantos para estas celebraciones, tomando en cuenta
la participación de los fieles (ib. n. 42).
• No multiplicar innecesariamente el número de celebraciones, especialmente en
el Triduo Pascual; conviene que los fieles se congreguen en las Iglesias más
importantes (ib. n. 43).
• La costumbre de cubrir las cruces y las imágenes de las iglesias, a partir del
domingo V de Cuaresma, puede conservarse. Las cruces permanecen cubiertas
hasta después de la celebración de la Pasión del Señor, el Viernes Santo, y las
imágenes hasta el comienzo de la Vigilia Pascual.
b. Domingo de Ramos en la pasión del Señor
“La Semana Santa comienza con el Domingo de Ramos en la pasión del Señor, que
comprende a la vez el presagio del triunfo real de Cristo y el anuncio de la pasión.” (ib.
n. 28). El Papa Francisco invita a toda la Iglesia a celebrar en este día la XXIX Jornada
Mundial de la Juventud, cuyo lema es el siguiente: “Bienaventurados los pobres de
espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos” (cf. Mt. 5,3).
Dicha jornada se efectuará en las parroquias y capellanías de la arquidiócesis,
preparándola con orden y entusiasmo, e invitando a todos los jóvenes a proclamar
el triunfo de Cristo, como Rey y Señor. Se profundizará y difundirá el mensaje del
Santo Padre, con una conveniente catequesis. Invito afablemente a los grupos juveniles
participen en la celebración litúrgica de la misa de ramos, que organiza la Pastoral
Juvenil Diocesana, en el Santuario de los Mártires, a las 12:00 horas.
Por la tarde, se llevará a cabo la celebración en la Iglesia Catedral, que iniciará
en el templo de Nuestra Señora de las Mercedes, a las 17:30 horas, con la bendición de
los ramos, y enseguida se ordenará la procesión hacia la Iglesia Catedral, para aclamar
a Jesús, como el Mesías de Dios, y culminar con la participación en la Eucaristía, en la
que se proclama solemnemente la pasión del Señor.
c. Jueves Santo: Misa Crismal.
“La Misa Crismal, en la cual el obispo que concelebra con su presbiterio, consagra el
santo crisma y bendice los demás óleos, es una manifestación de la comunión existente
entre el obispo y sus presbíteros en el único y mismo sacerdocio y ministerio de Cristo”
(MP n. 35).
Invito especialmente a mis hermanos sacerdotes participen en esta celebración
Eucarística, en la que se renuevan las promesas que hicimos el día de nuestra
ordenación sacerdotal, en comunión con el obispo. Invito también a los religiosos y
religiosas, y a los fieles laicos representantes de las comunidades parroquiales con el fin
de que participen en esta Misa Crismal, que se celebrará en la Iglesia Catedral, el Jueves
Santo, a las 10:00 horas. Los presbíteros se reunirán para revestirse en el patio del
museo de Arte Sacro, a las 9:30 y llevaran alba y estola.
El crisma y los santos óleos son enviados a las comunidades de la arquidiócesis,
al finalizar la misa crismal, para que se utilicen en la celebración de los sacramentos.
Se entregarán únicamente a los representantes que se identifiquen con carta sellada y
firmada por el sacerdote responsable. Hay que cuidar que los recipientes sean dignos y
seguros, bien aseados, y apropiados para los santos óleos en tamaño y material, que se
conserven en el templo en un lugar especial, limpio y adecuado para la conservación de
los óleos.
II. Triduo Pascual
“La Iglesia celebra cada año los grandes misterios de la redención de los hombres desde
la misa vespertina del jueves en la Cena del Señor ‘hasta las vísperas del domingo
de Resurrección’. Este período de tiempo se denomina justamente el ‘Triduo del
crucificado, sepultado y resucitado’; se llama también ‘Triduo pascual’ porque en su
celebración se hace presente y se realiza el misterio de la Pascua, es decir el tránsito del
Señor de este mundo al Padre” (ib. n. 38).
