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Memoria de la visita pastoral a San Blas y a Sayacota Jirones del obispado de Guadalajara en 1679 (20ª parte)
A cargo del Departamento de Estudios Históricos de la Arquidiócesis[1]
Internándose en los bordes occidentales del actual estado de Nayarit, el obispo de Guadalajara don Juan Santiago de León Garabito visita la segunda de las tres misiones administradas por los franciscanos en ese lugar –las otras dos son Santa Fe y Tonalisco-, que en su conjunto, cuando los jesuitas asuman la atención de esos neófitos y conversos, se denominará “Nayarit Viejo”. Luego de la expulsión de los jesuitas, las tres misiones se fusionarán en una
Puesto de Santiago de León
De poco sirvió al xv obispo de Guadalajara haber salido al rayar el alba del 13 de enero de 1679, del pueblo de San Francisco Taqualoia el de San Blas. Él y su comitiva, que debió no ser pequeña, se internaron por la sierra Madre Occidental en tan fatigoso trote -algo menos de 36 kilómetros en accidentado ascenso- que la jornada los rindió a la vera de un arroyuelo, donde levantaron campamento para pernoctar, no sin antes bendecir el obispo una cruz, que se clavó en el suelo, bautizando el lugar con el nombre de puesto[2] de Santiago de León.
San Blas[3]
Al día siguiente, 14 de enero, muy temprano, después de haber dicho la Misa, los viajeros, luego de recorrer casi 27 kilómetros,[4] llegaron al pueblo de San Blas “de nueva conversión”, a eso de las diez de la mañana. El templo era de adobe, cubierto de paja y sin puertas, que dispuso el obispo se hicieran. En el muro testero del recinto “un retablo de san Blas de pincel”. Se inventariaron una escultura de la Inmaculada Concepción y una pintura de san Francisco de Asís. El ajuar no podía ser más austero, reduciéndose a una casulla de capichola con estola y manípulo, unos manteles de ruan y dos campanas. Justo fue un merecido reposo antes de administrar, a eso de las 16 horas, el sacramento de la confirmación a cuarenta nativos. Como datos complementarios y singulares, van aquí los nombres del vecindario: El Gobernador, de nombre Benito, casado con Margarita, y padres de un hijo; Felipe, esposo de María, y padres de una doncella y un hijo pequeño; Felipe Antón,* cónyuge de María, y progenitores de dos niñas; Felipe de Ayala, casado con Juana, padres de dos hijas doncellas; Juan Felipe,* esposo de Micaela; Juan Francisco,* marido de Catalina, con dos hijos; Francisco Hernández* (de él se dice que es el único que estaba en el pueblo cuando el padre fray Sebastián de Villanueva[5] vino a esta ‘conversión’), consorte de Petronila Antonia,* con un hijo varón y dos niñas de nombres Juan,* Elena* y Micaela, todos de apellido Hernández. Francisco, marido de Catalina y sus dos hijos; Pedro, esposo de María, con una hija; Miguel Alonso* y su consorte Inés María;* Bartolomé Juan, casado con Catalina, con una hija; Cristóbal y su mujer María, con una hija; Melchor, con su mujer Luis y un hijo; José, esposo de Ana, con dos hijos; José Ortiz,* casado con Juana; Lázaro Martín* esposo de Petronila, responsables de un huérfano; Alonso Martín,* esposo de Lucía, con dos hijos; Matías Martín, esposo de María;* Lorenzo, cónyuge de Catalina;* Sebastián y su mujer María, con dos hijos. Se censó una sola viuda, Antonia, y tres indios sueltos: Miguel, anciano; Miguel, mozo y Alonso.
Nuestra Señora de la Concepción de Sayacota
La mañana del día siguiente, el prelado, después de la misa, confirmó a otras seis personas, hecho lo cual, en compañía de su séquito, siguió su ruta, en dirección al pueblo de Nuestra Señora de la Concepción de Saycota,[6] “de nueva conversión en la sierra”. Luego de trotar 22 kilómetros,[7] a las once de la mañana, llegaron a su meta. El pastor se apeó frente a una enramada de cercado de carrizo y techo de paja “que estaba dentro de los cimientos de la iglesia, que mando su señoría ilustrísima a los naturales la acaben”. En el interior del precario recinto se inventarió un baldaquín de chamelote verde, un crucifijo de poco más de cuarenta centímetros de altura,[8] una escultura de Nuestra Señora con una corona de plata, una cruz de madera dorada, un ornamento y un frontal de la misma tela, manteles y una campana. Por la tarde, confirmó a treinta y siete almas e inmediatamente después, bautizó a un ‘gentil’ al que impuso su propio nombre, Juan de Santiago, y lo confirmó. De acuerdo al padrón de Sayacota, los vecinos eran Juan Bernaud, casado con Juana Micaela, con tres hijos; Miguel Francisco, su mujer Lorenza María, más cuatro hijos; Blas, casado con Margarita, con dos hijos; Francisco, esposo de Josefa, con tres hijos; Pedro, con su mujer Petronila y tres hijos; Antón, casado con Gracia; Juan, esposo de Lucía; Cristóbal, consorte de Antonia, más tres hijos, Nicolás, desposado con Catalina y sus dos hijos. De viudas se censó a María y a sus tres hijos, y a Micaela. Un soltero, de nombre Felipe. [1] Extracto del Libro primero de visitas, así particulares como generales, del ilustrísimo señor doctor don Juan de Santiago de León Garabito, que hizo en esta ciudad y obispado de la Nueva Galicia, siendo por la divina gracia y de la Santa Sede Apostólica obispo de dicho obispado, Nuevo Reino de León, Provincias del Nayarí, Coaguila y Californias, del Consejo de su Majestad, etcétera, mi señor, custodiado en el Archivo Histórico de la Arquidiócesis de Guadalajara, México, fojas de la 73 vuelta a la 74 frente. [2] De las distintas acepciones del término, para el caso presente se le usa como sitio o espacio que ocupa algo o lugar o sitio señalado o determinado para la ejecución de algo. [3] No se debe confundir este poblado con el puerto del mismo nombre y hoy cabecera municipal del estado de Nayarit. [4] Seis leguas. * El nombre de un cabeza de familia signado con asterisco es para los neófitos que habían sido bautizados antes, pero que vivían apóstatas unos y otros sin administración de los sacramentos. Los que no llevan cruz son los nuevamente bautizados. [5] Cf. Boletín Eclesiástico de Guadalajara, año cxxii, número 4, abril del 2011, nota 43, p. 53. [6] Hoy en día se llama simplemente Saycota. Es una delegación del municipio de Acaponeta, Nayarit. Tiene 47 habitantes y se sitúa a 480 metros de altitud. [7] Cinco leguas. [8] Media vara. |