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Circulares

 

Circular 34/2012

 

Fallecieron los señores presbíteros don J. Luis Gallo Mercado (1947 - 2012) y don Antonio Gutiérrez Cadena (1915 - 2012)

A los miembros del presbiterio diocesano:

Los saludo fraternalmente, y les deseo la gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre y la comunión del Espíritu Santo.

Por encomienda del eminentísimo señor cardenal don José Francisco Robles Ortega, les comunico que los señores presbíteros don J. Luis Gallo Mercado y don Antonio Gutiérrez Cadena han llegado al término de su peregrinación por este mundo, como nos lo recuerda el autor sagrado: “Pues no tenemos aquí morada permanente, sino que buscamos la futura. Por medio de Él, ofrezcamos sin cesar un sacrificio de alabanza” (Hb 13, 14-15).

El señor presbítero don J. Luis Gallo Mercado, nació en Guadalajara, Jalisco, el 21 de junio de 1947; ingresó al Seminario de Guadalajara en 1961 y recibió la ordenación sacerdotal el día 18 de abril de 1976. Desempeñó su ministerio sacerdotal como vicario en Juchipila y El Remolino, Zacatecas, con atención especial a los ranchos de Contitlán, Guadalajarita, el Ranchito y Atemajac; Santa María Magdalena en la colonia Polanco y en la colonia Santa Cecilia de Guadalajara. Fue párroco de Nuestra Señora del Buen Camino, de Atemajac del Valle y del Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe. Fue capellán in solidum de la Inmaculada Concepción, del Santuario de Guadalupe. También fue miembro del Equipo Coordinador Diocesano de Encuentros Matrimoniales, asesor diocesano de la Pastoral Familiar y del Movimiento de Cursillos de Cristiandad. Murió en Guadalajara, Jalisco, el 8 de septiembre del 2012.

El padre don J. Luis Gallo Mercado, fue un hombre trabajador, lleno de celo pastoral, fiel a sus compromisos sacerdotales, alegre y dedicado a los matrimonios y las familias. Fue buen compañero, se supo adaptar a los lugares y personas; sufrió con paciencia y cristiana resignación su dolorosa enfermedad.

El señor presbítero don Antonio Gutiérrez Cadena, nació en Cuquío, Jalisco, el 13 de julio de 1915, donde conoció y trató a los santos mártires Justino Orona, Toribio Romo y Atilano Cruz, que inspiraron su vocación. Ingresó al Seminario de Guadalajara en tiempos de la persecución religiosa y fue enviado a concluir su formación eclesiástica durante la Segunda Guerra Mundial, en el Colegio Pío Latino, en Roma, Italia, donde obtuvo el doctorado en teología dogmática y recibió la ordenación sacerdotal el día 12 de abril de 1941. Desempeñó su ministerio como vicario en Zapotlán el Grande, El Dulce Nombre de Jesús y San José de Analco. Fue profesor, director espiritual y confesor del Seminario Diocesano; responsable de la Sección Diocesana de Catequesis y profesor en la Escuela Catequética Diocesana; también fue capellán del Sanatorio Guadalajara, La Venta y La Primavera. Colaboró intensamente en el Tribunal Eclesiástico de Guadalajara como abogado y defensor del vínculo matrimonial; trabajó en la Comisión Diocesana de Causas de Canonización, fungiendo como postulador de la causa del siervo de Dios Francisco Orozco y Jiménez, al que conoció y trató. Fue párroco de San Juan Bautista de Mexicaltzingo. Estuvo como adscrito a Santa Teresita del Niño Jesús, y a la Sagrada Familia. Falleció en Guadalajara Jalisco, el 20 de septiembre del 2012.

El padre don Antonio Gutiérrez Cadena, fue un sacerdote docto, entregado totalmente a su ministerio, disciplinado, recto, de buen criterio, conocedor de la doctrina cristina y autor de diversos títulos en esta materia; hizo una biografía de san Justino Orona y una autobiografía titulada ‘Llamado y Respuesta’. Su laboriosidad y diligencia mereció el encomio de sus superiores. En la última etapa de su vida dio pruebas de admirable fortaleza en medio de sus quebrantos físicos, sobrellevándolos con paciencia y fe.

Que Cristo Resucitado, reciba en la asamblea de los santos a nuestros hermanos Luis y Antonio, y les otorgue el premio de los servidores fieles.

Guadalajara, Jalisco, a 21 de septiembre del 2012

Mons. Juan Pablo Preciado Ramírez

Secretario

 

Circular 35/2012

                       

Peregrinación al Santuario de Cristo Rey en el Cubilete. Martes 20 de noviembre del 2012

A la comunidad diocesana:

Que la gracia y la paz de Jesucristo, Rey del Universo, estén con todos ustedes.