Las celebraciones litúrgicas del Triduo Pascual, se han de realizar con gran
solemnidad, con una preparación adecuada y con una consciente participación de los
sacerdotes y fieles. Las acciones litúrgicas gozan de mayor dignidad e importancia con
respecto a los actos piadosos, para que los horarios se adapten a este criterio y a las
necesidades pastorales de los fieles. Los párrocos y rectores de templos deben insistir
más en estos días en la participación de los fieles a través de los sacramentos, como la
Reconciliación y la Eucaristía, que en lo meramente devocional, para subrayar así el
paso del hombre viejo al hombre nuevo en Cristo.
a. Jueves Santo: misa vespertina de la Cena del Señor.
“Con esta Misa, que se celebra en las horas de la tarde del Jueves Santo, la Iglesia
comienza el Sagrado Triduo Pascual, y se esfuerza vivamente por renovar aquella
última Cena, mediante la cual el Señor Jesús, en la noche en que iba a ser entregado,
amó hasta el fin a los suyos que estaban en el mundo, ofreció su Cuerpo y su Sangre
a Dios Padre bajo las especies del pan y de vino, se los dio a los Apóstoles para que
lo comieran, y a ellos y a sus sucesores en el sacerdocio les mandó que lo ofrecieran”
(Ceremonial de los obispos n. 297).
Con esta celebración se inicia el Triduo Pascual, en la que se conmemora la
institución de la Eucaristía y del sacerdocio, así como el mandato del Señor sobre la
caridad fraterna, elementos que han de tomarse muy en cuenta en la Homilía (cf. Misal
Romano). Dentro de la Misa, el Sacerdote que preside, hace el lavatorio de los pies, no
a mujeres, sino solamente “a algunos varones previamente designados, y significa el
servicio y el amor de Cristo, que ha venido ‘no para ser servido, sino para servir’” (MP
n. 51).
Al concluir la celebración se hace el traslado del Santísimo Sacramento al lugar
de la Reserva, y les recuerdo que el Santísimo Sacramento se reserva en un sagrario
y nunca debe hacerse exposición con la custodia u ostensorio. El sagrario no tendrá
forma de un sepulcro, pues no se trata de representar “la sepultura del Señor”, sino de
conservar la Eucaristía para la comunión del Viernes Santo (ib. n. 55).
b. Viernes Santo de la pasión del Señor
“Este día, en que ‘ha sido inmolado Cristo, nuestra pascua’, lo que por largo tiempo
había sido prometido en misteriosa prefiguración, se ha cumplido con plena eficacia:
el Cordero verdadero sustituye a la oveja que lo anunciaba, y con el único sacrificio
se termina la diversidad de las víctimas antiguas” (Ceremonial de los Obispos n.
312).
Celebraciones litúrgicas
En las primeras horas de la mañana, se puede organizar la recitación comunitaria del
Oficio de Lectura y Laudes. La celebración de la Pasión del Señor se tendrá después
del mediodía. Por razones pastorales puede elegirse otra hora más conveniente para
que los fieles puedan reunirse más fácilmente; por ejemplo desde el mediodía hasta el
atardecer (MP n. 63); no se han de omitir las lecturas y se ha de respetar la estructura de
la Oración Universal sin introducir ninguna modificación (ib. nn. 66-67).
El ayuno pascual
El ayuno pascual de los dos primeros días del Triduo es importante, puesto que nos
lleva al origen de las mismas celebraciones de preparación a la Pascua en las que la
Iglesia ayuna “porque el Esposo le ha sido arrebatado”. Este día hay que observar el
ayuno y la abstinencia y se recomienda que se guarde también el sábado santo, “a fin
de que la Iglesia pueda llegar con espíritu ligero y abierto a la alegría del Domingo
de Resurrección” (ib. n. 39).De modo particular deseo recordar que la ausencia de
alimento material está en función de nutrirse más abundantemente de la Palabra de Dios
para disponer al ejercicio de la voluntad de Dios en nuestra vida nueva que deseamos
realizar; para facilitar esta proyección teológica del ayuno, conviene que en nuestras
comunidades se provea oportunamente de experiencias como la Lectio Divina para los
fieles.
