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Curso de conservación de obras de arte

y objetos litúrgicos en recintos religiosos

 

Mirta Insaurralde

 

Se retoma la necesidad planteada en la colaboración precedente acerca de la necesidad de ‘profesionalizar’ una tarea siempre inacabada y hasta fechas muy recientes, en manos de conocedores o meros aficionados

 

Capítulo XXXIII

Importancia de la utilización de métodos científicos para el estudio de bienes culturales (segunda parte)

Dando continuidad a la entrega anterior, profundizaremos sobre algunos aspectos relacionados con la importancia de la utilización de instrumental y metodologías científicas para el estudio de los bienes culturales con miras a su conservación y puesta en valor.

En primer lugar se debe mencionar que la gran diversidad de técnicas analíticas que actualmente existen, sirven a los restauradores para poder identificar y analizar los materiales que constituyen a los objetos, además de la técnica con la que están manufacturados. Este conocimiento es fundamental para poder hacer un diagnóstico apropiado, antes de elaborar la propuesta de intervención. Una determinación errada de la técnica de factura o de los materiales constitutivos de un bien cultural, puede conllevar a la utilización de materiales o tratamientos incompatibles que pueden generar daños irreparables. Los métodos más comunes para realizar esta identificación consisten en los llamados exámenes globales de superficie, que utilizan radiaciones especiales y las pruebas microquímicas, aunque en algunos casos es necesario utilizar técnicas más sofisticadas.

Las determinaciones que se realizan por métodos analíticos también son muy útiles para obtener datos que orientar la datación de las obras, es decir que ayudan a tener una idea de la época en la que fueron creadas. Hay que tener en cuenta que los estudios científicos por sí solos no indican la edad de una obra, generalmente es necesario cruzar esos datos con otros de tipo histórico para llegar a conclusiones.

Pero posiblemente el aspecto más importante en el que tienen incidencia los análisis científicos de bienes culturales, es en el estudio de los procesos de alteración, es decir en la determinación de las causas, mecanismos y efectos que producen deterioros en las obras. Esta comprensión es fundamental para poder diseñar una propuesta de intervención efectiva. Relacionado con lo anterior, los métodos científicos también ayudan a elegir  los tratamientos y materiales más adecuados para realizar la intervención, permiten realizar pruebas y experimentos con materiales o tratamientos antes de que sean aplicados a las obras, para prever su efectividad, su compatibilidad con los materiales originales, etc. Además, permiten analizar qué efectos tienen postratamientos y los materiales utilizados sobre el objeto original a corto, mediano y largo plazo.

Lo más común es que después de la restauración, las obras regresen a su contexto de exposición, ya sea el museo, el templo, la casa parroquial, etc. Como se ha comentado en estas entregas, la obra entra en contacto con los factores ambientales que en muchas ocasiones fueron los causantes de sus daños. El caso de una obra restaurada se vuelve un tanto más complejo, ya que los nuevos materiales integrados al objeto también pueden ser susceptibles de sufrir alteraciones ante estas condiciones. El conocimiento científico de las propiedades y características de los materiales constitutivos y de los nuevos materiales adicionados al objeto, permiten al restaurador establecer parámetros más adecuados para su conservación, y el uso de instrumental adecuado permite el control de las condiciones del recinto.

La aplicación de los métodos y técnicas de las ciencias experimentales al estudio de los bienes culturales y a su restauración, en gran medida garantizan el éxito de los tratamientos, y es lo que distingue a una práctica verdaderamente profesional. Aunado a lo anterior, permite abrir líneas de investigación acerca de los objetos que se resguardan en los recintos religiosos y fructificar los hallazgos poniéndolos al alcance de los usuarios y de los especialistas.

No se debe pensar que una práctica de la restauración profesional y de corte científico está fuera del alcance de los custodios de bienes culturales en recintos religiosos, al contrario, una práctica seria y responsable contempla siempre la realización de ciertos estudios para confirmar datos importantes antes de cualquier intervención, por tanto deben estar contemplados en la propuesta inicial. Es muy importante que cuando se contrate a un restaurador, se tome en cuenta la fase analítica de su propuesta, y que al finalizar la intervención, todos los resultados sean entregados a los custodios en un informe completo que incluya tanto los estudios como la propuesta y los resultados alcanzados en la intervención.

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