La Iglesia celebra cada año, con fe y devoción, la Solemnidad de Jesucristo Rey del Universo, el último domingo del Año Litúrgico, que ahora será el 25 de noviembre. Por este motivo, y con el deseo de dar culto a Cristo Rey del Universo en el cerro del Cubilete, se organiza la peregrinación anual de la arquidiócesis. Quiero recordarles lo que el Santo Padre Benedicto xvi dijo a este respecto en su viaje a México: “en este monumento se representa a Cristo Rey. Pero las coronas que le acompañan, una de soberano y otra de espinas, indican que su realeza no es como muchos la entendieron y la entienden. Su reinado no consiste en el poder de sus ejércitos para someter a los demás por la fuerza o la violencia. Se funda en un poder más grande que gana los corazones: el amor de Dios que él ha traído al mundo con su sacrificio y la verdad de la que ha dado testimonio. Éste es su señorío, que nadie le podrá quitar ni nadie debe olvidar. Por eso es justo que, por encima de todo, este santuario sea un lugar de peregrinación, de oración ferviente, de conversión, de reconciliación, de búsqueda de la verdad y acogida de la gracia. A él, a Cristo, le pedimos que reine en nuestros corazones haciéndolos puros, dóciles, esperanzados y valientes en la propia humildad.” (Homilía en el parque Bicentenario de León, 25 de marzo de 2012). De manera particular en este tiempo que vivimos, marcado por la inseguridad y la violencia, pediremos a Cristo Rey, por la paz en nuestra Patria, y por la Iglesia para que continúe la tarea de la Nueva Evangelización.

Como en años anteriores, pido a los señores párrocos y rectores de los templos, que motiven a los miembros de sus comunidades, para que esta peregrinación que se realizará el martes 20 de noviembre próximo, sea un acto de adoración y súplica a Cristo Rey. A los sacerdotes, como responsables de la acción pastoral, les corresponde organizar y ofrecer los servicios espirituales, para que se administre previamente a los fieles el sacramento de la penitencia y se les invite a participar activamente en la Eucaristía, observando en todo el debido orden.

 

            He encomendado a la vicaría diocesana de pastoral, a través de monseñor Rafael Hernández Morales, coordinar los actos de esta piadosa peregrinación, en colaboración de los párrocos de Cristo Rey, Los peregrinos se reunirán al inicio de la escalinata frente al estacionamiento del viacrucis, a las 11.15 horas y de ahí partirán en procesión hacia el Santuario para la celebración de la Eucaristía. Al final de la misa se renovará el acto de consagración de la Nación Mexicana a Cristo Rey, según el acuerdo de la Conferencia del Episcopado Mexicano.

Oremos a Dios, para que esta peregrinación nos impulse a proclamar la Palabra de Cristo con una fe viva, una gran esperanza y una caridad ardiente.

Guadalajara, Jalisco, a 24 de septiembre del 2012

+ J. Francisco Card. Robles Ortega

Arzobispo de Guadalajara

Mons. Juan Pablo Preciado Ramírez

Secretario                                          

 

Circular 36/2012

           

Memoria litúrgica y celebración popular de los beatos Anacleto González Flores y compañeros mártires. Martes 20 y domingo 25 de noviembre del 2012

A los sacerdotes, religiosos y fieles laicos:

Les saludo con afecto y deseo que Cristo, Rey del universo, los haga fervientes y convencidos discípulos misioneros suyos en sus comunidades.

Los beatos Anacleto González Flores y sus siete compañeros mártires, son contados entre aquellos que brillaron por la firmeza con que profesaron su fe en medio de las persecuciones, vivieron con constancia los deberes contraídos en el bautismo y participaron activamente en la vida de la Iglesia y de la sociedad como miembros de las asociaciones católicas. Además, defendieron con todos los medios posibles la libertad y los derechos de la Iglesia durante la cruel persecución desatada contra ella en México en las primeras décadas del siglo veinte, y con la ayuda de la gracia de Dios, prefirieron dar su vida, que renegar de su fidelidad a Cristo. Murieron en circunstancias diversas, pero tuvieron en común la fe, el valor, el perdón a sus perseguidores y la firme voluntad de testimoniar el amor a Dios hasta derramar su sangre.