Ejercicios de piedad
Los ejercicios de piedad (Vía crucis, Siete palabras, Visita a los siete templos, Rosario
de Pésame, Marcha de Silencio, etcétera.) se han de organizar siguiendo con fidelidad
los principios y orientaciones del “Directorio sobre la Piedad Popular y la Liturgia”
(DPPL), publicado por la Congregación para el Culto Divino y los Sacramentos, el 17
de diciembre de 2001 (cf. nn. 138-156).
Se recomienda el “Vía Crucis” en un ambiente de austeridad, silencio y oración.
Si se hace “La Representación de la Pasión de Cristo”, se ha de fomentar en los actores
y espectadores, una fe activa y una auténtica piedad, explicando la diferencia que hay
entre una “representación” y “la acción litúrgica” (ib. n. 144). También se recomienda
hacer “el recuerdo de la Virgen de los Dolores”, para acompañar a la Madre del Señor,
“que se ha quedado sola y sumergida en un profundo dolor después de la muerte de su
único Hijo” (ib. n. 145).
Colecta anual para los santos lugares
En este día, la Iglesia Universal, desde la Edad Media, ha querido solidarizarse con los
cristianos de Tierra Santa a causa de la crisis política y económica que afrontan, y de
los sufrimientos a que están sometidos. La Congregación para las Iglesias Orientales
ha insistido sobre la importancia de esta colecta. Pido a los Párrocos y Rectores de
los Templos que en la celebración litúrgica de ese día, y en los actos piadosos, se dé
a conocer a los fieles la urgencia de esta ayuda para las Comunidades Católicas de
Palestina, y organicen esta colecta especial. Lo que se recabe se enviará a la Caja del
Arzobispado.
c. Sábado Santo
El Sábado Santo, a temprana hora, es muy conveniente que se recite en las comunidades
el Oficio de Lectura y Laudes. También para expresar el luto de toda la Iglesia por la
muerte del Esposo, se recomienda organizar “La Hora de la Madre”, ya que la Virgen
María, junto al sepulcro de su Hijo, “es imagen de la Iglesia Virgen que vela junto a la
tumba de su Esposo en espera de celebrar su Resurrección” (DPPL n. 147).
d. Domingo de pascua de la Resurrección del Señor
“Según una antiquísima tradición, esta es una noche de vela en honor del Señor, y la
Vigilia que tiene lugar en la misma, conmemorando la noche santa en la que el Señor
resucitó, ha de considerarse como ‘la madre de todas las santas Vigilias’. Durante la
vigilia, la Iglesia espera la resurrección del Señor y la celebra con los sacramentos de la
Iniciación Cristiana. Toda la celebración de la Vigilia Pascual debe hacerse durante la
noche. Por ello no debe escogerse ni una hora tan temprana que la Vigilia empiece antes
del inicio de la noche, ni tan tardía que concluya después del alba del domingo. Esta
regla ha de ser interpretada estrictamente” (MP nn. 77-78).
Los señores párrocos y rectores de los templos, han de celebrar esta Vigilia
en sus cuatro partes, como se encuentra en los libros litúrgicos, y no se debe reducir a
una Misa Vespertina de sábado. Elegirán la hora más oportuna, entrada ya la noche,
teniendo en cuenta las necesidades pastorales de los fieles. Se debe procurar celebrar
una sola Vigilia Pascual, evitando la multiplicidad de celebraciones y resaltando la
importancia de una única Pascua.
III. Tiempo Pascual
“La celebración de la Pascua se continúa durante el tiempo pascual. Los cincuenta
días que van del domingo de Resurrección al domingo de Pentecostés se celebran con
alegría, como un solo día festivo, más aún, como el ‘gran Domingo’” (ib. n. 100).
El tiempo de la Cuaresma, que preparó debidamente a las comunidades, ha de
culminar con la celebración del Tiempo Pascual, como una gran fiesta prolongada. La
Iglesia nos sugiere algunas iniciativas para este tiempo:
Celebrar los Domingos de Pascua con especial solemnidad.
Resaltar la Vigilia de Pentecostés con un momento intenso de oración y como el tiempo
principal para conferir el Sacramento del Orden.
Fomentar las vocaciones y orar por la santidad de los sacerdotes, sobre todo
el IV Domingo de Pascua, en que se celebra la Jornada Mundial de Oración por las
Vocaciones.
Bendecir las casas con motivo de las fiestas pascuales, de acuerdo a los textos
que ofrece el bendicional, y aprovechar la ocasión para que el párroco haga la visita
pastoral a cada familia.
Que Jesucristo, nuestro Señor que padeció, murió y resucito por nosotros nos
impulse a ser discípulos y misioneros, en la alegría pascual, en esta hora de la Nueva
Evangelización
Guadalajara, Jalisco, a 18 de marzo del 2014
+ José Francisco Card. Robles Ortega
Arzobispo de Guadalajara
Javier Magdaleno Cueva, Pbro.
Secretario Canciller
CIRCULAR 07/2014
Falleció el señor presbítero don Juan Mora Ric
A los miembros de la comunidad diocesana:
Hemos recibido con tristeza, pero al mismo tiempo con la esperanza puesta en
la resurrección, la noticia del fallecimiento del señor presbítero don Juan Mora Ric, a la
edad de 88 años.
El señor presbítero don Juan Mora Ric, nació en México D. F., el 12 de enero de
1926, ingresó al Seminario de Guadalajara, en el año de 1939 y recibió la ordenación
sacerdotal el día 24 de marzo de 1951 en Montezuma, N.M. Desempeñó su ministerio
sacerdotal como formador del Seminario de Papantla, en Teziutlán, Puebla por más
de 45 años; volvió a la arquidiócesis de Guadalajara como adscrito a la parroquia del
Inmaculado Corazón de María, ciudad, falleció en Guadalajara, el 2 de marzo de 2014,
pasando sus últimos días en el albergue Trinitario.
El señor presbítero don Juan Mora Ric, fue un hombre trabajador, lleno de celo
pastoral sobre todo en las diócesis necesitadas, responsable y con gran capacidad para
adaptarse a las necesidades y a las personas, buen compañero, siempre preocupado por
la formación de los futuros sacerdotes, dedicado a su ministerio y siempre responsable
en las tareas pastorales a él encomendadas.
Le agradecemos a Jesús Buen Pastor, el fecundo y largo ministerio que le
permitió ejercer en este mundo al padre Juan Mora Ric, y al mismo tiempo, le otorgue
el premio de los servidores que reconocieron la presencia de Dios en sus hermanos (Mt
25, 34). Les pido a mis hermanos sacerdotes, celebrar una misa en sufragio de nuestro
hermano sacerdote.
Guadalajara, Jalisco, a 7 de marzo de 2014.
Javier Magdaleno Cueva Pbro.
Secretario Canciller
Circular 08/2014
Falleció el señor presbítero don Pedro González Romo
A los miembros de la comunidad diocesana:
Reciban un saludo fraternal en Jesucristo resucitado. Les informo, del
fallecimiento de un hermano sacerdote, el señor presbítero Pedro González Romo, que
descanse en la paz de Dios.