En el Año de la Fe, que el Papa Benedicto xvi nos ha convocado a celebrar, el testimonio de fe y de amor a Cristo Rey, de estos mártires mexicanos, nos debe alentar a todos a vivir más comprometidamente nuestra vida cristiana. Así nos lo recordaba el cardenal José Saraiva Martins, en la homilía de la misa de beatificación, que pronunció el 20 de noviembre de 2005: “Todos los tiempos son de martirio -advierte san Agustín de Hipona- pues, todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús, padecerán persecución (2 Tim 3,12). Queridos hermanos: vivir plenamente nuestra entrega fiel y de todos los días a Cristo, y por amor Él a todos los hombres, implica muchos sacrificios y renuncias. No obstante, Cristo estará siempre dispuesto a darnos la fortaleza necesaria para poder servirlo y amarlo en nuestros hermanos, principalmente en los más desvalidos y necesitados de nuestro amor, comprensión y perdón”.

Para que la veneración de nuestros mártires se fomente, se fortalezca, y sean más conocidos, imitados e invocados en nuestra Arquidiócesis, les pido que en todas las parroquias, templos, casas del Seminario Diocesano, comunidades de religiosos y religiosas, se celebre la memoria litúrgica el martes 20 de noviembre y su fiesta popular el domingo 25 de noviembre, solemnidad de Jesucristo Rey del Universo, a través de diferentes actividades pastorales, con especial mención en la homilía y en las intenciones de la oración universal de la santa misa, para lo cual les sugiero aprovechar los subsidios con los formularios litúrgicos de la misa y del oficio divino, que ha elaborado y enviado otros años la Comisión Diocesana de Causas de Canonización.

El mismo domingo 25 de noviembre, en el Santuario de los Mártires, a las 12 horas, y en la catedral metropolitana, a las 12 horas, se tendrá la celebración solemne de la Eucaristía. Les pido que ese domingo se haga una colecta en todos los templos, para continuar y llevar a feliz término las causas de beatificación y canonización de los mártires de Cristo Rey y otras que están pendientes; por ello, motiven a los fieles a que sean generosos. Oportunamente se les harán llegar los carteles y los sobres. Lo recabado se entregará en la caja del arzobispado.

Que Cristo Rey, fortalezca la fe en el corazón de los creyentes, para que a ejemplo de la Virgen María y de los santos mártires, podamos realizar gozosos la tarea de la Nueva Evangelización.

Guadalajara, Jalisco, a 24 de septiembre del 2012

            + J. Francisco Card. Robles Ortega

Arzobispo de Guadalajara

Mons. Juan Pablo Preciado Ramírez

            Secretario

 

Circular  37/2012

 

Falleció el señor presbítero don Pablo Iñiguez Jáuregui (1922 - 2012)

A los miembros del presbiterio diocesano:

Les envío un saludo fraterno y deseo que la apertura del Año de la Fe renueve la alegría de transmitir el Evangelio.

Me encomienda el eminentísimo señor cardenal don José Francisco Robles Ortega, notificarles que el señor presbítero don Pablo Iñiguez Jáuregui, ha partido a la Casa del Padre, en espera de la recompensa de los operarios fieles, según nos lo hace saber el libro de la Sabiduría: “Las almas de los justos están en las manos de Dios, y no los afectará ningún tormento. A los ojos de los insensatos parecían muertos; pero ellos están en paz” (3, 1-3).

El señor presbítero don Pablo Iñiguez Jáuregui nació en Mexticacán, Jalisco, el 29 de mayo de 1922. Realizó sus estudios en el Seminario de Guadalajara de 1941 a 1954 y recibió la ordenación sacerdotal el 17 de diciembre de 1955. Desempeñó su ministerio sacerdotal como vicario de Amatlán de Jora, Oconahua, Buenavista, Puente Grande y Nochistlán. Fue capellán de El Salitre, Aguascalientes y La Laja. Fungió como administrador parroquial de Nochistlán y estuvo como adscrito a esa misma parroquia. Falleció en Guadalajara, Jalisco, el 28 de septiembre del 2012.

El padre don Pablo Iñiguez Jáuregui fue un hombre sencillo, alegre, servicial, honesto, amable con sus fieles y fraterno con sus compañeros, supo adaptarse a las personas y situaciones en las comunidades en donde ejerció su ministerio.

Quiera Dios conceder a nuestro hermano Pablo, el premio de la eterna bienaventuranza, en la cual creyó y anheló durante toda su vida, especialmente en la última etapa, durante la cual dio pruebas de admirable fortaleza en medio de sus quebrantos físicos.

Guadalajara, Jalisco, a 1 de octubre de 2012

Mons. Juan Pablo Preciado Ramírez

Secretario

 

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