El señor presbítero don Pedro González Romo, nació en Jalostotitlán, Jalisco,
el 18 de mayo de 1945, ingresó al Seminario de Guadalajara en 1960, fue ordenado
sacerdote el día 14 de abril de 1974, en La Barca, Jalisco. Desempeñó su ministerio
como vicario cooperador en la parroquia de el Salvador, Jalisco, se desempeñó como
ecónomo del Seminario de las Torres, fue ayudante en la parroquia de Santa María
Magdalena, capellán del asilo “Manuel Acuña”, ciudad, capellán de las Hermanas
Marianitas y colegio Cervantes Munguía, capellán de San Sebastianito, en Toluquilla,
vicario parroquial de San Joaquín, después párroco de la misma. Sirvió como asesor
del movimiento “Encuentros con Cristo”, y párroco de la Medalla Milagrosa, ciudad,
últimamente adscrito a esta misma parroquia. Falleció el 06 de marzo del 2014, en
Guadalajara, Jalisco.
El padre don Pedro González Romo, fue un sacerdote entregado a su ministerio,
respetuoso, dócil a sus superiores, buen compañero, correcto en su comportamiento,
cumplido en sus deberes, piadoso, sencillo, alegre y de buen trato, muy responsable en
su ministerio sacerdotal y edificante.
Invito a todos mis hermanos sacerdotes encomendar en las intenciones de las
misas a nuestro hermano sacerdote don Pedro González Romo y ofrecer sus oraciones
para que goce de la plenitud de la vida, “donde ya no hay muerte ni llanto, ni gritos ni
fatigas porque el mundo viejo ha pasado.” (Ap 21,4).
Guadalajara, Jalisco, a 7 de marzo del 2014
Javier Magdaleno Cueva Pbro.
Secretario Canciller
CIRCULAR 9/2014
Semana de Cáritas Diocesana y colecta anual 2014
A los sacerdotes, religiosos y fieles laicos:
Que Jesús presente en nuestros hermanos más pequeños los acompañe siempre
Cáritas Diocesana de Guadalajara es una obra de apostolado que tiene como misión
favorecer, de manera organizada, el compromiso de caridad de la los católicos y de
esta manera manifestar el amor preferente de Jesús por los más pobres. Como señala
el Papa Francisco en la Evangelii Gaudium refiriéndose al lugar privilegiado que los
pobres ocupan en el pueblo de Dios: “Estamos llamados a descubrir a Cristo en ellos,
a prestarles nuestra voz en sus causas, pero también a ser sus amigos, a escucharlos, a
interpretarlos y a recoger la misteriosa sabiduría que Dios quiere comunicarnos a través
de ellos” (EG 198).
Como una oportunidad para lograr esta finalidad de fortalecer nuestro
compromiso de caridad, invito a los señores Párrocos y Rectores de templos a que
celebren la Semana de Cáritas, del 31 de marzo al 5 de abril próximo, promoviendo la
oración por los más desprotegidos e invitando a los fieles a profundizar en los temas
sugeridos por el material que se ofrece para esta ocasión. El domingo 6 de abril se
organizará la colecta, que se destinará a las obras de asistencia y de promoción humana
que atiende Cáritas Diocesana de Guadalajara.
Lo que se recabe se entregará en la caja del arzobispado. Las parroquias y
capellanías que cuenten con el grupo de Cáritas pueden disponer del 25% del total de la
colecta, para promover obras caritativas de su comunidad.
Que María, Madre de la Divina Providencia, los acompañe siempre en el
servicio generoso que realizan entre el Pueblo de Dios.
Guadalajara, Jalisco a 18 de marzo del 2014
+ José Francisco Card. Robles Ortega
Arzobispo de Guadalajara
Javier Magdaleno Cueva, Pbro.
Secretario Canciller
CIRCULAR 10/2014
Peregrinación a la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe 2014
A los sacerdotes, religiosos y fieles laicos:
Los saludo cordialmente y deseo que María Santísima, los inspire con su
ejemplo a vivir como discípulos misioneros de Jesucristo, el Señor.
Invito a los sacerdotes, a los religiosos, a las religiosas y a los fieles laicos, a
peregrinar a la Basílica del Tepeyac, el próximo jueves 1° de mayo, para pedir a Dios,
mediante la valiosa intercesión de Santa María de Guadalupe, que renueve nuestra
identidad cristiana por medio de la Nueva Evangelización en nuestra Iglesia diocesana;
y en continuidad con las enseñanzas del Concilio Vaticano II y de nuestro amado Papa
Francisco, encontremos caminos de paz y concordia para nuestra Patria.
Pido atentamente a los párrocos y rectores de templos, que animen a sus
comunidades, para que haya una numerosa representación de fieles. También
solicito a los sacerdotes que presidan esta peregrinación, organicen el transporte y
ofrezcan a los peregrinos los servicios espirituales, sobre todo del Sacramento de la
Penitencia. El programa de la peregrinación será el siguiente: A las 10 horas reunión
en el atrio de la Basílica por comunidades y rezo del Santo Rosario, y a las 11 horas,
recepción en la Basílica y Concelebración Eucarística. Los sacerdotes están invitados a
concelebrar, llevando alba y estola. Al final de la misa se renovará la consagración de la
arquidiócesis a Nuestra Señora de Guadalupe. He encomendado animar los actos de esta
peregrinación al señor cura don Manuel Eufracio Retana, en coordinación con la vicaría
de pastoral.
Quiera Dios que por esta piadosa peregrinación mariana, nuestra Iglesia
diocesana, se renueve a la luz de la Nueva Evangelización.
Guadalajara, Jalisco, a 18 de marzo del 2014
+ José Francisco Card. Robles Ortega
Arzobispo de Guadalajara
Javier Magdaleno Cueva, Pbro.
Secretario Canciller
CIRCULAR 11 /2014
Falleció el señor presbítero don Fernando Navarro Escoto
A los miembros del presbiterio diocesano:
Reciban un saludo fraternal en Jesucristo resucitado. Les informo, en este día
de la Anunciación del Arcángel a María, del fallecimiento de un hermano sacerdote, el
señor presbítero don Fernando Navarro Escoto, que descanse en la paz de Dios.
El señor presbítero don Fernando Navarro Escoto, nació en Guadalajara, Jalisco,
el 14 de enero de 1914, ingresó al Seminario de Guadalajara en el año de 1931. Fue
ordenado sacerdote el día 20 de octubre de 1940, en Montezuma, N. M. Desempeñó su
ministerio como vicario cooperador en las parroquias de: La Luz (Lagos de Moreno),
además de ser padre espiritual de los seminaristas de ese lugar; en Mexicaltzingo, en
mayo de 1948, y capellán de las religiosas Siervas de los Pobres, y del hospital de la
Santísima Trinidad. Vicario cooperador de la parroquia del Dulce Nombre de Jesús,
ciudad; de Arandas, Jalisco, Zapopan, Jalisco, San Felipe de Jesús, ciudad, nuevamente
en Mexicaltzingo, para septiembre de 1974; y adscrito a la Merced, ciudad. Finalmente
Dios lo llama a su presencia el 19 de marzo del 2014, en el Nuevo Trinitario Sacerdotal,
en Guadalajara, Jalisco.
El padre don Fernando Navarro Escoto, fue un sacerdote ejemplar, obediente y
respetuoso, dedicado a su ministerio sacerdotal, amable y respetuoso con las personas,
piadoso, alegre, activo y dinámico, servicial y dedicado a su ministerio, siempre
ocupado por la formación y la promoción vocacional al sacerdocio.
Que Cristo, Rey Victorioso, reciba en la asamblea de los santos a nuestro
hermano sacerdote don Fernando Navarro escoto, y le otorgue el premio de los
servidores fieles, que hicieron de su vida ofrenda fiel y amable según el modelo del
Señor, encarnado para la salvación y redención del mundo. Invito a todos los miembros
del presbiterio a ofrecer la Sagrada Eucaristía en sufragio de nuestro hermano.
Guadalajara, Jalisco, a 25 de marzo del 2014
Javier Magdaleno Cueva, Pbro.
Secretario Canciller
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